La
división entre abstencionistas, por un lado, a quienes
repugna la sola idea de hacerle cola a las maquinitas de
la pandilla del CNE y la manía boba de otros, que suponen
que este régimen es derrotable por vía electoral y que
conviene participar con el NO, a la reforma malandra del
gobierno delincuente de Chávez, hará quizá que éste pichón
de déspota se salga con la suya, de dar un paso mas en la
vía de establecer una dictadura legal y vitalicia, aunque
soy de los que creo firmemente, que muchos antes de
imponerla, lo mandamos al cipote.
Sigo creyendo sin embargo y contra la opinión de muchos,
que a diferencia de cualquier otro gobierno de aspiración
tiránica, este sigue en el poder por un fenómeno histórico
y sociológico extremadamente complejo, e inédito por
supuesto, que en lo fundamental obtiene su fuerza de
nuestra permisividad para con él, solo explicable a la luz
de un hecho altamente paradoxal: como pueblo pacifico
hasta los tuétanos que somos, permitimos que nos hagan
vivir bajo el chantaje de delincuentes políticos y
comunes. Y escogemos o apoyamos, o toleramos, a dirigentes
políticos que liderizan esta procesión de rodillas, ante
los abusos del malandraje gubernamental.
El hecho que éste atronado tenga recursos casi ilimitados
y que haga una eficientísima demagogia populista, explica
solo una parte de la soberbia con la que nos gobierna este
mandón.
Creo firmemente que a este sujeto sus agallas le vienen de
su convicción que pudo lograr el acuerdo, la alcahuetería
o el miedo paralizante, del grueso de los poderosos de
este país, cuyo símbolo cobarde, oportunista, logrero y
acomodaticio más conspicuo lo representa el plutócrata
Cisneros, que, aunque no se crea, tiene poderosas
influencias en la llamada oposición.
Esta piltrafa de gobierno es sostenido por 9 de cada diez
empresarios, banqueros, importadores, exportadores,
ganaderos, constructores, terratenientes, mayoristas,
roscas, generales, bandas de narcos, líderes de presos,
contrabandistas, estafadores y prevaricadores de oficio,
jefes de pandillas clientelares de pedigüeños y parásitos
de toda laya.
A los nuevos ricos y los viejos también, beneficiarios de
esta parranda de sepultureros de Venezuela, se les puede
reconocer muy fácilmente por su verbo incendiario contra
Chávez, entre sus círculos de amigos y familiares, que
aumenta en decibeles de impostura, en la medida en que sus
millones se multiplican, como por arte de magia.
Es imposible concebir que exista, un país donde se conozca
una hipocresía mayor, de los que usufructúan la manguangua
de un régimen como éste, diseñado para abusar del poder
como fuente de riqueza, hablo de burócratas, pero sobre
todo de empresarios privados y de toda clase de
aprovechadores.
No ando en plan de propalar discursos moralistas. Se que
el dinero y el poder, que van siempre juntos, corrompen y
bajo cualquier sistema, más aún en capitalismo. En esta
fase de la prehistoria humana, siempre hay alguien que se
coge el pedazo más grande del pastel, "merecido" o no.
Lo inédito es que en Venezuela, ese pastel es gigantesco y
repartido según reglas del hampa, mientras logran
conformar una poderosa burguesía roja asociada a la vieja.
Nada nuevo bajo el sol, la llamada Cuarta República pudrió
sobre sus bases corruptas, ineficientes y de estatismos
asfixiantes y esta Quinta solo profundizó, hasta límites
de horror, esos vicios que llevaron a la producción masiva
de pobres y excluidos.
Que nadie se engañe, el problema no es como se creyó
siempre, de mal reparto, sino de una sociedad postrada por
estar hundida en el parasitismo, que se niega a generar
riqueza a partir del trabajo y la eficiencia productiva.
Los únicos remedios duraderos y eficientes, solo puede
depararlos el orden, la seguridad de personas y bienes, y
la impostergable y dura decisión de estadistas, y no de
demagogos y populistas, que la riqueza del Estado, en
lugar de malbaratarse, sirva para dar soporte en
infraestructura, salud y educación a un país con la
inmensa mayoría de sus ciudadanos convertidos en
productores y propietarios privados.
Pero enfrentado a este diseño de gran país sin pobres,
tenemos un mandamás convencido, como lo está el gran
defecador de esta gran torta de casi nueve años, que lo
mas importante es hacer doblar la cerviz de todos nuestros
pacíficos ciudadanos, para legalizar su mavita de mandato
interminable.
Su estrategia es demasiado burda para no ser detectada.
Amenaza con un huracán y cuando ve que todo se le viene en
contra, disminuye a tormenta tropical, si ve que hay
demasiada resistencia, disminuye hasta aguacero con
tormenta eléctrica, y como el país se niega a aceptarle su
porquería de proyecto castrista, quizá pueda incluso
reducir sus aspiraciones a mantener este invierno blanco,
de 50 horas encadenado de habladera de bolserías por
semana, y a continuar con el saqueo y despilfarro
inmisericorde del botín petrolero, que aún habiendo
esguazado a PDVSA, seguirlo teniendo, sigue siendo un
privilegio universal.
Por éste tipo de consideraciones, y como seguramente ya ve
la enorme impopularidad de su cagada de reforma, el
caudillo del malandraje rojo rojito, ya empezó a quitar
los aspectos más irritativos del proyecto, como la
desprotección a la propiedad privada, aunque sigue en
ascuas todo lo relacionado con este derecho y con la
seguridad de bienes y personas porque es un hecho, que la
pretensión chavista sigue siendo llevarnos sogueados, sin
grandes saltos, pero con una persistencia digna de mejor
causa, hacia un régimen dictatorial de tipo castrista y
bárbaro.
Sigue la obsesión centralizadora, que daría un salto
cualitativo con el Referéndum trampeado, con el que se
aspira pulverizar lo que queda de los poderes locales y
regionales, amen que de facto es ya inexistente la
independencia de los poderes públicos nacionales y toda
posibilidad de control de la economía, que sigue en
carrera loca, hacia el barranco de la inflación, la
escasez, el racionamiento y la carestía.
Nunca crean amigos, que Chávez sigue en el poder por Maria
la que plancha, Ramón el del taxi destartalado, o José el
chofer de buseta, menos aún porque sea querido o respetado
por los obreros, en su gran mayoría, ni siquiera por los
humillados enfranelados de rojo, que cobran esas
miserables pensiones de las misiones de hambre, que han
logrado reventar lo que quedaba de disciplina laboral,
entre la masa de ex trabajadores, que optaron por
convertirse en mendigos del gobierno, a partir de la
ficción de esos certificados escolares ideologizados, que
constituyen una vergüenza para la inteligencia colectiva
de los venezolanos.
!! Cuanta amargura cosecharán en el futuro ¡¡ esa legión
de discurseadores de revoluciones aéreas, que no
aprendieron un oficio ni una destreza, para ganarse la
arepa, por andar embochinchados detrás de este atronado,
que les regala real a cambio de aplausos, perdiendo así,
miserablemente, los mejores años de su juventud, donde lo
que es menos productivo y propicio, es convertirse en
parásitos.
Pero volviendo, para terminar, al tema de que éste es un
régimen sustentado por poderosos, un gobierno de
plutócratas, de nuevos y viejos ricos, amigos de la papa
pelá, declaro, que escogí por ahora el amargo silencio,
que me evita multiplicar los callos que debo pisar fuerte.
Cuanto quisiera publicar listas de adinerados de la Cuarta
que siguen exitosos, bajo el socialismo del siglo XXI,
pero para serles sincero, es lo que menos me importa,
porque cualquier mes de estos, los que hablan pestes del
gobierno, para disimular sus nuevos excelentes haberes, no
tendrán más remedio que de verdad hacer por primera vez
oposición en serio.
Caerán por fin las máscaras, o viendo que se acerca el fin
de la francachela socialista prevaricadora, tendremos de
aliados a los que quieran salvoconductos para la nueva
fase de la república.
No importa, hasta Satanás será readmitido en la
movilización general contra el déspota.
La gran coalición social que derrotará a Chávez, se
producirá, cuando se exprese en términos políticos, la
indignación de los engañados enfranelados de rojo, que
rompen con el mandamás, por hambredor, demagogo y dictador
y cuando de verdad vuelva a ser coherente el discurso
opositor, con la acción política, como en 2001-2002, desde
la clase media y el empresariado, que podrán volver a
mostrar, que para sacar al atronado solo hay de quererlo…
aunque espero que esta vez escojamos mejor quienes nos
dirigen para que no nos embauquen de nuevo. Mientras tanto
diviértanse con el inútil debate de votar o abstenerse,
mientras se preparan para la parranda navideña.
franceschi1947@gmail.com