Las
FARC son una guerrilla claramente terrorista en cuanto
responden a la lógica de usar la violencia o la amenaza de
ejercerla para presionar al gobierno de Colombia y a la
población mediante la intimidación. A través de la violencia
los terroristas buscan concesiones políticas, recursos
financieros y publicidad. Entre sus acciones se cuentan la
explosión de coches bomba en sitios públicos con el
resultado de muerte de personas inocentes, la utilización de
minas antipersonales y los secuestros de personas que
apuntan a obtener el pago de rescates en dinero para
financiar a la organización o para intercambiarlos con
guerrilleros que han caído presos. Además, las FARC tienen
como principal fuente de financiamiento sus tratos con el
narcotráfico colombiano.
Hugo Chávez, presidente de Venezuela, ha explicitado un
serio conflicto en la región tanto con sus amenazas a
Colombia, como al evidenciar su relación clara y amplia con
las FARC. Hizo un homenaje a los guerrilleros muertos y
asumió sus aproximaciones ideológicas con los insurrectos
colombianos. Más allá del problema fronterizo entre Colombia
y Ecuador, lo que a él le importaba era la muerte de Raúl
Reyes.
Además de esta implícita apología del terrorismo, Chávez
parece haber contribuido al financiamiento de dicha
organización antisistémica. En concreto, en los archivos
del guerrillero Reyes se menciona un reciente pago de US$300
millones del gobierno de Chávez a las FARC. En otro
documento se alude al interés de la guerrilla en 50 kilos de
uranio obtenidos de Venezuela. La vinculación entre ambos
es de larga data, desde cuando Chávez intentó un golpe de
Estado contra el presidente Carlos Andrés Pérez en 1992 y
las FARC lo apoyaron con US$100 mil.
El
ministro del Interior venezolano expresó respecto de las
FARC: "Estamos pendientes de su lucha y mantengan el
esfuerzo que nosotros los apoyamos". El gobierno no sólo les
brinda apoyo para que sean reconocidos por la comunidad
internacional como una fuerza beligerante, sino que también
acepta -con la complicidad de la Guardia Bolivariana- que la
guerrilla incursione en territorio venezolano en busca de
protección y reabastecimiento.
Hugo Chávez es un personaje
mesiánico al que le gusta compararse con Bolívar y que en el
plano internacional se siente portador de un mensaje de
"liberación de injusticias". En su discurso
antiglobalización busca situarse como líder de los sectores
que se sienten "explotados por el capitalismo salvaje", más
allá de las fronteras de su país. Las vinculaciones del
chavismo con organizaciones rupturistas de diversos países
de la región hacen temer por un rebrote de la violencia.
En
la documentación de Reyes se menciona la realización de una
cumbre entre las FARC y los presidentes de Venezuela
(Chávez), Nicaragua (Ortega) y Ecuador (Correa).
El
gobernante venezolano ejerce un liderazgo confrontacional
que ha reemplazado al que otrora ejercía muy directamente
Fidel Castro - su gran aliado - y por lo mismo nunca se ha
preocupado mayormente de respetar el principio
internacional de no intervención, sino por el contrario ha
buscado estructurar una red de actores que vayan creando en
sus respectivos países situaciones de ingobernabilidad.
Apunta así a un proyecto de construcción hegemónica que
puede implicar una mayor conflictividad regional.
Hace algunos años Chávez afirmó que si no hay negociación
entre las FARC y el gobierno colombiano la militarización
del conflicto puede conducir “a una vietnamización”. La
premisa es desestabilizar al gobierno del presidente Uribe
impulsando un conflicto generalizado entre Colombia y los
gobiernos vecinos de Venezuela y Ecuador, además de la
guerrilla. Es la oportunidad del gobernante venezolano para
actualizar su megalomanía para su proyecto hegemónico:
una alianza entre populismo radical, carteles
del narcotráfico y actores terroristas.
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Politólogo,
Investigador Escuela de Postgrado, Facultad de Economía
y Empresa, Universidad Diego Portales. |