Para
quienes creyeron – entre quienes me incluyo – que la pole obtenida
el sábado por Rubens Barrichello, nos llevaba a creer en la
posibilidad, aún remota que el brasileño tenía una oportunidad de
derrotar en el Gran Premio de los EE.UU. a Michael Schumacher, sin
embargo el campeón alemán rápidamente nos hizo aterrizar, al
tiempo que nos recordó que Barrichello es simplemente un compañero
de equipo y no necesariamente un contrincante.
A favor de Schumi, podemos decir y
reconocerle que posee una habilidad única para sacarle provecho a
las oportunidades que se le presentan por muy insignificantes que
éstas sean; en consecuencia nunca deja escapar las ocasiones en
las que puede ganar una posición.
Barrichello en el juego del gato y el
ratón, cayó en la trampa del relanzamiento de la carrera una vez
fuera de pista el carro de seguridad a la altura de la tercera
vuelta, y desde allí el brasileño no pudo contener la aspiración
de que disfrutaba el bólido de Schumacher, como si a éste último
le hicieran falta los efectos aspiración para adelantar
contendores. Dicho esto, de allí en adelante la carrera recobró el
aburrimiento habitual de los últimos grandes premios.
Tan solo los pilotos BAR-Honda, en
particular Sato, junto a la superarrancada de Fernando Alonso
animaron un tanto la carrera. Igualmente se presentó un accidente
de esos que creíamos no se repetirían mas en la fórmula 1, cuando
Ralf Schumacher perdió el control de su Williams-BMW a la entrada
de la interminable recta de Indianápolis, a la altura de la vuelta
décima primera, un choque tan violento que desde su radio el
piloto Coulthard le pidió al director de carrera de la FIA Charlie
Whitting, que detuviera la carrera. Por su parte Sid Watkins el
médico de la FIA, señaló que en el choque el cuerpo de Ralf
absorbió un impacto de 78g, razón por la cual el alemán estuvo
nocaut durante algunos instantes, para inmediatamente recuperarse
y ser trasladado al hospital desde donde se emitieron noticias
positivas sobre el estado de salud del menor de los Schumacher.
Noticias de las
cuales Michael estaba al corriente, a decir de la garra y
velocidad que le imprimió a su Ferrari
una vez que la carrera recomenzaba; de allí en adelante
Barrichello ya era historia, y el campeón alemán se enfilaba hacia
su octava victoria de la temporada y el título mundial ya
prácticamente metido en su bolsillo.
¿Adivine quién ganará
la próxima carrera a realizarse el próximo 4 de julio en Francia?
