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Soberana revolución
por Alfredo Michelena
sábado, 3 febrero 2007


La continua arenga del chavismo en defensa de la soberanía nacional basada en el retornello anti-imperialista esconde la progresiva entrega del patrimonio nacional y la claudicación de las legítimas aspiraciones territoriales venezolanas.

En realidad existe un doble discurso pues, mientras estamos muy atentos a la invasión del imperialismo norteamericano, nos olvidamos que más de 30.000 ciudadanos cubanos trabajan en Venezuela, que cumplen quehaceres de médicos, entrenadores y asesores de diverso tipo, entre los cuales están los que laboran en posiciones estratégicas y de seguridad, en violación a las leyes nacionales.

Preocupa mucho al chavismo las ayudas que otros países, en especial el imperio, dan a las ONG venezolanas, acusándolas incluso de traición a la patria, mientras que continuamente el gobierno nacional interfiere en los procesos internos de otros países. Esto lo hace no sólo insultando a presidentes, personalidades, lideres políticos entre otros sino que además, financiando movimientos políticos, indigenistas, revolucionarios, en fin, contestatarios a los gobiernos establecidos. Adicionalmente, es público el financiamiento que hace a gobiernos locales de tendencias anti-gubernamentales, saltándose “a la torera” el “visto bueno” del gobierno central de esos países. Imagínense qué haría Chávez si los norteamericanos financiaran la gasolina del municipio Chacao.

En cuanto a la defensa del patrimonio nacional, se ha escrito mucho sobre la inmensa cantidad de transferencias financieras que la revolución ha hecho al exterior. Algunos analistas la calculaban, para mediados del año anterior, en más de US $ 35.000 millones, lo que es equivalente a nuestras reservas internacionales. Entre ellas, están incluidas las entregas de petróleo precios preferenciales, créditos con años de gracia e intereses- dados “sin compromiso”- que suponen pérdidas patrimoniales para la nación, amén de condonaciones de deudas como el reciente caso nicaragüense (US $ 35 millones) o el de Guyana (US $ 12,5 millones).

Sólo el ALBA (Alternativa bolivariana para las Américas), pudiera estar insumiendo más de US $ 3.000 millones anuales, a juzgar por las declaraciones de personeros oficiales. Ese modelo para atacar la pobreza-en otros países- pareciera ser exitoso, al menos en el caso cubano, pues su economía viene creciendo en los últimos tres años a una rata promedio cercana al 10%, que según la CEPAL es producto de la “ampliación de las relaciones comerciales con la República Bolivariana de Venezuela, el notable incremento de la venta de servicios profesionales al exterior, especialmente de salud, así como la expansión de las exportaciones de medicamentos” En el caso de Cuba estamos pagando “médicos” y otros “técnicos” a precios internacionales mientras los propios no logran doblar el salario mínimo.

En Nicaragua estamos haciendo carreteras, y la nuestras siguen su proceso de deterioro, además financiamos plantas de electricidad mientras que los apagones en Venezuela son cada vez más frecuentes.

Nos preocupamos que el imperialismo nos robe, pero en últimas estamos dilapidando nuestros recursos en el exterior. Todo esto sin contar lo referido a las ventas del petróleo en condiciones que suponen perdida para la nación y la creación de empresas mixtas y otros “joint venture” con empresas petroleras piratas. Esto es un crimen de lesa patria, un crimen contra la soberanía.

Pero si vamos a lo territorial, donde un gobierno como este debería, por su carácter militar, tener una posición firme, vemos como en función de la lucha contra el imperio o con la idea de exportar la revolución los temas territoriales se vuelven obscuros y en casos contradicen las posturas tradicionales del Estado Venezolano.

No nos referimos a ambigüedades o insinuaciones como en el caso del apoyo de los caribeños a Venezuela para el Consejo de Seguridad y su afirmación de que apoyaban a países que no buscaban reclamaciones territoriales con los miembros del CARICOM. Tampoco, a la aceptación de Chávez de la actuación inconsulta del gobierno guyanés en el territorio. Se trata ahora de la declaración de nada menos y nada más que del Presidente del Partido Comunista Venezolano, partido que apoya el Chávez y forma parte del equipo gubernamental, quien considera las legítimas aspiraciones de Venezuela sobre el territorio Esequibo como absurdas y propone no seguir con esta legítima aspiración.

El Sr. Carrera recuerda que este problema fue creado por el “imperialismo ingles”, lo que olvida decir es que las aspiraciones inglesas llegaban hasta el rió Orinoco y que mientras el “juez” ruso favoreció a los isleños, la representación del “imperialismo norteamericano” abogó para evitar que Venezuela perdiera más territorio, aplicando la criticada “Doctrina Monroe”.

Ahora para los revolucionarios, lo importante es defender a los camaradas del People's Progressive Party/ Civics que tienen control del parlamento, así como al gobierno en cuya presidencia continua el presidente Bharrat Jagdeo, que según el Sr. Carrera puede ser considerado marxista.

Entonces, como podemos apreciar no son las consideraciones de la soberanía de Venezuela lo que definen las relaciones internacionales de la revolución bolivariana, ni siquiera lo económico, sino más que la política, la ideología. Debemos apoyar a los guyaneses porque se alinean política e ideológicamente con la revolución bolivariana socialista (¿marxista?), lo mismo hay que hacer y se hace con los cubanos, bolivianos y ahora nicaragüenses. Pero mientras que, en los demás casos hay pérdida de patrimonio en términos comerciales y financieros, cuando se dilapidan miles de millones de dólares sin contraprestaciones para nuestro desarrollo, en el caso de Guyana, podríamos estarnos enfrentando a una pérdida territorial.

Cuando por allá en los años ochenta se planteó la tesis del condominio- no la entrega- de parte del Golfo de Venezuela, los primeros que salieron a defender el territorio soberano fueron los militares. Pero ahora, estos son temas de la cuarta república y pasan por debajo de la mesa. Por encima pasa el oro que desecha el honor, ya que todo se justifica por la revolución- ¿o robolución? Para el chavismo la revolución es la soberana, no Venezuela.
 

alfredomichelena@gmail.com


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