La
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) fue
acusada por el gobierno bolivariano de 'mala fe',
'parcialidad' y 'tergiversar informaciones' como respuesta a
las preocupaciones que ha manifestado por la situación de
los DD.HH. en el país.
A la Comisión le preocupan las
numerosas denuncias sobre la falta de independencia de los
poderes del Estado, las restricciones a la libertad de
expresión, la polarización social y política, la hostilidad
hacia las organizaciones de derechos humanos y la impunidad
en casos de violación de DD.HH.
La posición de antagonismo hacia
los sistemas de protección DD.HH. no es nueva, pero comenzó
a perfilarse claramente cuando el gobierno bolivariano se
opuso a la creación al Consejo de Derechos Humanos (CDH) de
las NN.UU.
Luego en búsqueda de justificar
su proyecto autoritario, la revolución estableció distancia
de los conceptos fundamentales de los DD.HH. cuando en la
reunión inaugural del Consejo la vice-ministro de Relaciones
Exteriores dijo "Todos los derechos son importantes, pero
forma parte de la lógica biológica y humana que es mucho más
importante alimentarse que poder formar parte de un partido
político, tener un trabajo digno que vivir en un sistema
democrático, saber leer y escribir que tener libertad de
expresión". Al igual que lo hace Cuba y lo hizo la Unión
Soviética y el Pol Pot, se pretende acabar con la libertades
civiles y políticas para conseguir un desarrollo económico y
un bienestar social que nunca llega.
Pero más grave aún es que la
violación de los DD.HH. está en aumento. Parece macabro
poder decir sin que nadie se inmute que, en lo que va del
siglo se han producido casi 100.000 asesinatos, o recordar
los abusos policiales o militares en La Paragua, en Kennedy,
en Fuerte Mara o en Apure, o referirse a los grupos
parapoliciales que deambulan cometiendo crímenes, o a los
más de 120 sindicalistas asesinados sólo en el Edo. Bolívar,
o a las seis mil víctimas reconocidas de ejecuciones
extrajudiciales. Además de que la represión a las protestas
reivindicativas ha aumentado significativamente. Quizás nos
estamos acostumbrando y aceptamos incomprensiblemente la
confiscación de todos los poderes, la existencia de los
presos políticos, al apartheid de la lista Tascón, entre
otras muchas violaciones.
La CIDH reclama que durante los
últimos cuatro años no ha podido realizar una visita oficial
para comprobar los avances en los DD.HH. y poder brindar
recomendaciones más específicas. Pero esto no es casual,
pues es política del gobierno bolivariano no permitir estas
visitas, como lo indica que tampoco han aceptado dispensar
una invitación abierta a los mecanismos del sistema de DD.HH.
de Naciones Unidas, siendo junto a Cuba los únicos países
latinoamericanos, con esa ingrata distinción.
El gobierno revolucionario
quiere sacar a los sistemas de protección internacional de
los DD.HH. fuera de Venezuela para poder actuar con libertad
en su proceso de estrangulamiento progresivo de los derechos
civiles y las libertades fundamentales.
Los gritos en defensa de los
DD.HH. no se oyen y si se oyen no se valoran. La CIDH ha
salido muy valientemente a certificar la situación crítica
de los DD.HH. en Venezuela, pero lamentablemente parece que
habrá que esperar una crisis catastrófica humanitaria.
Entonces quizás el mundo político nacional e internacional
despierte ante esta cruel situación y asuma defensa de los
derechos universales del hombre en Venezuela.
alfredomichelena@gmail.com