La palabra de
la ex alumna es terminante: aquí ya no se vive. No hay
garantía de que puedas llegar o volver a tu destino. Nada
extraño que quedes atrapado en alguna situación de
secuestro express, ajuste de cualquier tipo o cementerio
La inseguridad nos tiene condenados a muerte.
Sólo quienes
pueden pagarse el resguardo de sus espaldas pueden
atreverse a asegurar que estarán en pie un día después.
Y, sin embargo, quien se supone más cuidado y
resguardado, dice permanentemente que lo quieren matar y
deriva sumas millonarias en su aparato de protección.
Tiene
razón la interlocutora.
Por todas partes ronda y actúa la muerte.
Esta es una sociedad directamente afiliada al crimen. Una
patria que ya es de muerte, pero que, según el discurso
oficial, es algo normal en una sociedad en plena y
creciente descomposición.
Según este
mensaje debemos aceptar que somos víctimas del
capitalismo imperante en esta Venezuela y que la única
solución a la tragedia que padecemos es la inmediata y
urgente construcción de la sociedad socialista.
En efecto,
hoy, ubicados, en términos del más estricto positivismo,
se puede demostrar que aquí todo está dispuesto y
organizado para que no se realice la vida. En el
presente, a las carencias materiales se une un ambiente de
miedo-temor-angustia para el desgaste, para la destrucción
de toda posibilidad de existencia.
Al
lado de los muertos
del aparato de ‘la violencia cotidiana’, incluyendo a los
heridos que no logran el cupo en alguna emergencia o que
no se les atiende por falta de insumos, están los
cadáveres de los reventados, por ejemplo, en el campo
cardiológico, cerebral o por un cáncer fulminante, que no
figuran en las estadísticas oficiales.
Y este es un
cuadro que cada día se abrirá más espacio. Y la pregunta
colectiva apunta hacia el qué hacer para tratar de
conservar la vida en el seno de una sociedad tomada por el
crimen, la droga y la polarización.
Para
el régimen actual
el manejo de la situación creada por ‘el aparato criminal’
está signado por la polarización. Porque con el
‘socialismo’ supuestamente está buena parte de la gente
que habita en los lugares de mayor incidencia en el mundo
del crimen.
Esto impone
una situación calamitosa. No es posible lanzar operativos
represivos en forma abierta. Indispensable mantener la
ascendencia y buenas relaciones con ‘los de abajo’. Este
objetivo está claro en la polarización, la división que
plantea la confrontación y la imposición en términos
hegemónicos de una de las partes.
Tampoco es posible
aplicar una justicia que no existe, porque las cárceles se
han convertido a su vez, en otro brutal productor de
muertes. Algunas estadísticas señalan que mueren 20 por
cada mil reclusos. Y por otra parte, el régimen vigente
requiere polarizar cada vez más la población para asegurar
una subsistencia que se no se apoya en su gestión sino en
sus ofrecimientos.
Eso quiere
decir, en consecuencia, que el régimen está entrampado en
sus propias actuaciones. No requiere acabar con la
pobreza, porque su existencia y proliferación le
garantizan el insumo necesario para promover un
‘socialismo’ falaz y miserable. Y para hacerlo debe
estimular, convocar y permitir la violencia a través de un
discurso radical, sembrado de odio, que puede tomar
cualquier signo y contenido en su improvisado desarrollo.
Y eso
es exactamente
lo que estamos viendo al día de hoy. La criminalidad,
unida al consumo, tiene entonces un terreno materialmente
infranqueable. Y hay que registrar no sólo la ausencia de
una policía que pueda enfrentar el llamado delito sino lo
relativo a unos órganos de seguridad del estado en los
cuales hay bandas de las propias policías en labores
delincuenciales y contra las que muy poco o nada se ha
hecho.
Según el
viceministro de Seguridad
Ciudadana, general Juan Francisco Romero (EU,
13-07-09, 3-15) la PM tiene
bajo investigación a 1800 policías por delitos. El
gobernador del estado, Henri Falcón declaró que hay 46
policías expulsados y 440 investigados en el estado Lara
(EN, 15-07-09, 1-6). Y según cálculos del Min-Justicia e
Interiores (UN, 09-07-09, p.26) en Venezuela se necesitan
127 mil funcionarios policiales. Esto sin contar que las
policías del exterminio y la desaparición tienen ya un
largo historial que nadie toca.
Porque a esta hora
la delincuencia-hampa de todo tipo ha alcanzado una
dimensión que se ha vuelto materialmente incontrolable por
el régimen socialista. Y ha pasado, en consecuencia, a
regir en gran parte los destinos de este expaís.
Y ante esta
desbandada, a la ‘revolución bolivariana’ no le queda
como recurso sino echar mano del socialismo. Si eres
portador de esa condición tienes muchas posibilidades de
que no te ocurra la tragedia.
Iván Pérez
anduvo por más de 40 funerarias solicitando un servicio
para velar a su hijo tiroteado. En cada caso la respuesta
fue similar: “Me dicen que es muy peligroso porque lo
tirotearon en un barrio y puede generarse un altercado en
la funeraria. A mi hijo lo mataron por ser pobre, porque
no tenía dinero. Eso es todo. Su delito fue ser pobre.”
Para
este pobre
no hay el recurso o ayuda del régimen socialista. Y en
medio de su llanto Iván dice más sobre su pena; “Nadie
quiere velar a un tiroteado, pero en esta ciudad ahora
nadie muere de viejo. He ruleteado el cadáver de mi hijo
por 40 funerarias. Piensan que era malandro, pero los
verdaderos delincuentes andan sueltos.” (EU, 12/07/09,
p.4-11). Iván parece no estar con el proceso ni tener la
protección del socialismo.
Tampoco contó
con este beneficio la señora Luz Betania Suazo a quien le
tiroteron su hijo. ‘Pero se murió fue de tanta mengua’.
Porque fue llevado a tres hospitales, y no fue recibido
por falta de cupo o de insumos (EU, 14/07/09, p.3-14). El
socialismo tiene inversiones más importantes y
prioritarias, como las que destina a exportar la
revolución socialista a través del ALBA.
Para
los socialistas
habrá cada vez más patria y mejores formas de vida y por
ello, una ‘mayor felicidad’. Para quienes permanezcan
anclados en el capitalismo sólo habrá muerte. Por ello la
consigna heroica: ¡Patria, Socialismo o Muerte! El atraso
dispara y cuenta los asesinados que van quedando en el
camino. Es la exacta medida de la patria del socialismo
muerto.
Una situación
que sólo se podrá revertir cuando ese colectivo
manipulado, utilizado y reprimido, haga conciencia de su
propia condición y se ponga a distancia de los dos
monstruos que dirigen la destrucción de este expaís: el
régimen de un tramposo y fraudulento socialismo y sus
correspondientes cómplices.
Es
hora de hacer valer
la existencia del individuo, con conciencia y organización
de colectivo, como fuerza motora de un tiempo en el cual
la única polarización posible se produzca entre la vida y
los incansables promotores de la muerte, de cualquier
signo o condición.
Vayamos pues
hacia el verdadero deslinde con los sembradores de muerte
del capitalismo y la falsificación hecha populismo,
manipulación y perversión conocida como socialismo
bolivariano del siglo XXI.
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