Escuché por CNN la larga
conferencia de prensa del depuesto presidente Zelaya,
donde deja “en manos de las potencias” lo que ocurra luego
del ultimátum de la OEA, que llevará el pendejo Insulsa a
Tegucigalpa.
Entendí que Zelaya no va a llegar por la puerta grande con
comitiva de asomados. Chávez se rajó de primerito, porque
sencillamente esos teatros pueden verse en las películas,
pero no en escenario políticos de confrontaciones álgidas.
Pero a diferencia de otras oportunidades Zelaya dejó
entrever que entraría a territorio hondureño por otras
vías.
Si imaginásemos lo peor, quizá amanezcamos el domingo 5 de
Julio próximo, con un operativo de despliegue armado desde
la frontera nicaragüense, tomando un pedazo de territorio
hondureño por parte de tropas venezolanas, sandinistas y
del ALBA, (léase batallón cubano de presencia simbólica)
para establecer allí en esa cabeza de puente al gobierno
Zelaya, ya reconocido internacionalmente por la OEA, ONU
etc.
Si ocurriera eso empezaría ese mismo día una guerra civil
en Honduras y un conflicto regional de sorpresivos y
dramáticos cambios de alineamientos políticos y
diplomáticos. La derrota militar de cualquier aventura
chavista contra el gobierno Micheletti de Honduras es 100%
segura.
Pero Chávez tendría por fin su ansiada guerrita con el
mejor piso diplomático posible, por unos días, por cuanto
lo que arme para sostener esa aventura intervencionista,
se le derrumbaría como castillo de arena ante la primera
ola que rompa desde la indignación general contra él, por
abandonar el escenario diplomático para generar un
conflicto armado de complicadas repercusiones.
El desatino de la OEA y los gobiernos dispuestos a ir más
allá de represalias limitadas y tolerables contra
Honduras, por haber resuelto su pleito interno de una
manera desagradable a los interesados en tenerla como
patio trasero, se iría de las manos si se arma y desata
una estrategia intervencionista propia del ALBA, atizada
por Chávez, que pondría nuestros reales y una fuerza
militar venezolana en plan de despliegue ofensivo, para
calmar sus resentimientos y sus manías imperiales de
pacotilla.
¿Será capaz alguna vez Chávez de pasar del discurso
incendiario a las vías de hecho, de las que puede resultar
chamuscado también aquí en Venezuela, arruinando su base
de apoyo militar?
¿Planea acaso Sabaneitor, utilizar el escenario hondureño
como la excusa de oro, al comprometer criminalmente el
país en una guerra intervencionista de bolsillo, para
meternos a todos en su saco de traidores a la patria y
justificar entonces darle tres vueltas a la tuerca del
despotismo local, para llevarse en los cachos a
Globovisión, RCTV por cable y decenas de otros medios
incómodos para su anhelado plan de rigor policiaco-
militar de silencios mediáticos sepulcrales?
Les confieso que aún siendo Chávez un bocón incorregible,
existe el riesgo de que se haya creído su propio cuento y
hasta invente que él puede agarrarle el rabo a Obama en su
mar interior territorial centroamericano.
Si ese fuera el caso todo dará un viraje de 180 grados
contra Chávez y creo no equivocarme si digo que el lio
hondureño puede terminar en Fuerte Tiuna, como él teme por
otras mil razones, porque el tema golpista es omnipresente
en su mente y ubicuo en las circunstancias del caos
cotidiano en que ha sumergido al país. Ve golpes hasta en
la sopa y tiene la tentación de hasta botar el plato.
Si todo lo anterior es solo una trama de hipótesis y el
conflicto hondureño sigue su curso y quedara en su fase
político-diplomática, hasta que deje de ser noticia de la
primera pagina, el depuesto Zelaya pasará a la décima
anunciando en un recuadrito su enésima conferencia paga en
algún pequeño auditorio de la región caribeña…
franceschi1947@gmail.com