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El fin de la historia
por Axel Kaiser
miércoles, 30 mayo 2007


No me refiero a la tesis de Fukuyama. Lamentablemente no. Me refiero más bien a lo que fue la historia económica exitosa de nuestro país, esa que comenzó con el gobierno militar y que progresivamente en el tiempo fue decayendo hasta haber alcanzado su actual punto de agonía. Si se observa un gráfico de crecimiento económico la tendencia es evidente: mientras más ha gobernado la Concertación peor han sido los resultados.

Hay que reconocer en todo caso que es una gran cosa el que este proceso de deterioro no haya sido muchísimo más acelerado. Ha sido más bien paulatino, pero sistemático.

Usted se preguntará a qué se debe esta suerte de decadencia. Explicaciones habrá por todos lados: que la crisis asiática, que el problema energético, que la economía norteamericana, etc. Pero la explicación real es bastante más sencilla. Simplemente hemos venido abandonando la fórmula liberal que nos hizo exitosos. Y no podía ser distinto. Después de todo no nos gobierna precisamente una coalición convencida de principios como la libertad, la iniciativa privada y la responsabilidad individual. No. Nuestra coalición de gobierno cree en la sabiduría del Estado, en la igualdad casi a cualquier costo y desde luego desconfía – por razones ideológicas- de la propiedad privada. Ahora incluso dudan de algo que habían hecho medianamente bien: el manejo fiscal responsable. Así es, nuestra presidenta le pegó finalmente el palo a la piñata. Y ni siquiera van a ser necesarios los codazos para agarrar porque hay suficiente para todos. Ya lo dijo el senador Frei: si nos vamos nos llevamos la caja. (Ahí está la DC entre los freistas repartidores y los colorines ahora antiliberales nuevamente pavimentado el camino del desastre para Chile.)

Lo lamento por el ministro Andrés Velasco que sabe lo que viene. Una inyección tan gigantesca de recursos a un aparato público ineficiente y cada vez más corrupto sólo puede terminar mal. Obviamente ni la educación ni nada va a mejorar. Lo que si va a haber es el intervencionismo electoral más feroz de la historia de Chile como bien sospecha el senador Espina. Y es que mientras más tiempo se está en el poder más cuesta dejarlo.

Paralelamente el discurso estatista cobra cada vez más fuerza. Nos quieren convencer del mito del Estado de bienestar. Típica movida “a la latinoamericana”para capturar votos por la vía de la asistencia estatal. ¿No ve que si gana la derecha se le acaban sus beneficios?

Pero además ha reaparecido la ideología, esa curiosa fiebre intelectual que inunda la psiquis con alucinaciones tan falsas como nefastas. Ha resurgido el espíritu antiliberal y populista de nuestra izquierda, sin duda potenciado por el efecto Chávez. La nueva ley de enseñanza anti lucro y anti selección – totalmente gramsciana por lo demás- es apenas un ejemplo. Otros son el royalty al salmón o la expropiación de terrenos a empresas inmobiliarias con fines sociales. Y así vendrán otros.

En fin, sólo queda rezar para que realmente exista algo especial en nuestro país, alguna fuerza misteriosa que nos permita arreglar las cosas. Porque así como vamos ya podemos preparar la lápida para nuestro chispazo histórico.
 

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  Axel Kaiser, Investigador asociado Área de Análisis del Entorno Empresarial, Escuela de Postgrado, Facultad de Economía y Empresa Universidad Diego Portales.


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