En
República Dominicana, en medio de la ardiente discusión por
el tema de la violación de soberanía entre Colombia y
Ecuador, donde por cierto también Nicaragua aprovechó para
reivindicar sus derechos marítimos frente a Colombia, el
comandante-presidente en su intervención pública, sin ton ni
son, se refirió a un incidente, donde no se violaba la
soberanía de Venezuela, sino que muy por el contrario, según
él, Venezuela estuvo a punto de hacerlo con Guyana.
¡Increíble pero cierto!.
Los argumentos guyaneses
Se refirió a un incidente sucedido durante los años gobierno
de Leoni e informó que “… casi hay una guerra entre Guyana y
Venezuela por una vieja reclamación que casi nadie
recordaba, porque viene de tiempos inmemoriales”, y esa
guerra no era más que un orquestado plan imperialista para “
invadir Guyana en nombre de aquel reclamo territorial, para
derrocar el gobierno de Forbes Burnhamm, un hombre de
izquierda”. Chávez se refiere a un documento desclasificado
de la CIA de 1964.
Pero el argumento con el que se alinea el
comandante-presidente es el muy manido por algunos
historiadores guyaneses izquierdistas, en el sentido de que
“la renovación de la demanda venezolana fue vista como una
de las técnicas de desestabilización dirigidas a bloquear la
independencia para Guyana bajo dirección del Dr. Jagan. El
pensamiento de una Guyana independiente bajo gobierno
socialista del PPP creó miedo en círculos imperialistas, y
consecuentemente, la Venezuela de entonces aliada con el
Estado norteamericano fue presionada para abrir de nuevo la
demanda al Esequibo occidental, mientras que en al mismo
tiempo que instigaba a disturbios en Guyana con la ayuda de
la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y fuerzas locales
opuestas al PPP a partir de 1962 hasta 1964”.
Por esa época el único incidente que pudiera presagiar una
guerra fue el de la “Rebelión de Rupununi”. Cuando el día 2
de enero de 1969 se produjo una sublevación en ese
territorio del Esequibo. Por cierto, que el también
“socialista y anti-imperialista” Burnhamm – Primer Ministro
guyanés- declaraba entonces, que "la formula de implicación
venezolana es fácil de discernir. Las autoridades
venezolanas han buscado manipular a la comunidad amerindia
guyanesa para promover sus espurias reclamaciones
territoriales venezolanas”. Cualquier semejanza no es pura
coincidencia.
Vieja pero justa
Pero esa vieja reclamación si era recordada por muchos y se
preparaban para remendar entuertos que otros presidentes,
como “El Cabito” cien años antes, habían cometido. En el
tiempo que se refiere Chávez, el tema del despojo del
Esequibo fue enfrentado por gobiernos que no dudaron o
cuestionaron nuestros derechos o intenciones. Los gobiernos
de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni lejos de ser acusados de
ser títeres del imperialismo norteamericano debieran ser
exaltados por haber defendido nuestra soberanía y haber
remendado los entuertos que presidentes gandules habían
permitido se desarrollaran, debilitando nuestras legitimas
reclamaciones sea por su indiferencia, desconocimiento o
simplemente debilidad.
Con firmeza y continuidad los gobiernos democráticos
lograron la firma del Acuerdo de Ginebra (1966), que
estableció la búsqueda de soluciones satisfactorias para el
arreglo práctico de la controversia y lograron remendar
errores del pasado al hacer que Inglaterra y luego el
gobierno guyanés aceptaran además que Laudo Arbitral de 1899
es nulo e írrito.
Bajo este acuerdo Venezuela recuperó control de su
territorio, aunque no su posesión.
Chávez por su parte, parece estar haciendo lo contrario.
Se repiten los errores
En visita oficial en 2004 a Guyana, Chávez rompió con una
posición de Estado al permitir acciones unilaterales en la
zona de reclamación generando perdida de control y
restándonos robustez negociadora. Este es el caso de la
construcción del puente brasileño sobre el río Tucutú y las
concesiones guyanesas en espacios marítimos que nos
corresponden.
Otras acciones y decisiones judiciales internacionales que
se ha producido recientemente comprometen nuestra justa
reclamación. Nos referimos a dos dictamines de Cortes
Permanentes de Arbitraje de Naciones Unidas. Una sobre
delimitación de áreas marinas y submarinas entre Barbados y
Trinidad y Tobago que ha provocado licitaciones de Barbados
en áreas soberanas ya delimitadas con Trinidad. Y otro sobre
una demanda del gobierno de Guyana contra el de Suriname,
sobre la frontera marítima entra ambos países. En ambos
casos, nuestra Cancillería ha callado olvidando la “vieja
reclamación”.
Patria socialista o Esequibo
Hay que recordar dos figuras del derecho internacional que
son aplicables en este asunto: el “estoppel” y “ los actos
unilaterales”. El primero se refiere a que si una de las
partes, en un contencioso, comienza a aceptar el acto
jurídico que impugna, puede dar base para su anulación. El
segundo es que simplemente la palabra del presidente
compromete al país. Es decir, que lo que haga- o deje de
hacer- o diga – o calle- el presidente o su gobierno, puede
afectar todos los acuerdos que hayamos firmado. Por esto lo
grave tanto del silencio frente a acciones concretas y
decisiones internacionales que afectan nuestra reclamación,
como del hecho de que Chávez haya asumido los argumentos de
los guyaneses en este tema. Esta posición debilita nuestras
legítimas aspiraciones en el Esequibo pues se alinea con la
del gobierno guyanés que ahora arremete con el argumento de
que compartiendo ambos gobiernos la misma ideología
socialista, Venezuela debiera desistir de su reclamación, en
especial pues ésta es producto de una maniobra imperial anti-socialista.
¡Cuidado!, esta hermandad socialista y anti-imperialista
puede liquidar la reivindicación de nuestros legítimos
derechos sobre el Esequibo.
alfredomichelena@gmail.com