La
continua arenga del chavismo en defensa de la soberanía
nacional basada en el retornello anti-imperialista esconde
la progresiva entrega del patrimonio nacional y la
claudicación de las legítimas aspiraciones territoriales
venezolanas.
En realidad existe un doble
discurso pues, mientras estamos muy atentos a la invasión
del imperialismo norteamericano, nos olvidamos que más de
30.000 ciudadanos cubanos trabajan en Venezuela, que cumplen
quehaceres de médicos, entrenadores y asesores de diverso
tipo, entre los cuales están los que laboran en posiciones
estratégicas y de seguridad, en violación a las leyes
nacionales.
Preocupa mucho al chavismo las
ayudas que otros países, en especial el imperio, dan a las
ONG venezolanas, acusándolas incluso de traición a la
patria, mientras que continuamente el gobierno nacional
interfiere en los procesos internos de otros países. Esto lo
hace no sólo insultando a presidentes, personalidades,
lideres políticos entre otros sino que además, financiando
movimientos políticos, indigenistas, revolucionarios, en
fin, contestatarios a los gobiernos establecidos.
Adicionalmente, es público el financiamiento que hace a
gobiernos locales de tendencias anti-gubernamentales,
saltándose “a la torera” el “visto bueno” del gobierno
central de esos países. Imagínense qué haría Chávez si los
norteamericanos financiaran la gasolina del municipio Chacao.
En cuanto a la defensa del
patrimonio nacional, se ha escrito mucho sobre la inmensa
cantidad de transferencias financieras que la revolución ha
hecho al exterior. Algunos analistas la calculaban, para
mediados del año anterior, en más de US $ 35.000 millones,
lo que es equivalente a nuestras reservas internacionales.
Entre ellas, están incluidas las entregas de petróleo
precios preferenciales, créditos con años de gracia e
intereses- dados “sin compromiso”- que suponen pérdidas
patrimoniales para la nación, amén de condonaciones de
deudas como el reciente caso nicaragüense (US $ 35 millones)
o el de Guyana (US $ 12,5 millones).
Sólo el ALBA (Alternativa
bolivariana para las Américas), pudiera estar insumiendo más
de US $ 3.000 millones anuales, a juzgar por las
declaraciones de personeros oficiales. Ese modelo para
atacar la pobreza-en otros países- pareciera ser exitoso, al
menos en el caso cubano, pues su economía viene creciendo en
los últimos tres años a una rata promedio cercana al 10%,
que según la CEPAL es producto de la “ampliación de las
relaciones comerciales con la República Bolivariana de
Venezuela, el notable incremento de la venta de servicios
profesionales al exterior, especialmente de salud, así como
la expansión de las exportaciones de medicamentos” En el
caso de Cuba estamos pagando “médicos” y otros “técnicos” a
precios internacionales mientras los propios no logran
doblar el salario mínimo.
En Nicaragua estamos haciendo
carreteras, y la nuestras siguen su proceso de deterioro,
además financiamos plantas de electricidad mientras que los
apagones en Venezuela son cada vez más frecuentes.
Nos preocupamos que el
imperialismo nos robe, pero en últimas estamos dilapidando
nuestros recursos en el exterior. Todo esto sin contar lo
referido a las ventas del petróleo en condiciones que
suponen perdida para la nación y la creación de empresas
mixtas y otros “joint venture” con empresas petroleras
piratas. Esto es un crimen de lesa patria, un crimen contra
la soberanía.
Pero si vamos a lo territorial,
donde un gobierno como este debería, por su carácter
militar, tener una posición firme, vemos como en función de
la lucha contra el imperio o con la idea de exportar la
revolución los temas territoriales se vuelven obscuros y en
casos contradicen las posturas tradicionales del Estado
Venezolano.
No nos referimos a ambigüedades
o insinuaciones como en el caso del apoyo de los caribeños a
Venezuela para el Consejo de Seguridad y su afirmación de
que apoyaban a países que no buscaban reclamaciones
territoriales con los miembros del CARICOM. Tampoco, a la
aceptación de Chávez de la actuación inconsulta del gobierno
guyanés en el territorio. Se trata ahora de la declaración
de nada menos y nada más que del Presidente del Partido
Comunista Venezolano, partido que apoya el Chávez y forma
parte del equipo gubernamental, quien considera las
legítimas aspiraciones de Venezuela sobre el territorio
Esequibo como absurdas y propone no seguir con esta legítima
aspiración.
El Sr. Carrera recuerda que este
problema fue creado por el “imperialismo ingles”, lo que
olvida decir es que las aspiraciones inglesas llegaban hasta
el rió Orinoco y que mientras el “juez” ruso favoreció a los
isleños, la representación del “imperialismo norteamericano”
abogó para evitar que Venezuela perdiera más territorio,
aplicando la criticada “Doctrina Monroe”.
Ahora para los revolucionarios,
lo importante es defender a los camaradas del People's
Progressive Party/ Civics que tienen control del parlamento,
así como al gobierno en cuya presidencia continua el
presidente Bharrat Jagdeo, que según el Sr. Carrera puede
ser considerado marxista.
Entonces, como podemos apreciar
no son las consideraciones de la soberanía de Venezuela lo
que definen las relaciones internacionales de la revolución
bolivariana, ni siquiera lo económico, sino más que la
política, la ideología. Debemos apoyar a los guyaneses
porque se alinean política e ideológicamente con la
revolución bolivariana socialista (¿marxista?), lo mismo hay
que hacer y se hace con los cubanos, bolivianos y ahora
nicaragüenses. Pero mientras que, en los demás casos hay
pérdida de patrimonio en términos comerciales y financieros,
cuando se dilapidan miles de millones de dólares sin
contraprestaciones para nuestro desarrollo, en el caso de
Guyana, podríamos estarnos enfrentando a una pérdida
territorial.
Cuando por allá en los años
ochenta se planteó la tesis del condominio- no la entrega-
de parte del Golfo de Venezuela, los primeros que salieron a
defender el territorio soberano fueron los militares. Pero
ahora, estos son temas de la cuarta república y pasan por
debajo de la mesa. Por encima pasa el oro que desecha el
honor, ya que todo se justifica por la revolución- ¿o
robolución? Para el chavismo la revolución es la soberana,
no Venezuela.
alfredomichelena@gmail.com