Atacar blancos militares en Iraq o sitios utilizados con fines militares es legal, aún si con ello se producen víctimas civiles; esto es lo que afirman la batería de abogados que trabajan en equipo con la armada británica, algunos de estos juristas incluso acompañan a las fuerzas desplazadas en territorio iraquí.

La tarea de estos abogados, es evaluar en concordancia con el Derecho Internacional, la legalidad de los blancos escogidos por las fuerzas de la coalición angloamericana. Sin embargo, la jurisprudencia en materia de conflictos bélicos estipula solo dos blancos legales; las instalaciones militares y los respectivos combatientes. En revancha, los juristas de guerra británicos consideran que un objetivo normalmente destinado a usos civiles, pero que de pronto se le concede una utilización con fines militares, puede convertirse en un blanco de guerra legítimo.

En la práctica, el derecho no legitima automáticamente un blanco militar, tal y como los abogados de guerra británicos sugieren. Debe prevalecer, la comprobación que la destruccion de un blanco militar sea sin lugar a dudas beneficioso sobre el plan militar y su destrucción haya sido ordenada en el contexto de una campaña militar.

Para los comandos de la coalición sigue siendo una pesadilla, la posibilidad que los iraquíes coloquen escudos humanos o emplacen de manera deliberada en escuelas y hospitales material militar, bajo estas circunstancias el bombardeo de dichos objetivos siempre será ilegal.

Los múltiples sitios culturales e históricos iraquíes bajo ningún concepto deben ser atacados, al igual que los campos de cultivo y las redes de agua potable; de eso se encargaría el propio Saddam Hussein.