Al precio de hacernos parecer
un país de ridículos, que sostiene en el poder a un
sembrador de truenos en la diplomacia internacional, el
sujeto sabaneitor gobernante la agarró ahora por meter a
Rusia en sus maniobras de verborrea solitaria y
tragicómica anti USA, con el único propósito de generar
miedos, alineamientos internos automáticos, entre sus
variopintos seguidores delincuenciales y algo de temeridad
en sus ofensas a la primera potencia hemisférica y
mundial, de la que busca infructuosamente, desde hace 10
años, provocar algún gesto de hostilidad, para poder
justificar su antiimperialismo peorro, que solo puede
designarse así, porque paradójicamente esta patraña esta
financiada con petróleo caro vendido a USA.
El máximo comandante en jefe
de la gurupera egregia, padre del pueblo y holistico
hacedor del bolivarianismo contemporáneo, le buscó la
vuelta, en su oceánica ignorancia manejada sin duda con
astucia innegable, en un país de élites con cogote
reverencial incorporado, para buscar, contra toda lógica,
reeditar una "guerra fría" post mortem en el Caribe que
le beneficie, como otrora la real que permitió instalar a
los Castro por 50 años en el poder omnímodo de esa
miserable isla de estatismo totalitario.
La maldita manía de querer el
mismo tipo de poder cubano, pero a punta fraudes, de
chequera para misiones, para compra de apoyos de gobiernos
chulos, de legiones de vagos activistas cantando loas al
líder etc, nos tiene ahora arrastrados por la peor senda
de la diplomacia del escándalo, buscando a como de lugar
una confrontación externa, que justifique rediseñar el
régimen para convertirlo en perpetuo como el de los
Castro.
Chávez no quiere suspender
las elecciones como se afirma ingenuamente. Chávez quiere
ganarlas otra vez con trampa y mega chantajes como ese, el
más ruin de todos, que supone la amenaza de un escenario
de guerra civil, si no se le mantiene en su poder
ventajista y pícaro.
Poca gente asocia o recuerda
que en septiembre de 1962 el presidente Kennedy de USA,
evitó in extremis una guerra nuclear de exterminio total
entre su país y la URSS (el imperio comunista ruso)
pactando la retirada vergonzosa de la amenaza misilística
montada por los soviéticos en Cuba, a cambio, en
contrapartida, de la desinstalación en los seis meses
siguientes, de los misiles norteamericanos desplegados en
la frontera turca apuntando Moscú.
La otra condición expresa que
se pactó en secreto era que Castro podía morirse en el
poder, sin que los gringos invadieran y quizás muchas
otras vainas mas.
Ahora Chávez, en su infinita
capacidad de jodedor de nuestras conveniencias como nación
civilizada, diseñó la estrategia de hacerse peón de Rusia
que según él puede exhibir aún una capacidad bélica
desplegable en el Caribe, para defender su gobiernito, que
les compra algunos miles de millones de dólares, que por
cierto son muchísimos menos de los que perdería Rusia si
dañara sus relaciones con los propios EEUU.
Alguien debe explicarle a
Chávez, que la URSS dejó de existir en 1989 y que ahora
Rusia busca convertirse en una potencia CAPITALISTA,
porque dejó atrás la ideología comunista de estado
totalitario, que usaba a Cuba como peón cliente y
gendarme delegado para África.
Si Venezuela se convirtiera en
un peón ruso les aconsejo, a los que tengan edad para
hacerlo, que pidan un pasaporte y visa para irse a Rusia y
montar grandes negocios, porque allá crece a borbotones el
capitalismo del que Chávez llama salvaje, los de Locatel
ya entendieron eso y montaron tremendas tiendas en Moscú.
A propósito: ¿No han notado,
amigos lectores, que Chávez ha dejado atrás la manía de
convertirse en peón de los chinos?
La razón es simple y será la
misma que también, respecto a Rusia, le hará abandonar
sus maniobras de barrendero, porque no puede alardear de
ninguna complejidad de sus actos, por ser explícitos,
rasos, intrascendentes, banales, aunque haga malabarismo
con la escoba, en este caso con su bocota, que es solo del
tamaño de su chequera, como le endosó hace días un
indignado líder de la oposición boliviana.
Chávez no logró moverle ni una
pestaña a los chinos, para que participen de su juego
diplomático de escandalizar contra USA. China tiene un
superávit comercial con Estados Unidos que ya supera los
150.000 millones de dólares anuales y cien mil millones
de esos los invierte, el tesoro chino, en compra de bonos
del tesoro yanqui, por lo que podrán imaginar que los
hábiles chinos están demasiado interesados en la
estabilidad y el orden de las finanzas y de la geopolítica
del imperio y poderío yanqui con el que China ayuda a
mantener el status quo mundial.
¿De donde sacó Chávez que
puede asustar o desafiar la superpotencia norteamericana?
Quizá lo único que si logre
con esta perorata antiyanqui, es lo de fusionar sus
fuerzas militantes menguadas, aunque fanatizadas con ese
discursito ramplón.
Los "cerebros" de
izquierdistas son de tal simplicidad y esquematismo que
cuando incursionan en tratar de conocer a USA solo se
interesan en sus cifras de drogadictos, sin techos,
asesinos en serie o pandilleros. A ninguno se le ocurre
preguntarse la razón por la que, si dieran entrada libre a
los EEUU, para allí fueran a vivir y a prosperar la mitad
de la población de América Latina, huyéndole a gobiernos
como el de Chávez.
La carta rusa es la última
truculencia, que nos cuesta demasiado cara, con la que
sabaneitor busca fanfarronear para polarizar
favorablemente hacia su poder perpetuo, una escurridiza
mayoría electoral, que perdió en las mentes y desea volver
imponer con sus smartmatic y con el miedo pánico de todos
a la guerra civil o a cualquier confrontación externa que
perderíamos con 100% de garantías.
De no ser por la barbarie de
la mortandad y penalidades y la sordidez de la desgracia
que se ensañaría una vez mas contra los mas humildes, que
harían de carne de cañón con sus cadáveres mezclándose
con el fango de las trincheras, diría que paradójicamente
sería oportuna una confrontación armada para quitarnos a
Chávez de encima en 24 horas. Por si alguien lo duda, les
desaliento con la tesis que lo que urge es organizar la
estrategia política opositora, de manera tal que le tuerza
el brazo y le cierre la boca a este irresponsable
belicista, sacándole del poder antes durante o después de
las elecciones.
La carta rusa de Chávez es
otra ridiculez de este teatro postmoderno del absurdo
venezolano.
Todo se basaría en la máxima
antipatriotera:
EL ENEMIGO PRINCIPAL ESTÁ EN
NUESTRO PROPIO PAIS.
franceschi1947@gmail.com