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¿Dónde está la elite?
por Axel Kaiser
sábado, 10 marzo 2007


Chile se encuentra al borde del fracaso. Fracaso que consiste en no haber tenido la inteligencia ni el coraje para haber dado el último empujón hacia el desarrollo del que hemos estado tan cerca todo este tiempo. Después de 20 años de democracia no fuimos capaces de consolidar la revolución económica iniciada en el gobierno militar, la que como todo el mundo sabe nos permitió sacar distancia de los demás países de esta gran favela que se llama América Latina. Y quienes se encuentran especialmente llamados a desempeñar tal rol es la elite de nuestro país. Son ellos quienes tienen las herramientas para generar los cambios en beneficio de la mayoría. El fracaso de un país es el fracaso de su elite. Porque si la elite que cuenta con la educación, el poder económico y el poder político no lo hace entonces quién lo hace ¿un Chávez?

Características de nuestra latinoamericanización son la desigualdad obscena en la distribución del ingreso, la concentración de la riqueza en un par de manos, la generalización de la corrupción, la expansión del estado, el aumento de la delincuencia y el crecimiento económico mediocre entre otros. Todo esto esta pasando en Chile mientras la elite, compuesta especialmente por la nobleza de Estado y quienes pertenecen al estrato social mas alto, se mantiene indiferente en su día a día. Y claro, el botín fiscal es más jugoso que nunca, los sueldos de parlamentarios son equivalentes a los de gerentes de primera línea, la bolsa ha dado resultados nunca vistos, los colegios privados funcionan y el Transantiago es un problema ajeno.

Lo cierto es que la elite de nuestro país se ha sumido en una autocomplacencia tan peligrosa como falsa. Y lo peor es que quienes nos gobiernan apelan a la magia como respuesta a nuestros problemas. Así es, la magia de que aumentando el tamaño del estado de pronto se incrementará la felicidad y el bienestar de los chilenos. La oposición de su parte reclama, pero carece de propuestas y sobre todo de caras nuevas que resulten atractivas. Y no porque no existan, sino porque quienes toman las decisiones aun no se han querido enterar de que su tiempo como actores absolutos ya pasó. Simplemente ya no lo lograron. La verdad es que hicieron casi todo mal. Desde no haber existido como oposición en el gobierno de Lagos – uno de los peores de la concertación según casi todos los indicadores objetivos por lo demás - a no haberse puesto de acuerdo en un candidato para la elección presidencial.

Mi pronóstico es que Chile finalmente se va a quedar atrás y todo esto no va a haber sido más que un destello. Y es que cuando la elite económica y política de un país subdesarrollado olvidando al resto de la población se sumerge en una lucha frenética por incrementar sus ventajas, ya no hay nada más que hacer. Salvo tener cuidado, porque en América Latina invariablemente la masa de rezagados pasa la cuenta. Muchos dirán entre risas que en Chile esas cosas no pasan. Mejor no confiarse demasiado. No vaya a ser que después de todo descubramos que no somos los ingleses de Latinoamérica, sino latinoamericanos sin más.

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  Axel Kaiser, Investigador asociado Área de Análisis del Entorno Empresarial, Escuela de Postgrado, Facultad de Economía y Empresa Universidad Diego Portales.


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