A donde ningún hombre ha ido jamás
por Eli Bravo
viernes, 16 ene 2004

Parecía una pelota de basket y en 98 minutos le dio la vuelta al mundo. Un prodigio celebrado con vodka en Moscú, mientras en Nueva York la gente miraba al cielo aterrada: los comunistas habían conquistado el espacio y en cualquier momento podían llover plagas. El 4 de Octubre de 1957 el Sputnik marcó la partida de una carrera que casi media década después parece una prueba de relevos.

Durante los fríos años del vals entre las superpotencias cualquier avance era una amenaza. En Noviembre del mismo año los soviéticos enviaron a la perra Laika a dar un paseo en la estratosfera. Lamentablemente el can jamás regresó para ladrar su aventura. Heridos en su orgullo, los científicos estadounidenses respondieron el 31 de Enero del 58 con el Explorer 1 y así nació la NASA. Como gallo que no repite no es gallo, el 12 de Abril del 61 Moscú embarcó a Yuri Gagarin en el Vostok 1. El astronauta que de niño sobrevivió junto a sus padres en un hueco cavado por ellos mismos para esconderse de los nazi, le dio el primer vistazo a la tierra desde allá arriba para confirmarnos que era redonda y estaba llena de agua.

Para demostrar que no era de queso, Neil Armstrong dio un pequeño salto para el hombre desde El Aguila y pisó la luna el 20 de Julio de 1969. Clava una bandera en el Mar de la Tranquilidad para que los selenitas se vayan acostumbrando, pero por accidente la derriba al emprender el viaje de regreso. Todavía hay quienes juran que la misión del Apollo 11 fue un montaje de EEUU para decir yo la pisé primero.

Y también fueron los últimos. Eugene Cerman regresó el 14 de Diciembre de 1972 al Apollo 17 diciendo: nos vamos como vinimos, y quiera Dios que regresemos con paz y esperanza para toda la humanidad. Desde entonces la luna solo alberga un montón de chatarra junto a los deseos y suspiros de románticos terrícolas. En 1974 los soviéticos tiraron la toalla y deciden gastar sus menguados rublos en misiles y ojivas nucleares. La carrera espacial había llegado a su final.

Derretido el hielo de la postguerra y globalizadas las ambiciones de viajar, la humanidad tiene ahora un verdadero equipo sideral dispuesto a llevar el testigo cada vez más allá. En la Estación Espacial Internacional orbitan felices ciudadanos que hace años se hubiesen cortado las mangueras. China puso al coronel Yang Liwei por los cielos el 15 de Octubre del año pasado y los Estados Unidos la felicitó por ingresar al club tarde pero seguro. Quizás ahora los trajes espaciales también digan made in China. En la India invierten trillones de rupias para enviar un robot a la luna y quién sabe si la Misión Zamora tiene como agenda oculta la lunática intención de sembrar plátanos en un cráter: Teteros de plátano para los bebés de los fundos espaciales.

No sabemos dónde terminará este viaje, pero si sabemos esto: los seres humanos se dirigen al cosmos fueron las recientes palabras de George W. Bush al anunciar los planes de la NASA. Para el 2015 esperan tener una base permanente en la luna y después del 2030 el hombre caminará en Marte, a más de 55 millones de kilómetros de casa.

Mientras, los misterios del fondo del mar esperan. El 23 de Enero de 1960 a bordo del batiscafo Trieste, Don Walsh y Jaques Piccard tocaron fondo a casi 11 mil metros de profundidad en la fosa de las Marianas. Desde entonces ningún ser humano ha regresado. Ellos también dejaron una bandera de los Estados Unidos, pero no la clavaron: resguardada en una bolsa plástica y con lastre, la arrojaron por la borda una vez que retornaron a la superficie. Quizás algún día alguien baje a buscarla.              Imprima éste artículo