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El aguafiestas
Luis DE LION
Domingo, 27 de Octubre 2002


La democracia venezolana es una chaqueta reversible, unisex y talla única; eso es lo que se me viene a la cabeza cuando leo en los periódicos las diversas entrevistas del Gral. Enrique Medina Gómez. El jugador más valioso de la semana según algunos, el próximo presidente de la República según otros.

Sin embargo, considero que éste hombre es tan peligroso como todo aquél que dispone de la bomba atómica. Felizmente para el resto de la humanidad el Gral. Medina, manipula - sin mayor destreza - una bomba atómica constitucional, de producción artesanal; me refiero al artículo 350 de la Constitución. Artículo, por cierto, que ni los propios reencauchados constitucionalistas, Escarrá y Cecilia Sosa, logran explicar de forma seria y objetiva.

Con la fuerza disuasiva que le otorga el 350, éste pichón de prócer nos dice que el resto del país debe incorporarse a su proceso, mientras señala que las movilizaciones masivas y espasmódicas de millones de venezolanos, puede que tengan un impacto mediático - cito textualmente - "pero políticamente no consigue nada".

General, esa masa espasmódica y de impacto mediático, es la que hizo posible que usted no pasara a la historia el propio martes en la noche como un Pedro Soto cualquiera. El que se está incorporando al proceso es usted, junto al grupo de militares que lo apoyan; por favor no sea arrocero, que el puente que le tendieron la Coordinadora Democrática, la CTV y Fedecámaras; no fue precisamente un puente de guerra. Póngase a recoger firmas y olvídese de ese cuento de inminentes, borrosas y precipitadas elecciones que muchos piden a gritos, como pidieron constituyente en una reciente ocasión.

Ordénele a sus compañeros que cesen en sus anuncios calichosos de casos de corrupción. Eso es periódico de ayer.

Quítese el montón de insignias que lleva consigo, que no dudo son todas meritorias y le sugiero se coloque unas chapitas que digan: ¡¡ Referendo ya !!, ¡¡ Asamblea despierta !! , ¡¡ Créanme no quiero ser presidente !! Así mejorará su imagen ante la opinión internacional, comunidad - por cierto - para la que ya no somos una República bananera sino una potencia bananera.

En lo único que tiene usted razón es que no estamos ante un golpe de Estado clásico; en virtud que al golpista clásico lo puso una mayoría de venezolanos en Miraflores.
luisdelion
© 2002