Los
desmarcages, desalineaciones, o incluso transfiguraciones
comienzan a ser parte del mundo político venezolano. Este
fenómeno que enfrentaron y enfrentan los partidos
democráticos, ahora comienza a ser relativamente común entre
el bolivarianismo revolucionario. Algunos importantes
personajes y grupos del chavismo, comienzan a presentar y
defender tímidamente puntos de vista divergentes con los del
caudillo.
En su discurso excesivamente
respetuoso el General Baduel advertía al presidente de los
terribles males que acarreó a sus ciudadanos el comunismo
soviético, sin nombrar a Cuba. Criticó el Socialismo Real
pero no al del Siglo XXI. Afirmó de manera contundente la
suprema importancia de la independencia de poderes y la
libertad, pero no se refirió a la situación actual. Advirtió
sobre los males de capitalismo de estado, que concentra los
medios de producción, pero miró hacia otro lado. Sin embargo
a buen entender pocas palabras.
Este discurso fue elogiado por
Ismael García cuyo partido PODEMOS ha venido siendo
marginado e incluso se les ha sugerido muy fuertemente que
abandonen el proyecto revolucionario, pues no se alinean
completamente con el pensamiento del cadillo.
Ya hace algún tiempo PODEMOS
levantó su voz contra del pensamiento único y el partido
socialista único, que implicaba su disolución, como partido.
También avisaba sobre algunas de las tragedias que se
avecinaban con la propuesta de cambio constitucional. La
reelección presidencial indefinida era un duro hueso a roer,
propusieron entonces, siguiendo la lógica de que es el
pueblo quien decide, que todo funcionario electo gozara de
ese privilegio. Ya sabemos la respuesta. También se han
opuesto a la re-centralización del poder con otra
contra-propuesta que mantiene la autonomía e incluso la
existencia de los Estados. Pero no se atreven a romper con
el proceso.
Este fin de semana, García
declaró que ya no era parte de la mayoría en la Asamblea.
Mayoría que calificó como inútil para el país…. y para
Chávez. Llamó a una consulta más allá del parlamentarismo de
calle, al que calificó de sectario, para evaluar la reforma
del Estado.
No estamos hablando de un cisma
ni siquiera de una ruptura, pero si estamos presenciando el
tímido inicio de una apertura que si se desarrolla como
aquella que naturalmente vivió la izquierda sesentona a
partir de la crítica del socialismo real y del marxismo como
ciencia social, pudiera de la misma forma generar un
pensamiento de izquierda entre el chavismo que les permita
retomar la senda del desarrollo y el bienestar social,
dentro del necesario marco de la democracia y las libertades
fundamentales. Pero aún mas, si como dijo García esto es lo
que piensa la mayoría de los venezolanos, o al menos de los
chavistas, la esperanza de rescatar al país de su caída al
siglo XIX, está muy viva, presenta y creciente. Sin embargo
mientras más tarden en abrir los ojos, más habremos caído y
más difícil será salir del hoyo de la historia.
alfredomichelena@gmail.com