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Radiografía política en tiempos de crisis,
de un país con un gran futuro

por Alberto Franceschi  
sábado, 21 abril 2007


En el país hay decenas de posiciones y propuestas políticas surgidas al calor de la crisis que se profundiza. El arco iris de radicalismos y posiciones moderadas, va desde Chávez y su guardia pretoriana, con sus militares del círculo duro de los asimétricos, mas Tupamaros y
Lina en vela, hasta fanáticos de invasiones imperiales que liquiden el chavismo y de paso nos anexen a USA.

Esta última opción demencial pero felizmente ultra-minoritaria, conjuntamente con otros incendiarios, pugna abiertamente contra la oposición moderada que llaman "oficialista".

En el centro existe un enorme vacío. Se abrió un espacio mayoritario que intuye que esa dirección opositora es inútil, sobre todo luego del 3D, pero además comprende la necesidad, no sólo de salir de Chávez, sino de la impostergable tarea de preparar una gran fuerza de miles de
venezolanos seleccionados según su talento, probidad, competencia y liderazgo cívico, para construir un Nuevo Estado.

El problema no es liquidar el gobierno chavista, ese ya empezó su propia autodestrucción. Por supuesto que hay que empujarle para que se termine de ir. Pero lo más importante es preparar el relevo para impedir que vuelvan a las andadas los embaucadores de sueños de nación.

Entre quienes pensamos así, asumimos que se requieren nuevos referentes para un liderazgo compartido, una trama organizacional moderna, divorciada en esencia y forma del viejo clientelismo, y comunicacionalmente autosuficiente, usando la redes cibernéticas, sin
postrarse ante poderes fácticos de tipo mediático.

Hemos detectado que ya no será viable, imponerle al país culto y escarmentado de tantos fracasos opositores, que otra vez dirigentes moldeados y maquillados como referentes políticos, sean reciclados a partir de conveniencias preestablecidas de lenguaje y que se determine
incluso el guión de su mensaje, a partir de intereses que y obediencias que preferimos no calificar.

He dicho en broma que nuestra oposición "visible", vive hablando en francés. Por su finura y sus remilgos. Se imaginan quizás en un salón bailando valses vieneses. Quizá no se han percatado, que la pareja que invitan una y otra vez con sus reverencias, es una meretriz armada de
un puñal que se los clavará en la ingle al menor descuido.

Estos opositores de salón agrupados ahora tras el señor Rosales, han desarrollado un discurso preñado de expresiones baboso-positivo-constructivas, que quiere hacernos creer que este país
tiene destino, mientras Hugo Chávez esté al frente del Estado.

Después del famoso cobro del 3D, se soltaron el moño y ya ni recato tienen, para exhibir un lenguaje complaciente, aunque al propio tiempo absolutamente incongruente con la radicalización demencial que se percibe desde el gobierno, que sigue en marcha firme hacia el barranco.

Pareciera que se cumple una vieja ley de todas las confrontaciones político-sociales graves, que le asigna un papel conservador a las direcciones que lideran hasta la víspera, las demandas de las muchedumbre popular y también ocurre así en las capas medias, aunque el condicionante de la práctica ideológica pacifista, siempre frustra sus mejores sueños de cambios reales y profundos.

Estas "masas" se radicalizan y van, confiadas en sus fuerzas, al choque frontal, pisando el acelerador, mientras los dirigentes por su parte hacen de bomberos. Mientras millones de gargantas gritan FUERA, ellos proponen diálogo y conciliaciones, donde solo gana el que detenta el poder. En este caso Chávez.

Nada nuevo bajo el sol. Es la ley del péndulo. Es el retorno hacia el extremo opuesto como algo necesario y vital, porque esta polarización hacia el Estado malandro exige correctivos de gran monta, y quienes se queden jugando al equilibrismo de alguna manera solo buscan el terreno
fértil de las complicidades, para mantenerse en medio de los vicios.

Todo indica que la aceleración de Chávez es tal, que ha terminado por generar una implosión de los factores, hasta ayer alineados con él y que comenzaron a distanciarse de su proyecto dictatorial de forma cada vez más nítida.

La salida de Rangel del gobierno y la incomoda posición de "oficialistas" sin privilegios en que quedan los renuentes al partido único (PPT, PODEMOS, PCV) terminarán por ser el espejo vivo de las intolerancias del maniqueo Chávez, que inventará que la revolución tenia que depurarse de estos traidores, agentes de la CIA, y si se le ocurre llamarlos corruptos y desencadenar persecuciones judiciales, podemos escribir que aquí arderá Troya, porque estos centrífugos no
son mochos y se defenderán hasta crear un clima de delación general.

Como podrán suponer, esto es muy conveniente para quienes proponemos la limpieza a fondo, que significa marchar hacia la constitución de un NUEVO ESTADO, porque el que teníamos, ya deformado al extremo, el chavismo lo gangrenó al punto de hacerlo inviable. Por supuesto habrá
transiciones, pero el listado de instituciones y leyes que hay que cambiar haría demasiado larga esta exposición.

Por primera vez en muchas décadas, la noción de Refundación de la Republica, que prostituyó Chávez, se hace palpable como aspiración impostergable, solo que deberá contener un signo económico productivo, una propuesta social basada en deberes y derechos, garantías de
seguridad social y jurídica para una vida digna, basada en remuneraciones que dignifiquen y todo ello sustentado en un modelo cultor del trabajo y la superación personal y familiar.

El Nuevo Estado venezolano deberá nacer comprometido a fondo con la occidentalidad geopolítica, y con una sociedad, volcada a absorber beneficios de la globalización en todos los ámbitos.

Si nos pusieran a subrayar cual sería el signo distintivo del tipo de Estado que debería asumir la NUEVA OPOSICIÓN, diría que es el de un país con un régimen político de libertades e imperio de la ley y el orden, solidamente descentralizado, con un régimen de fuerte beligerancia parlamentaria en el diseño y control de las políticas públicas y con una Jefatura del Estado consensual, de por lo menos dos tercios del país.

Solo una oposición que no ceje en buscar el poder para desterrar todas las formas rentistas, populistas y clientelares ya conocidas plenamente, puede sustentar una visión de futuro drásticamente distinta al chavismo, y proponerse un país insertado en la globalización, que hasta implicaría una nueva concepción de la soberanía y en donde sea imposible toda vuelta a los viejos vicios del partidismo y del estado protector de intereses sectoriales.

El único deber del estado deberá concentrase en proteger a los desvalidos en una sociedad competitiva y en garantizarle los derechos humanos fundamentales a todos.

Por supuesto es imposible discernir con brevedad sobre las motivaciones y planes de cada una de las tonalidades ideológicas en pugna abierta o tras bastidores. Nos limitaremos entonces a las básicas que coinciden en número con el de los colores primarios.

El chavismo empezó a estallar y José Vicente Rangel organiza desde ya un partido cómplice del poder chavista mientras pueda.

Desde fuera del gobierno parece imposible, pero este viejo zorro puede tener mas fuerza que dentro, para obligar a Chávez, arrinconado por la crisis económica y de régimen que le acogota, a entenderse con sus seguidores díscolos y respondones, que se niegan al partido único, es
decir a su omnímoda autoridad monolítica ejercida a través de ordenanzas militares. Pero la máxima ambición de Rangel, y no tardará mucho en conseguirla, si se difiere el colapso, es hacer de bisagra con la oposición conciliadora, de la que ya arrancó su legitimación del 3D, aunque le costó el achicharramiento por electrocución política a Rosales, al trío famoso, y ahora en diferido a los disidentes de Primero Justicia, que se echaron al hombro ese pesado bacalao
maracucho.

Llegó la hora de un nuevo liderazgo compartido entre disidentes opositores intransigentes, que no quieren ver la convivencia de un Estado centralista, de corruptos y de indolentes, con el drama social venezolano y cuya única cura es una economía productiva y un Nuevo Estado de deberes y derechos reales.

franceschi1947@gmail.com

 
 

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