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El bochorno de Bachelet en Cuba
por Axel Kaiser
lunes, 2 marzo 2009


El reciente viaje de la presidenta de Chile Michel Bachelet a Cuba, ha derivado en un escándalo nacional pocas veces visto en las últimas décadas. Interpretando el sentir de gran parte de la clase política y la ciudadanía chilena, el escritor chileno y cercano conocedor del régimen castrista Roberto Ampuero, calificó el viaje de Bachelet como el peor bochorno presidencial de los últimos 20 años.[1]

Hasta el gobierno de Bachelet los presidentes Aylwin, Lagos y Frei, en un acto de consecuencia con la causa de los derechos humanos se habían abstenido de visitar la isla, lo que convierte a Bachelet en el primer Mandatario chileno en visitar Cuba desde Salvador Allende. Rompiendo drásticamente con la línea de sus predecesores Bachelet no sólo decidió realizar un viaje del todo innecesario y ajeno a los intereses de Chile, sino que rechazó reunirse con líderes de movimientos opositores a la dictadura castrista. Pero el bochorno fue mayor. Encontrándose en medio de un acto oficial de homenaje a Salvador Allende, la presidenta Bachelet fue avisada de que Fidel Castro la esperaba para sostener una reunión. Sin meditarlo la mandataria chilena se retiró apresuradamente y rebosante de alegría en pleno acto. El entusiasmo febril de Bachelet por ver a Fidel Castro impactó a nivel nacional e internacional. Roberto Ampuero señaló que “nunca imaginé que iba a ver a un Mandatario chileno corriendo enfervorizado y agitado por ver a un dictador”.[2] La hija de Fidel Castro residente en Miami, Alina Fernández declaró que Bachelet “cayó en el juego de Fidel, y una persona de su estatura diplomática no puede tener esos bochornos”.[3] Para el profesor Jaime Suchlicki de la Universidad de Miami “Chile salió debilitado y la credibilidad de la presidenta dañada” mientras Huber Matus, ex preso político cubano y actual miembro de la disidencia en Miami declaró que la visita de Bachelet a Cuba es una “identificación con la tiranía”.[4]

De paso la vistita de Bachelet sirvió para tensionar las relaciones entre Chile y Bolivia tras la revelación de Fidel Castro de que en su conversación con Bachelet le habría dicho que Bolivia tenía legítimo derecho al mar arrebatado por la oligarquía chilena hace más de un siglo. El agradecimiento de Evo Morales a Castro no tardó en llegar, ofreciéndole la oportunidad perfecta par resituar la pretensión boliviana en la discusión internacional.

Así las cosas el viaje de Bachelet a Cuba, un país con el que Chile prácticamente no tiene lazos comerciales ni vínculos de especie alguna, resultó en una vergüenza nacional y en un daño efectivo para los intereses del país. Queda entonces la pregunta de por qué Bachelet insistió con tal intransigencia en ir a la isla y reunirse con el dictador. La razón parece ser que Bachelet, otrora perteneciente a la línea más dura del socialismo chileno, siente una profunda admiración y simpatía por la dictadura castrista, lo que arroja serias dudas sobre su vocación democrática. Su escandalosa huida de un acto oficial para reunirse con Fidel, su categórico rechazo a tomar contacto con la oposición cubana y su silencio absoluto respecto a la situación de la democracia y los derechos humanos en la isla no permiten arribar a otra conclusión.


[1] Ver: El Mercurio, 15 de febrero de 2009

[2]Id.

[3] Id.

[4] Id.
 

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  Investigador, Instituto Democracia y Mercado


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