No
sólo las ocurrencias verbales de Chávez pueden ser
responsables de la subida del precio del petróleo, sino que
ahora son sus relaciones con las FARC lo que según algunos
analistas podrían haber empujado los precios del petróleo al
alza.
Pareciera que el propio
comandante-presidente, responsable del decaimiento nuestra
industria petrolera, pudiera paradójicamente serlo del
creciente ingreso petrolero. El método: una malandrina forma
de compensar, no el error de destruir a PDVSA sino la baja
de la producción petrolera, con el aumento de los precios
del petróleo. Más por menos.
Los mercados son, entre otras
cosas, muy sensibles a los problemas de oferta. Y se
resienten con las incendiadas proclamas de Chávez donde
promete cortar los envíos de petróleo al norte, así como con
los problemas en Nigeria o en Irak, presionando los precios
al alza.
Ahora no es la promesa de
retaliación frente al "imperio mesmo", sino las
consecuencias de la certificación por la INTERPOL de que la
documentación encontrada en la computadora del jefe
guerrillero Raúl Reyes no fue alterada, lo que aportaría
evidencia para comprobar la connivencia de Chávez con la
FARC.
Muchos documentos ya se
filtraron a la prensa pero no son oficialmente públicos. Al
ser públicos, gobiernos y particulares podrán hacer uso de
ellos y desatar procesos judiciales y políticos
internacionales contra Venezuela y su gobierno. Por lo
pronto, los yanquis podrían poner a Venezuela en una lista
de países terrorista junto a sus "panas" Cuba, Libia, Irán,
y Siria, lo que nos haría sujetos a sanciones específicas.
Entre ellas, cancelación de la exportación de armas- ya
tomada- y restricciones financieras, e incluso comerciales.
Y para los de ciudadanos dificultades de visados y control
de sus cuentas en el exterior.
Pero esta vez, el tiro saldría
por la culata. Si bien las prohibiciones de hacer negocios
con Venezuela, presionaría el precio del crudo hacia arriba,
también dificultaría nuestras colocaciones de petróleo
pesado y el funcionamiento de CITGO. Y si como apunta la
Agencia de Energía norteamericana en los dos últimos años
los inventarios crecen en el norte, ellos quizás podrían
compensar nuestra salida de ese mercado. El problema no es
sólo que nos compren sino que no nos vendan, pues en esta
economía de puertos, el problema de que se dificulten las
relaciones con nuestro primer socio comercial, luego de
comprometer la relación con el segundo, Colombia, no
presagia buenos tiempos para nadie
alfredomichelena@gmail.com