Parecía
una pelota de basket y en 98 minutos le dio la vuelta al mundo. Un prodigio
celebrado con vodka en Moscú, mientras en Nueva York la gente miraba al cielo
aterrada: los comunistas habían conquistado el espacio y en cualquier momento
podían llover plagas. El 4 de Octubre de 1957 el Sputnik marcó la partida de
una carrera que casi media década después parece una prueba de relevos.
Durante
los fríos años del vals entre las superpotencias cualquier avance era una
amenaza. En Noviembre del mismo año los soviéticos enviaron a la perra Laika a
dar un paseo en la estratosfera. Lamentablemente el can jamás regresó para
ladrar su aventura. Heridos en su orgullo, los científicos estadounidenses
respondieron el 31 de Enero del 58 con el Explorer 1 y así nació la NASA. Como
gallo que no repite no es gallo, el 12 de Abril del 61
Moscú embarcó a Yuri Gagarin en el Vostok 1. El astronauta que de niño
sobrevivió junto a sus padres en un hueco cavado por ellos mismos para
esconderse de los nazi, le dio el primer vistazo a la tierra desde allá arriba
para confirmarnos que era redonda y estaba llena de agua.
Para
demostrar que no era de queso, Neil Armstrong dio un pequeño salto para el
hombre desde El Aguila y pisó la luna el 20 de Julio de 1969. Clava una bandera
en el Mar de la Tranquilidad para que los selenitas se vayan acostumbrando, pero
por accidente la derriba al emprender el viaje de regreso. Todavía hay quienes
juran que la misión del Apollo 11 fue un montaje de EEUU para decir yo la pisé
primero.
Y
también fueron los últimos. Eugene Cerman regresó el 14 de Diciembre de 1972
al Apollo 17 diciendo: nos vamos como vinimos, y quiera Dios que regresemos con
paz y esperanza para toda la humanidad. Desde entonces la luna solo alberga un
montón de chatarra junto a los deseos y suspiros de románticos terrícolas. En
1974 los soviéticos tiraron la toalla y deciden gastar sus menguados rublos en
misiles y ojivas nucleares. La carrera espacial había llegado a su final.
Derretido
el hielo de la postguerra y globalizadas las ambiciones de viajar, la humanidad
tiene ahora un verdadero equipo sideral dispuesto a llevar el testigo cada vez
más allá. En la Estación Espacial Internacional orbitan felices ciudadanos
que hace años se hubiesen cortado las mangueras. China puso al coronel Yang
Liwei por los cielos el 15 de Octubre del año pasado y los Estados Unidos la
felicitó por ingresar al club tarde pero seguro. Quizás ahora los trajes
espaciales también digan made in China. En la India invierten trillones de
rupias para enviar un robot a la luna y quién sabe si la Misión Zamora tiene
como agenda oculta la lunática intención de sembrar plátanos en un cráter:
Teteros de plátano para los bebés de los fundos espaciales.
No
sabemos dónde terminará este viaje, pero si sabemos esto: los seres humanos se
dirigen al cosmos fueron las recientes palabras de George W. Bush al anunciar
los planes de la NASA. Para el 2015 esperan tener una base permanente en la luna
y después del 2030 el hombre caminará en Marte, a más de 55 millones de
kilómetros de casa.
Mientras,
los misterios del fondo del mar esperan. El 23 de Enero de 1960 a bordo del
batiscafo Trieste, Don Walsh y Jaques Piccard tocaron fondo a casi 11 mil metros
de profundidad en la fosa de las Marianas. Desde entonces ningún ser humano ha
regresado. Ellos también dejaron una bandera de los Estados Unidos, pero no la
clavaron: resguardada en una bolsa plástica y con lastre, la arrojaron por la
borda una vez que retornaron a la superficie. Quizás algún día alguien baje a
buscarla.
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