Me animo a tratar de responder
esta pregunta que me hacen gente conocida, cada vez con
mayor frecuencia y confieso que dependiendo de… en lo que
anden, les respondo “estalla”… o “aguanta”.
Como no ando en plan de acertar pronósticos, no me agrada
angustiar mas a los que no aguantan y quieren que todo
estalle, contra el gobierno se supone, ni menos a los que
desean que aguante, porque en el fondo les va, más o menos
bien, y no quiero arruinarle su precario equilibrio
mental, de pacto con la realidad, como quieren verla…sin
sobresaltos.
Todos sin embargo se definen contra el gobierno y
desprecian con los peores epítetos al artífice de esta
pudrición nacional.
Ya muy pocos recuerdan de donde viene todo esto, el tema
es para donde vamos y la angustia sobre nuestro futuro, en
manos de esta cosa, que de Gobierno y Régimen, pasó a ser
esencia del Estado, --estructura y tejido económico
social-- sin que quede ya casi nada por fuera de la cloaca
en que estamos metidos, en veloz carrera descendente hacia
no se sabe cual séptico gigante, o hacia un vertedero al
aire libre, que nos permita respirar de nuevo.
Aunque les parezca abstracto, virtual, como se dice ahora,
nada es más concreto que las preguntas iniciales. Y como
es por escrito y dirigido a miles de lectores debo esta
vez ser absolutamente sincero en estas reflexiones de
respuesta.
El problema para responder y definir cuál es el pronóstico
más probable, como quieren imaginarlo, es que hay que
agregarle la variable tiempo.
Y parece mentira pero es detrás de ese componente de la
ecuación, donde la gente logra disimular sus ilusiones,
por ejemplo, recostados a querer salir solo pacifica y
electoralmente de los prostibularios, esperando
estoicamente hasta 2012.
Pero también es cierto que quienes sostenemos que esto NO
AGUANTA MAS, en el fondo queremos un cambio abrupto y
profundo de régimen, por cuanto diagnosticamos que la
gangrena del país es tal que no puede haber transición de
avance hacia la reconstrucción democrática, incluyendo al
chavismo como un factor con fuerza institucional, por la
sencilla razón que solo pueden dedicarse al sabotaje de
ese reencuentro de destino de nación.
Como las elecciones se ven tan lejanas en el tiempo y
fortuitas, aleatorias sobre todo, dada la cuasi-certeza
que Chávez las ganaría mediante su probado sistema de
fraude y ventajismos delincuenciales; está creciendo en
popularidad la tesis de salir cuanto antes de la casta
lumpen gobernante.
Se observa con razón, que ya entraron grandes sectores
obreros y populares al escenario de las luchas constantes
e intransigentes, enfilándose contra las perniciosas
políticas económico- sociales del gobierno, cada vez
exculpando menos la responsabilidad directa de Chávez, e
incluso ensayan la acción directa contra sus represores de
la GN, como en Caucagua, Curiepe, Araya etc.
Huelgas radicalizadas en todo el país y enfrentamientos
con las gaveras de bombas molotov, para defenderse del
“gas del bueno” de Chávez, como vimos en Curiepe:
¿constituyen acaso un signo premonitorio, o ya en marcha y
de lo que viene, en lo profundo de la psiquis de la
rebeldía colectiva, como expresión palpable que vamos al
estallido en lugar del aguante?
Si en los próximos meses no se da el estallido, esperado
por muchos, la vieja discusión sobre lo electoral SI, lo
electoral NO, volverá de nuevo al epicentro de la
discusión política, pero despojada de los viejos
ultimatismos, produciéndose una síntesis de nuevos
contenidos, que esta vez serían radicales.
Me explico, ya no se tratará de escoger entre participar
electoralmente, como socio alcahuete del régimen, cantando
loas al sistema electoral fraudulento o dividiendo por vía
de la abstención, el espectro de la oposición que es
ampliamente mayoritaria en la población.
El abstencionismo por más genuino y justificado que sea,
no puede facilitarle las tareas hamponiles al gobierno,
provocando que los millones que quieren salir de Chávez y
que quieren seguir usando el voto, no tengan un liderazgo
que arranque unas elecciones limpias y se imponga con una
victoria, y cuyos resultados deberán hacerse respetar por
todos los medios, sin descartar el precio de una grave
confrontación interior, que deberíamos ganar incluso, de
ser necesario, en la arena geopolítica regional, allí
donde Chávez escogió el terreno para hundirnos y desde
donde todo se devuelve contra su régimen piltrafa.
Algún día podremos hacer una discusión honesta sobre esta
divergencia recurrente en la llamada oposición, por la
sencilla razón que no hay manera de evitarla.
Queda pendiente el tema de: ¿Y si aguanta como lo
derrotamos?... Además del lógico: ¿ Y si estalla…? ¿qué se
hace? O más interesante aún: ¿cómo se hace para que
estalle?
Y debemos construir, así sea solo en la vanguardia de las
luchas, los escenarios para discutir esto y actuar,
armados de un programa y una estrategia, que es lo más
importante.
Perdonen una pequeña inmodestia, pero es eso en lo que “me
gradué” entre “aguantes” y “estallidos”, recorriendo por
30 años medio planeta, estudiando y viviendo de crisis en
crisis.
Es cierto que en el pasado varias veces tomamos nuestros
deseos por realidades...¿Quien en política no ha cometido
ese pecado del oficio?
Lo nuevo es que demasiados estamos pensando lo mismo... no
son solo deseos… esta vez hay sobradas razones para creer
que son realidades.
franceschi1947@gmail.com