Esta
semana el vice-Presidente venezolano viajó a Moscú y los
presidentes Chávez y Putín hablaron telefónicamente. Se
anunciaron nuevos negocios en el área petrolera, incluyendo
la construcción de una refinería, la creación de un banco
binacional, la producción de aluminio, la construcción de
centrales hidroeléctricas, la instalación de la planta de
fusiles Kalashnikov y la posibilidad de construir camiones
Kamaz, así como líneas de ferrocarril y metro. Todo esto sin
olvidar las compras de aviones, helicópteros, fusiles,
defensa antiaérea y submarinos, que alcanzan US$ 5 millardos
y que se estima próximamente puedan llegar a US$30 millardos.
La balanza comercial con Rusia alcanzará los US$ mil
millones este año.
Más allá de esto, el
vicepresidente ofreció a Venezuela como "puerta de entrada
en América Latina", gracias a sus lazos con países "aliados"
como Bolivia, Ecuador, Argentina, Uruguay, Nicaragua y Cuba.
Esta misma oferta ya la hemos
oído cuando ha sido hecha a China y a Irán quienes no la han
desaprovechado. En el caso iraní, bajo el patrocinio de
Chávez, Ahmadinejad viajó a la toma de posesión de Ortega y
Correa, y Teherán confirmó su intención de crear cinco
nuevas embajadas en la región. Por otra parte, entre los más
de cien acuerdos de cooperación con Venezuela por un monto
de superior a US $ 17 millardos, se incluye un Fondo de
Desarrollo por US $ 2 millardos, orientado a la región como
"mecanismo para liberarse del yugo imperialista".
El establecimiento y desarrollo
de relaciones internacionales con todos los países posibles
es loable, en especial en un mundo globalizado. Lo
censurable es que la revolución bolivariana está,
promoviendo y financiando la penetración y fortalecimiento
en nuestra propia área de influencia de estos y otros países
miembros del Club de los Totalitarios – China, Vietnam,
Siria, Zimbabwe, Cuba, etc.- con la justificación de la
lucha contra el imperialismo norteamericano, obviando la
pregunta clave en las relaciones internacionales, ¿ qué gana
Venezuela y a qué costo?. Si sólo son apoyos para la
propagación y consolidación de la revolución innegablemente
el costo es muy alto: los intereses soberanos de la Nación.
Los Estados Unidos han venido
perdiendo terreno, desatendido zonas de influencia y dejando
espacios que agresivamente son llenados por actores
internacionales que le adversan, quienes en este caso han
obteniendo un mejor posicionamiento en la región a costa
nuestra, sin beneficios reales para Venezuela.
La necesaria búsqueda de un
mundo multipolar, no debe hacerse ha toda costa, aliándonos
con gobiernos totalitarios, facilitándoles su penetración en
nuestra área de influencia y entregándoles nuestras riquezas
a cambio de apoyos políticos; por el contrario nuestro
esfuerzo debería concentrarse en facilitar la inserción de
nuestro país en la globalización desde una posición
competitiva. Lamentablemente ésto no se está haciendo.
alfredomichelena@gmail.com