A
Jorge Mosonyi
Ya somos la muerte. Porque
en este vivir entre muertos ya nadie sabe que separa la
risa de la lágrima. No saber de nuestro próximo minuto es
asfixiante, doloroso, perverso, deprimente. Y eso ya está
establecido.
Nuestros pasos están interceptados por todas las formas de
morir. Como si ya tuviésemos firmada nuestra propia acta
de defunción. Y sin que siquiera alguien pueda señalar
este texto como premonitorio, porque ahora todos nos
asumimos como habitantes de la muerte.
Sólo que ésta no es una realidad que se gesta por sí sola,
sino que se crea y estimula, se produce en una suerte de
laboratorio, en el cual la gente se convierte en insectos
en las manos de un entomólogo.
Por ello, no es posible olvidar que aquí ese papel lo
ocupa el golpista-presidente (GP) quien nos sitúa en la
máxima expresión de esta gran calamidad. Y al actuar en
esa dirección expresa con claridad y de manera reiterada
que ‘esto es una guerra’. Un escenario para la muerte de
un ‘enemigo’ en nombre de una sociedad diferente.
Cuando sólo detentaba el título de golpista y trataba de
explicar lo que aquí ocurría, advertía (ABM, Habla el Ctte.,1998):
La dicotomía entre vía pacífica y armada o violenta es
falsa: ...“Para mí todo esto es una guerra”. Una gran
guerra que tiene sus fases. Y precisa: “Y nuestras reglas
no escapan a la vía violenta, seguimos creyendo en ella”
(p.461). Su conclusión es terminante: “Esta es una guerra
política que creemos que nunca antes estaba tan delicada
como ahora”.
Y en lenguaje de guerra dijo entonces: “Tan grave será la
crisis del bando enemigo que están sacando, inventando,
construyendo la fórmula Irene Sáez, a pesar de que no les
garantice nada.”... Ya la contienda es entre enemigos. Y
por ello, si se impone “un Estado abiertamente fascista,
nosotros también tenemos un plan al respecto. No vamos a
esperar, cruzados de brazos que nos fusilen a todos, uno
por uno.. No. Tenemos también fusiles y tenemos como
fusilarlos.” (368). Esta tragedia apenas comienza y
tenemos que prepararnos para lo peor.
Este es el contenido real de esta “revolución socialista”
llamada a garantizar la violencia, la persecución, la
represión, el fusilamiento en la ‘nueva sociedad’. Lejos
hay que situarse de semejante fascismo con cara de
revolución. Por ello, Sancho, vamos hacia el reino de la
muerte multiplicada e interminable!
abm333@gmail.com