La
visita oficial del Presidente de Gambia Yahya Jammeh a
Venezuela y la empatía con su homólogo criollo no puede
causar sorpresa. Por una parte, Jammeh puede considerarse
una fuente de inspiración ya que este ex-teniente del
ejercito está en el poder desde que en 1994 lideró un golpe
de estado y se ha mantenido allí por haber ganando
sistemáticamente las elecciones en esta empobrecida nación.
Por la otra, este acercamiento es parte de la agresiva
política bolivariana orientada a alinear al Africa con la
causa revolucionaria.
Según Chávez esta política está
permitiendo ganarle terreno al imperialismo en esa región,
cuando en realidad lo que permite es el debilitamiento de la
presión que la comunidad democrática de naciones pueda
ejercer sobre este tipo de países, así como tejer una red de
seguridad que amortiguaría la caída del régimen venezolano
cuando éste pierda su credibilidad y bases de sustentación.
En Gambia, hay una fuerte
restricción a la libertad de expresión que se concreta entre
otras cosas en la detención de periodistas. No hay
independencia del poder judicial, el parlamento está en casi
un 100% controlado por el presidente y existe impunidad en
las fuerzas represivas. Este es el tipo de país con el que
la revolución prefiere asociarse.
Gambia firmó con Venezuela 12
acuerdos de cooperación entre los cuales vale destacar el
petrolero y el de salud. El primero se orienta tanto a
realizar explotaciones conjuntas de petróleo y gas en el
país africano como al suministro de crudo por parte de Pdvsa
; por supuesto en las condiciones privilegiadas que ya
conocemos, en especial después del anuncio presidencial de
expandir el ALBA al Africa, con el derroche de petrodólares
que esto implica .
El acuerdo sanitario contempla
la construcción de una planta para la fabricación de
medicamentos genéricos y el procesamiento de medicamentos
naturales. La pretensión de la revolución de aceptar en la
transacción hierbas medicinales es inquietante, no porque
ellas o sus componentes no puedan curar y ser bases de una
farmacopea autóctona, sino que sin suficiente evidencia
científica, esto es inaceptable. En especial después del
fiasco de la cura herbal del SIDA anunciada por el
presidente de Gambia.
Recientemente Jammeh anunció al
mundo que el uso de determinadas hierbas curaba el SIDA e
hizo personalmente, con bombos y platillos, una prueba
pública y anunció resultados positivos, que fueron
desechados por el laboratorio senegalí que supuestamente lo
había realizado.
Pero como si eso no fuera poco,
en el loco frenesí de dádivas, malos negocios y compromisos
onerosos que dilapidan el patrimonio nacional, orientado a
conquistar voluntades, Jammeh también recibió un maletín con
US$10 millones, según la denuncia hecha pública por un
miembro de su comitiva y reseñada por la prensa
internacional, permitiendo revelar uno de los mecanismos más
oscuros y perversos que la chequera petrolera estaría
utilizando a través del mundo.
alfredomichelena@gmail.com