Lo
que más preocupa a los venezolanos, en cuanto a la política
internacional del régimen, es la incesante entrega de fondos
a otros países, cuando nuestros problemas domésticos no se
resuelven.
No es extraño ver a madres
pidiendo que se reparen escuelas o se les asignen casas, o
protestas por el estado de los hospitales o las calles donde
se termine acusando al gobierno de ocuparse de estos asuntos
en el exterior y no en su propia tierra.
Sin embargo, hay otras
cuestiones de política internacional que son tan o más
graves que estos, y escapan al conocimiento o al menos de la
preocupación de la mayoría de los venezolanos.
Entre ellos tenemos que, en
términos de integración estamos en un limbo, pues ni estamos
en la CAN ni en el MERCOSUR; que los modelos bolivarianos de
integración, como el ALBA son una sangría para el país; que
la política de intercambio comercial unidireccional-
importación- atenta contra el empleo y el desarrollo
nacional; que en los acuerdos de explotación petrolera se
privilegia la ideología; que estuvimos a punto de una guerra
provocada por la torpe alianza con las FARC; y que el
objetivo revolucionario ha tomado la dirección de esta
política, descartando los intereses económicos y
territoriales de la nación.
Sobre esto muchos analistas han escrito, pero las palabras
se las lleva el viento. Lo que no se lleva el viento son los
compromisos firmados, el dinero regalado y las perdidas en
el posicionamiento internacional. De todo esto, el
Presidente de la República es responsable como conductor de
la política exterior.
Sin embargo, existe una
responsabilidad en otras partes de la sociedad organizada.
Por un lado, los partidos y movimientos políticos tienen una
misión más allá de conseguir votos para la búsqueda legítima
del poder. Deben denunciar y suplir las deficiencias del
gobierno, cuando éste, confundido en la bruma de su
ideología, va entregando los recursos y la soberanía
territorial y económica de la nación. Por el otro,
constitucionalmente la Fuerza Armada Nacional es responsable
de la defensa de la soberanía. En la "Cuarta República"
ellas pararon la intensión del gobierno nacional de llegar a
un acuerdo con Colombia sobre el Golfo de Venezuela. Hoy en
día, nuestra frontera norte está comprometida por decisiones
y acciones de varios países y estas instituciones no han
dado la cara para remplazar al silencio culposo del gobierno
nacional, y lograr se cumpla al menos con la defensa de la
soberanía territorial de Venezuela.
alfredomichelena@gmail.com