En
el país hay decenas de posiciones y propuestas políticas
surgidas al calor de la crisis que se profundiza. El arco
iris de radicalismos y posiciones moderadas, va desde
Chávez y su guardia pretoriana, con sus militares del
círculo duro de los asimétricos, mas Tupamaros y
Lina en vela, hasta fanáticos de invasiones imperiales que
liquiden el chavismo y de paso nos anexen a USA.
Esta última opción demencial pero felizmente
ultra-minoritaria, conjuntamente con otros incendiarios,
pugna abiertamente contra la oposición moderada que llaman
"oficialista".
En el centro existe un enorme vacío. Se abrió un espacio
mayoritario que intuye que esa dirección opositora es
inútil, sobre todo luego del 3D, pero además comprende la
necesidad, no sólo de salir de Chávez, sino de la
impostergable tarea de preparar una gran fuerza de miles
de
venezolanos seleccionados según su talento, probidad,
competencia y liderazgo cívico, para construir un Nuevo
Estado.
El problema no es liquidar el gobierno chavista, ese ya
empezó su propia autodestrucción. Por supuesto que hay que
empujarle para que se termine de ir. Pero lo más
importante es preparar el relevo para impedir que vuelvan
a las andadas los embaucadores de sueños de nación.
Entre quienes pensamos así, asumimos que se requieren
nuevos referentes para un liderazgo compartido, una trama
organizacional moderna, divorciada en esencia y forma del
viejo clientelismo, y comunicacionalmente autosuficiente,
usando la redes cibernéticas, sin
postrarse ante poderes fácticos de tipo mediático.
Hemos detectado que ya no será viable, imponerle al país
culto y escarmentado de tantos fracasos opositores, que
otra vez dirigentes moldeados y maquillados como
referentes políticos, sean reciclados a partir de
conveniencias preestablecidas de lenguaje y que se
determine
incluso el guión de su mensaje, a partir de intereses que
y obediencias que preferimos no calificar.
He dicho en broma que nuestra oposición "visible", vive
hablando en francés. Por su finura y sus remilgos. Se
imaginan quizás en un salón bailando valses vieneses.
Quizá no se han percatado, que la pareja que invitan una y
otra vez con sus reverencias, es una meretriz armada de
un puñal que se los clavará en la ingle al menor descuido.
Estos opositores de salón agrupados ahora tras el señor
Rosales, han desarrollado un discurso preñado de
expresiones baboso-positivo-constructivas, que quiere
hacernos creer que este país
tiene destino, mientras Hugo Chávez esté al frente del
Estado.
Después del famoso cobro del 3D, se soltaron el moño y ya
ni recato tienen, para exhibir un lenguaje complaciente,
aunque al propio tiempo absolutamente incongruente con la
radicalización demencial que se percibe desde el gobierno,
que sigue en marcha firme hacia el barranco.
Pareciera que se cumple una vieja ley de todas las
confrontaciones político-sociales graves, que le asigna un
papel conservador a las direcciones que lideran hasta la
víspera, las demandas de las muchedumbre popular y también
ocurre así en las capas medias, aunque el condicionante de
la práctica ideológica pacifista, siempre frustra sus
mejores sueños de cambios reales y profundos.
Estas "masas" se radicalizan y van, confiadas en sus
fuerzas, al choque frontal, pisando el acelerador,
mientras los dirigentes por su parte hacen de bomberos.
Mientras millones de gargantas gritan FUERA, ellos
proponen diálogo y conciliaciones, donde solo gana el que
detenta el poder. En este caso Chávez.
Nada nuevo bajo el sol. Es la ley del péndulo. Es el
retorno hacia el extremo opuesto como algo necesario y
vital, porque esta polarización hacia el Estado malandro
exige correctivos de gran monta, y quienes se queden
jugando al equilibrismo de alguna manera solo buscan el
terreno
fértil de las complicidades, para mantenerse en medio de
los vicios.
Todo indica que la aceleración de Chávez es tal, que ha
terminado por generar una implosión de los factores, hasta
ayer alineados con él y que comenzaron a distanciarse de
su proyecto dictatorial de forma cada vez más nítida.
La salida de Rangel del gobierno y la incomoda posición de
"oficialistas" sin privilegios en que quedan los renuentes
al partido único (PPT, PODEMOS, PCV) terminarán por ser el
espejo vivo de las intolerancias del maniqueo Chávez, que
inventará que la revolución tenia que depurarse de estos
traidores, agentes de la CIA, y si se le ocurre llamarlos
corruptos y desencadenar persecuciones judiciales, podemos
escribir que aquí arderá Troya, porque estos centrífugos
no
son mochos y se defenderán hasta crear un clima de
delación general.
Como podrán suponer, esto es muy conveniente para quienes
proponemos la limpieza a fondo, que significa marchar
hacia la constitución de un NUEVO ESTADO, porque el que
teníamos, ya deformado al extremo, el chavismo lo gangrenó
al punto de hacerlo inviable. Por supuesto habrá
transiciones, pero el listado de instituciones y leyes que
hay que cambiar haría demasiado larga esta exposición.
Por primera vez en muchas décadas, la noción de
Refundación de la Republica, que prostituyó Chávez, se
hace palpable como aspiración impostergable, solo que
deberá contener un signo económico productivo, una
propuesta social basada en deberes y derechos, garantías
de
seguridad social y jurídica para una vida digna, basada en
remuneraciones que dignifiquen y todo ello sustentado en
un modelo cultor del trabajo y la superación personal y
familiar.
El Nuevo Estado venezolano deberá nacer comprometido a
fondo con la occidentalidad geopolítica, y con una
sociedad, volcada a absorber beneficios de la
globalización en todos los ámbitos.
Si nos pusieran a subrayar cual sería el signo distintivo
del tipo de Estado que debería asumir la NUEVA OPOSICIÓN,
diría que es el de un país con un régimen político de
libertades e imperio de la ley y el orden, solidamente
descentralizado, con un régimen de fuerte beligerancia
parlamentaria en el diseño y control de las políticas
públicas y con una Jefatura del Estado consensual, de por
lo menos dos tercios del país.
Solo una oposición que no ceje en buscar el poder para
desterrar todas las formas rentistas, populistas y
clientelares ya conocidas plenamente, puede sustentar una
visión de futuro drásticamente distinta al chavismo, y
proponerse un país insertado en la globalización, que
hasta implicaría una nueva concepción de la soberanía y en
donde sea imposible toda vuelta a los viejos vicios del
partidismo y del estado protector de intereses
sectoriales.
El único deber del estado deberá concentrase en proteger a
los desvalidos en una sociedad competitiva y en
garantizarle los derechos humanos fundamentales a todos.
Por supuesto es imposible discernir con brevedad sobre las
motivaciones y planes de cada una de las tonalidades
ideológicas en pugna abierta o tras bastidores. Nos
limitaremos entonces a las básicas que coinciden en número
con el de los colores primarios.
El chavismo empezó a estallar y José Vicente Rangel
organiza desde ya un partido cómplice del poder chavista
mientras pueda.
Desde fuera del gobierno parece imposible, pero este viejo
zorro puede tener mas fuerza que dentro, para obligar a
Chávez, arrinconado por la crisis económica y de régimen
que le acogota, a entenderse con sus seguidores díscolos y
respondones, que se niegan al partido único, es
decir a su omnímoda autoridad monolítica ejercida a través
de ordenanzas militares. Pero la máxima ambición de Rangel,
y no tardará mucho en conseguirla, si se difiere el
colapso, es hacer de bisagra con la oposición
conciliadora, de la que ya arrancó su legitimación del 3D,
aunque le costó el achicharramiento por electrocución
política a Rosales, al trío famoso, y ahora en diferido a
los disidentes de Primero Justicia, que se echaron al
hombro ese pesado bacalao
maracucho.
Llegó la hora de un nuevo liderazgo compartido entre
disidentes opositores intransigentes, que no quieren ver
la convivencia de un Estado centralista, de corruptos y de
indolentes, con el drama social venezolano y cuya única
cura es una economía productiva y un Nuevo Estado de
deberes y derechos reales.
franceschi1947@gmail.com