Es
cada vez más evidente que la orientación fundamental de la
acción internacional de la revolución bolivariana es
ideológico-política y no económica. En este sentido,
Venezuela ha ofrecido en el exterior ayudas por un monto
superior a US$ 34 millardos, no orientados al desarrollo y
penetración de nuestras industrias, sino por las afinidades
ideológicas de los destinatarios. Fruto de esta orientación
la revolución bolivariana ha firmado acuerdos y convenios,
creado fondos y ofrecido financiamientos y, promovido y
creado instituciones multilaterales.
Mientras contemos con un ingreso
petrolero creciente, la dilapidación de estos ingresos
basados en afinidades ideológicas pudiera soslayarse; al fin
y al cabo la abundancia esconde al despilfarro. Pero cuando
esto se mezcla con la delimitación de áreas terrestres y,
marinas y submarinas, el daño a la nación puede ser
irreparable.
En este sentido recordemos que
la revolución bolivariana en búsqueda de un lugar en el
Consejo de Seguridad de la ONU, el año pasado, buscó el
apoyo del Caribe a cambio de mantener las negociaciones
limítrofes estancadas, como se desprende del comunicado del
CARICOM. Preocupa que aún hoy día frente a estos asuntos,
como el de isla de Aves, el Esequibo y ahora Barbados, con
sus pretensiones al licitar exploraciones de hidrocarburos
en áreas que ya han sido delimitadas bilateralmente con
Trinidad y Tobago, no se hayan expresado respuestas claras y
contundentes. ¿ Incompetencia, prudencia o se está jugando a
la política y/o a la ideología?.
Esta última afirmación pareciera
jalada por los cabellos, si el embajador guyanés en Caracas,
Odeen Ismael y su Canciller, Rudolf Insanall, no hubieran
declarado que Venezuela debería renunciar a su legítima
reclamación sobre el Esequibo, dadas las afinidades
ideológicas de ambos regímenes. Esta absurda afirmación
tampoco ha tenido una respuesta firme por parte de
Venezuela.
Finalmente, Chávez anunció que
los venezolanos debíamos prepararnos para la solución del
diferendo sobre el Golfo de Venezuela, bajo su liderazgo. Lo
extraño o sospechoso es que Chávez haya puesto sobre la mesa
el tema del golfo, cuando esa mesa está servida para una
negociación entre el Estado Colombiano y la narco-guerrilla
de la FARC. En este sentido nos queda preguntarnos ¿ la
soberanía de Venezuela sobre el golfo, será una carta de
negociación?, ¿ hasta dónde estará dispuesto Chávez a usarla
para obtener un éxito político- ideológico? y ¿cuál es el
papel de la afinidad ideológica en este caso?.
Si la ideología va a seguir
siendo la orientación fundamental de la revolución, muy
probablemente perdemos mucho más que unos cuantos miles de
millones de dólares, perderemos soberanía.
alfredomichelena@gmail.com