La
Venezuela bolivariana se ha propuesto servir de puente de
plata para que regímenes aislados y totalitarios, entren a
jugar papeles importantes en la realidad latinoamericana y
del caribe.
La creciente penetración de Cuba
en la región, con base a programas de cooperación que
financia Venezuela, es bien conocida. Se pagan viajes
eventos, médicos cubanos, ponedores de bombillos,
alfabetizadores, entrenadores y otros “técnicos”, pero no
sólo para Venezuela sino para la región. Sólo este año la
cooperación con esa isla alcanzará US$ 1.5 millardos.
Pero si el enfatuamiento de
Chávez con Fidel no fuera poco, ahora se ha propuesto
facilitar la penetración de Ahmadinejad creando una triple
alianza en la región, bajo el entendido de que en estos
países se comparte una misma revolución.
Los iraníes no ha perdido el
tiempo.
En enero, como parte de un tour
por Latinoamérica bajo el patrocinio de Chávez , Ahmadinejad
participó en las tomas de posesión de los nuevos presidentes
de Nicaragua y Ecuador, donde firmó acuerdos.
En febrero Teherán realizó su
primera conferencia sobre Latinoamérica donde se delineó la
política de los persas para la región: la penetración
económica y el aumento de la “cooperación”. Lo que es clave
para evitar el creciente aislamiento a que está sometido
Irán, por su desafiante política atómica y sus vinculaciones
con el terrorismo. Allí, se anunció una importante avanzada
política iraní, pues se reabrirán embajadas en Chile,
Colombia, Ecuador y Uruguay, y una oficina en Bolivia.
En marzo, la IV reunión
bilateral a nivel ministerial estudió incorporar a Bolivia,
Ecuador y Nicaragua a esta triple alianza y se firmaron 20
acuerdos de cooperación y revisaron los 127 anteriores que
comprometen un monto de US $ 17 millardos, Entre ellos se
destaca la creación de un Fondo para el Desarrollo por US $
2 millardos, diseñado como un "mecanismo de liberación"
continental de ayuda a gobiernos izquierdistas que deseen
"liberarse del yugo imperialista".
Así la revolución bolivariana
con sus “alianzas estratégicas” revolucionarias y su
obsesión anti -norteamericana está promoviendo, con el
dinero de los venezolanos la penetración y fortalecimiento
en la región de estos y otros países, pertenecientes al club
de los totalitarios.
Que un país promueva y financie masivamente la expansión de
otros en su misma área de influencia constituye un hecho
inédito en la historia, por ser contrario a los intereses
soberanos de una nación. Por su parte, el gobierno
bolivariano justifica este desatino por la necesidad de
propagación y consolidación de su revolución.
Cuando esta supuesta revolución
sea un mal recuerdo, como lo es en los países de la antigua
órbita soviética, mucho habrá que demandar a quienes tan
entusiastamente promovieron los intereses de otros Estados y
debilitaron la soberanía y la influencia y talante
internacional que histórica y gallardamente había ostentado
Venezuela.
alfredomichelena@gmail.com