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¿El cuantohaypaeso gana elecciones?
por Alberto Franceschi  
domingo, 24 junio 2012


Ha quedado demostrado por la simple experiencia  histórica, en la economía, que muchas veces el mal de unos es el bien de otros,  que no se progresa linealmente  en todos  los sectores económico-sociales y menos aun armoniosamente entre todas las naciones.

Se ha abierto paso con gran fuerza  el argumento, sobre todo en USA,  que la inequidad impositiva y la distribución desigual del ingreso  genera recesión y pobreza general, por cuanto, cuando atosigan de impuestos a los sectores medios  y se genera desempleo entre los asalariados, mientras  disminuyen  la carga impositiva equilibrante  a los  del sector  más rico, se termina por realimentar el retroceso.

Y esto ocurre, argumentan,  a partir de exponenciarse un fenómeno sencillo: al subir impuestos se liquidan los ahorros y disminuye la pequeña inversión que motoriza  demasiadas actividades complementarias y el consumo, amén de constatar que cuando baja el consumo de la inmensa mayoría,  por carencia de  ingreso, eso termina  contrayendo la demanda de empleo. Y esto nunca es compensado por un mayor gasto del sector más rico, que por definición es ultra minoritario y consume muy poco, visto de conjunto.

No deben perderse muchos empleos si los ricos consumen menos caviar, lo grave por ejemplo en Venezuela,  es que los pobres no puedan comprar cemento o bloques o cárnicos.

De manera que el viejo argumento que reza  que disminuirle  impuestos a los más poderosos genera empleos, porque y  que invierten más,  ha resultado absolutamente incierto.

La burbuja que estalló en USA en 2007-2008  y que ahora está reventando en España y en la zona Euro, tiene su explicación precisamente en el  hecho que habiendo abatido el ahorro de la grandes mayorías  y  consecuencialmente su nivel de consumo, se buscaron  sustitutos a  las utilidades naturales y acumulación de capital, migrando desde el proceso productivo hacia cada vez más extensos y viciosos  mecanismos de especulación.

Se  inflaron  así,  deliberadamente,  el valor nominal de los haberes  físicos  o de los  intangibles, y  luego por la vía bursátil  y  del mercado  de  deudas,  cada vez mas envilecido,  por las sucesivas  evaluaciones  degradadas  y  su consecuente  pérdida de calidad bursátil,  se generó una  inflación mortal  de  esas deudas contra  los acreedores, a quienes  llevaron, por decenas de millones,  a la quiebra al desempleo o mínimo a una pérdida sustancial de patrimonio privado y de ingresos, que reduce la recaudación de impuestos y a su vez dispara el déficit público.

El circulo vicioso de bancos que arruinando a sus propios clientes hipotecarios pasan a convertirse en la victima de su propia crisis sistémica,  emprenden  otro circulo vicioso,  donde vemos a “los bancos  rescatando  al Estado” enjugando y aumentando vertiginosamente  el déficit  y  luego  al “Estado rescatando los bancos” caídos en rojo, tras sus aventuras y haberes devaluados.

Ahora bien frente a  esas  burbujas de encarecimiento especulativo del  valor de  propiedades,  que arrastran a los bancos y financieras, con activos sobrevaluados, a insolvencias  y que al derrumbarse  los expone a la quiebra o a su sustituto simulado a través de las fusiones y absorciones, de los peces chicos por los grandes, vamos a encontrar el remedio en una artificiosa distribución  de ingreso, forzada a través del déficit público  y  endeudamiento Estatal, que es sustentable si representas un Estado poderoso y “demasiado grande para quebrar”  como USA  o  el actual caso español que de colapsar se llevaría en los cachos  el Euro,  o con un posicionamiento muy sólido por ejemplo  en la venta de energía como es el caso del Estado venezolano.

El problema se presenta  cuando  lo que dá  solidez a ese Estado  se derrumba, como ha empezado a ocurrir con nosotros con los precios petroleros, que caen  en la medida en que se contrae la economía mundial y al surgir nuevos proveedores.

Pero si  además de lo anterior ocurre un  despilfarro continuado de recursos públicos, a partir de prácticas demagógicas y  hasta  obscenas como es el caso del precio de la gasolina en  Venezuela  (1 dólar por un tanque de 60 litros, es decir 50 veces menor que  en USA o UE ) o el subsidio a la alimentación de un tercio  de la población,  pagándole por lo menos la mitad de su factura de alimentos  a  cada familia, por muy loable que esto resulte para los fines  humanitarios,  termina generando  una escases continuada  y una inflación en alza de lo que llega al mercado, a unos costos que están muy por encima de los beneficios  que rinden los subsidios de algunos alimentos de consumo masivo. Pan para hoy hambre para mañana.

El secreto para mantener a flote, e incluso lograr un crecimiento bastardo, pero crecimiento al fin, de la economía vudú de Chávez-Giordani, no radica solo en la solides del  ingreso de divisas, sino la repartidera de real entre y sobre todo una nueva clase media roja rojita, amamantada en estos 14 años, que  consume masivamente al lado de lo que queda de la vieja,  que sobrevive  gracias  a  su mimetismo  con las fórmulas de sobrevivencia, que han cobrado un muy vigoroso impulso con el “cuanto hay pa´ eso”, las coimas, los nexos para convertirse en proveedor de algo al gobierno, el amparo de las misiones etc.

La oposición escogió la fórmula  de querer derrotar al gobierno en su propio terreno del lenguaje y la oferta clientelar, cuando quizá lo único que puede sacarles de cuajo del poder son los argumentos políticos, que demuestren como están  destruyendo TODO y como la nación se va al demonio con el continuismo chavista.

Así,  poniendo en tres y  dos a esa mayoría conformista y  gradualista,  puede obtenerse la ruptura de esta espesa abulia de influencias mediáticas  y apartarlos de los dilemas de la menor resistencia, que serian por los  seguramente se opte, de mantenerse  la batalla en los términos actuales.

El gran problema es que dada la oferta del gobierno que tiene  mayor credibilidad  en  lo del reparto,  porque sigue siendo al propio tiempo lo de mayor cualidad conformista,  al  capitalizar el reflejo conservador,  este trabajará en prioridad  al servicio del chavismo  y no en favor de la oposición.

El chavismo terminó siendo sólido políticamente mientras duren los altos precios petroleros y el mimetismo político de la oposición, que aspira  apenas a realizar mejor la repartidera, empezando por querer compensar a sus propias clientelas y en esos términos la pelea con el chavismo es cuesta arriba.

Se nos ha dicho que ha quedado demostrado  el gran acierto  que pueden significar las prédicas dulces, que ya llenan grandes avenidas  de clase media y pueblo entusiasta, eso es correcto.

Pero eso tiene un techo, la ideología de las banderas clientelares  ya tienen con las misiones un fuerte piso del lado gubernamental. Nótese que el chavismo, sin abandonar la repartidera pone el acento en la batalla política frontal.

Se nos dirá que  no hay que dejarse llevar a ese terreno  que favorece a Chávez que  nuestra ventaja está en  el apaciguamiento.  Muy bien lo averiguaremos  el 8 de Octubre. Deseo que no se equivoquen, aunque igual se iniciará  otra cuenta política. Si estas opciones actuales de la oposición no ganan teniendo TODO a favor, entonces me imagino que sobrevendrán otros enfoques.

franceschi1947@gmail.com

 
 

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