El
que carezca de estómago para buscar todo aliado posible
contra el despotismo en desarrollo, y el que no tenga
capacidad para amarrarse la lengua y no verter ofensas
contra aliados, por circunstanciales que sean, no puede
estar en la dirección de los procesos unitarios y al
propio tiempo de gran exigencia de claridad estratégica,
en lo que se quiere.
Tal es la condición
indispensable para aprovechar, con la caída de Chávez,
reconstruir sobre otras bases, nuestra "tierra de gracia"
para convertirla en un Estado moderno de primera.
A riesgo de quedarme sin
lectores simplistas, sigo diciendo lo que pienso.
Disgustando, ademas de mis tradicionales detractores
chavistas, a quizá cada vez más variados segmentos
opositores.
Mi mayor satisfacción, sin embargo, es que estoy en
creciente sintonía con una amplia mayoría, que puede
combinar la intransigencia contra este régimen, con el
rechazo a los fanatismos de fascismos de todos los colores
y por si fuera poco, permanecer ajeno y contrario sin
ambages, como crítico implacable, de la blandenguería de
quienes terminan haciendo el papel de colaboracionistas o
de oposición oficialista.
Entendámonos por lo menos en saber donde estamos parados,
por lo que invito, amigos, a debatir con altura a quienes
sostienen otra opinión en la oposición.
El Rosalismo, cuyo ideólogo mejor armado es Teodoro,
representa un acomodaticio segmento social de clase media
(baja y media) que logró sobrevivir con ingresos mas o
menos sólidos y que quiere, busca, desea, defiende la
coexistencia pacifica, paciente y hasta el 2021 y
mas allá de ser necesario, con este régimen, del que le
molesta apenas la irresponsabilidad del mandamás.
Pero como el poder se hace dictatorial y repele la sola
existencia de opositores, así sea de timoratos, el
carácter cada vez mas atrabiliario e irritativo de este
poder, empuja a todos a la acción contra el; solo que el
Rosalismo lo hace con tales rebusques diplomáticos (como
lo del déficit democrático) que terminan por hacer
aparecer inviable y hasta ridícula, esa acomodaticia
política de oposición oficialista que defienden.
El fatalismo de esa corriente, que puede agrupar hasta un
10% de los votantes de Rosales llega al colmo, en sus
afanes colaboracionistas, de negarse a si mismos al no
admitir que SI hubo fraude el 3 D. Pero esa corriente solo
puede vivir de negarlo, porque si lo admitiera, perdería
de facto lo que todavía tienen. No por casualidad Teodoro
y Rosales tienen en común la concepción de que el CNE
juega limpio y que el R.R. del 15-08-2004, también lo ganó
Chávez.
Por su parte, Borges y su partido PRIMERO JUSTICIA,
constituyen la corriente y clientela más consciente y
consecuentemente colaboracionista del régimen, del que
buscan cuotas de participación. Su política se basa en la
complicidad abierta, con Chávez, de sectores económicos
muy poderosos, que al propio tiempo son los financistas
del PJ, y viven en la expectativa de mantener ese status
quo con el poder.
Su base social es de sectores sociales medios y altos.
Todos los que tienen mucho que perder convienen en querer
hacer de Primero Justicia, un interlocutor válido del
gobierno.
Mientras Teodoro y el Rosalismo guardan una mínima
compostura, a partir del debate de ideas, de premisas de
fantasiosas esperanzas en el campo gubernamental, al que
incitan a comportarse como demócrata, el caso de PJ y
Borges es solo de cálculo de intereses. Su guía es una
calculadora digital. Ellos están dispuestos a inmolarse
por sus financistas y por las paciencias infinitas de sus
apoyos políticos externos (en eso son idénticos al
Rosalismo) que pelean con Chávez al ritmo de los alegatos
diplomáticos que pueden durar décadas.
La posición mas digna de todos, contradictoriamente la
tienen las viejas organizaciones políticas arrinconadas,
herederas de las culpas y no de las ventajas de quienes
usufructuaron de la Cuarta. Son los agredidos, sacados de
cuajo de la administración publica, con bases
clientelares diezmadas, abandonadas a su pésima suerte por
otrora magnates de poderosos apoyos, hoy en conchupancia
directa con el régimen o, en el mejor de los casos,
convertidos en factores gallinas de exagerado y
conveniente "cuide".
AD, COPEI, Proyecto Venezuela, y varias organizaciones
menores, más o menos satelizadas a estas propuestas de
resistencias radicalizadas (quiéranlo o no aceptar
sectores tradicionalmente antipartidistas) son los que
empiezan a llevar la batuta en círculos amplios de una
clase
media radicalizada y en segmentos populares, cada vez mas
importantes, que siguen o son arruinados
inmisericordemente, por la segregación económica y
política del proceso dictatorial, que solo acepta que
coman los que sean incondicionales y neutrales respecto al
chavismo.
En los próximos meses el mapa político comenzará a
moverse, en medio de grandes abstenciones electorales
hacia el polo radicalizado. El sector colaboracionista de
Rosales y PJ quedarán hechos polvo, por la
irresponsabilidad de Chávez, quién exigir, primitivismo en
el
debate, planteándolo en términos excluyentes. Como siempre
solo dos actores: Él y sus contrarios. Su piltrafa de
régimen y quienes querríamos acabar con este.
Aunque a muchos les parezca que ya el mapa está completo,
no les sorprenderé con la noticia sobre que seguramente
aparecerá, con cierta significación, el chavismo sin
Chávez, del que PODEMOS, segregado del paraíso, será
vanguardia.
Pero falta la que creemos será una posición mayoritaria,
de indispensable conformación, cada vez más dinámica, a
medida que se acerque el viraje histórico del fin del
chavismo y la crisis de
definición que sufrirá la nación.
Antes y en medio de esa coyuntura creativa, deberá también
constituirse como necesarísima, la opción de instaurar un
nuevo Régimen y un nuevo Estado. Atravesando grandes
riesgos se disputarán simultáneamente las propuestas para
acabar con este régimen, cuyas tareas deben ser asumidas
sin sectarismos por una gran coalición de personas e
intereses juramentados contra la dictadura en ciernes, y
el forjamiento de lo que lo sustituirá.
Si menciono por ejemplo a Carmona y su Venezuela Compañía
Anónima, me entenderán, porque quiero mencionar la soga en
la casa del ahorcado. Se necesitan grandes consensos
políticos para salir del atolladero y al propio tiempo se
desatará la pelea a cuchillo, para no permitir
convertirnos en país de inercias de modelos absolutamente
fracasados y tampoco en país de nuevos plutócratas
propietarios del estado pero de signo ideológico opuesto.
Queremos una nación donde todos seamos propietarios, pero
donde hay que trabajar para convertirse en tales, y no por
cédula o carnet. Queremos una autentica economía de
mercado, con propiedad privada masiva y un Estado
eficiente y eso si es una verdadera revolución de
siglo XXI
Será una nueva dirección para el país, la que asuma la
gran tarea de la reconstrucción de la república, que
ademas de barrer esta bazofia chavista-castrista, no puede
repetir: ni la fisonomía, ni las mañas, ni los intereses,
ni el modelo clientelar, ni muchas otras cuestiones de la
llamada cuarta república.
Orientarse en política desde la oposición al régimen, en
los próximos meses, tiene entonces la dificultad de
impulsar la mas amplia unidad de acción anti-dictatorial,
para derrotar, por ejemplo, la reforma constitucional
fraudulenta, y al propio tiempo resguardar la
independencia política del movimiento opositor, contra
toda tentación de cohabitación colaboracionista con el
régimen.
Pero ademas deberemos conservar la diferenciación de
objetivos, que solo deben aliarnos en la estrategia, con
los que quieran no volver al pasado, y eso incluye este
gobierno como el peor ejecutor de lo que queremos superar,
que viene de décadas de estatismos ruinosos.
Queremos un país del primer mundo y nuestro modelo NO ESTA
en nuestro pasado. Ni en Bolívar, ni en Rómulo, ni en
Gómez y Pérez Jiménez, está en el futuro que hay que
inventar y darnos nuevos símbolos, para salir del atraso,
el primitivismo, los uniformes, la demagogia y la
mendicidad colectiva. Para entrar al siglo 21, hay que
cerrar el 19 y 20, nada menos.
franceschi1947@gmail.com