El GP ha sido
muy claro y terminante en el pedido de colaboración hecho
a su entorno para meter chola, pisar acelerador, para
construir el socialismo que no se ha establecido en parte
alguna.
Y en esta
hora en la que se alude a acelerador y radicalización,
por una parte, y a revolución dispuesta a marchar a tono
con la constitución y las leyes, se impone una evaluación
que nos permita saber dónde estamos y qué nos espera, en
un momento en el cual las encuestadoras vuelven a señalar
que el GP no cuenta con la mayoría, pero mantiene altos
niveles de popularidad-aceptación. A este objetivo están
destinados los puntos que siguen.
1.- Es
necesario insistir en que este régimen no tiene nada que
ver con democracia, pero hasta hoy se le tiene como tal
y, en consecuencia, se le pide que actúe en la forma
correspondiente.
2.- Por ello,
cuando las encuestadoras redescubren que el GP no cuenta
con el apoyo de las mayorías y que, en consecuencia, es
minoría, se tiende a olvidar que ésta ha sido la constante
desde el 15D-99. Desde un inicio el régimen compró una
maquinaria electoral que está a su completa disposición y
que en la actualidad se encuentra completamente afinada y
hasta respaldada por una normativa que legaliza el
fraude-trampa, en toda su extensión.
3.- Esto
quiere decir que, a lo largo del período ‘revolucionario’,
se ha aplicado la misma política del pasado y que estamos
ante un mismo fracaso con una doble expresión: por una
parte la ‘vieja democracia’ y, por la otra, ‘la nueva
revolución’. Dos maneras de expresar la misma frustración
y la incapacidad para dar el salto hacia otra realidad.
4.- Aquí
prevalece un estancamiento político que tiene su primera
gran expresión el 27F-89. El proyecto-proceso bolivariano
no ha sido capaz de avanzar, más allá de su discurso,
hacia un nuevo contenido político, programático y
organizacional. Por ello hemos sostenido y sostenemos que
estamos en un tiempo de predominio político del pasado, en
el cual no se ha producido ruptura alguna.
5.- Esto
significa que la lucha en ese campo hoy aquí se limita a
una confrontación en la que cada una de las partes tiende
a demostrar, en atención al más estricto positivismo, que
su posición democrática o revolucionaria es la más
adelantada. En el fondo -insistimos- esto es suma de
pasado.
6.- Estos
elementos deben considerarse a la hora de examinar lo que
ocurre hoy en este expaís. El epicentro de la situación lo
establece un régimen que cada día pone más énfasis en
evidenciar que sólo puede mantenerse por la vía de la
fuerza, la intimidación, la manipulación, la compra de
conciencia y voluntades. En estos ‘poderes’ radica la
fuerza y proyección del proceso bolivariano.
7.- Esto hace
posible un cuadro político compuesto básicamente por un
híbrido cuyas partes difícilmente pueden conciliar. Por un
lado, hay una práctica que se afilia a lo
autoritario-dictatorial, con firme inspiración totalitaria
y fascista, y por el otro, la necesidad de mantener con
vida la ficción de democracia, legalidad y libertad que
sirvan como cobertura a la acción concreta de dominación y
violencia. Se trata, en consecuencia, del mismo y conocido
esquema dictatorial que ahora alcanza las posibilidades
que le permite la inversión de los petrodólares y el
disfraz de democracia.
8.- Sin
embargo, el régimen ha querido plantear una expectativa
que, en su criterio, significaría el mejoramiento de las
condiciones de vida del colectivo venezolano: el modelo
socialista del siglo XXI que vendría a ponerse por encima
tanto del fracasado socialismo real del siglo XX, como del
ya derrotado capitalismo salvaje, perverso y criminal.
9.-El
ofrecimiento de los neo-revolucionarios, inspirados en
Bolívar, consiste en una inédita revolución que dice dejar
atrás los viejos esquemas, pero que en la práctica, se
revela como una mentira debido al seguimiento que aquí se
hace, por lo menos desde el 15Ag.-04, del gastado modelo
cubano, cuando se dijo que Venezuela había cambiado para
siempre y se determina la construcción de VENECUBA.
10.- Tenemos
ya un lustro en la construcción de lo que nadie ha podido
definir. Y por ello, a la fecha, estamos ante un régimen
que hace gala permanentemente de la angustia-desesperación
por alcanzar metas que le permitan apartarse de la
ineptitud y concretar logros que sirvan a su estabilidad.
11.-Lo cierto,
sin embargo, es que esta ‘revolución’ no ha podido avanzar
hacia el territorio de lo nuevo y ni siquiera hacia la
existencia de un cuadro productivo que permita separarla
del marco de la renta petrolera.
12.- Lo que
prevalece aquí es un socialismo petrolero instalado por la
vía de la fuerza que tiene en este instrumento, negador de
toda consulta democrática y participación del colectivo,
el factor de la toma de decisión para la implantación de
un nuevo modelo político.
13.- Esto
quiere decir que este ya fracasado socialismo corresponde
a una imposición negadora de toda legalidad. En la
constitución del 99 no se define el modelo político
venezolano como socialista.
14.- De modo
que la confrontación planteada con el modelo capitalista
corresponde a una decisión de las cúpulas bolivarianas,
que tiene en los boliburguerianos los mayores interesados
en el desarrollo de una economía en la cual ellos sean,
como en efecto lo son, los primeros y mayores
beneficiarios.
15.- Con esta
situación, y a pesar de contar con el apoyo comprado, a
nivel social, político, militar, educacional, no logra
concretar la tan apetecida estabilidad. Las protestas
cunden por todas partes.
16.-Y el
régimen, en la persona del GP, expresa sus temores y se
llega a la conclusión de que la salida al difícil cuadro
está en la ‘chola’, la radicalización o profundización de
la imposición socialista, previamente derrotada, a través
de la aprobación de un cuerpo de leyes que sirvan para
legalizar el ‘proceso socialista’ y control de la
sociedad.
17.- Pero este
cuadro se complica con la actuación del régimen a nivel
internacional en ‘diligencias’ en las cuales no ha
obtenido el mejor provecho. El fracaso de la incursión
Alba en Honduras, la aparición de lanza-misiles AT4 en las
FARC procedentes de Venezuela, los límites en el
compromiso con este régimen por parte de algunos aliados,
Alba, MERCOSUR, la crisis del hermano aliado iraní y el
alejamiento de la posibilidad de un apoyo político por
parte de China y Rusia, (apenas interesados en la
obtención de beneficios económicos), hacen posible que el
espacio de la maniobra política bolivariana sea cada vez
menor. Los tiempos del esplendor comienzan a agotarse y
esta revolución carece hoy de los recursos para seguir
financiando la apertura de nuevos caminos.
18 .- La
conclusión es muy clara: el enredo de este régimen es
aplastante y creciente. Ni es demócrata ni buscará ninguna
salida por ese lado. Aumentará su ‘chola’-aceleración del
fracaso-hundimiento socialista que sólo servirá para
enriquecer cada vez más la correspondiente ‘vanguardia’.
19.- De resto
veremos el ciclo de confrontaciones a lo interno del PSUV
y aliados que producirán un sin número de espectáculos
como el que acabamos de presenciar cuando la legión Ron
atentó contra Globovisión. Todo en el marco del escenario
de la eliminación de 34 emisoras acusadas de ilegales, en
un expaís en el cual, según el régimen, prevalece la
legalidad que, por cierto, dicen poner en práctica al
detener a la dirigente del aludido ataque, una vez que el
asunto se convirtió en noticia internacional y condena al
régimen por los ataques a la libertad de expresión.
20.- El cerco
a este régimen se extiende a lo interno y lo externo. Su
única salida, en consecuencia, es la fuerza hecha
dictadura en forma cada vez más expedita y amparada por el
cuerpo de leyes que produce la propia Asamblea Nacional de
y para la acción dictatorial, revestida de ropaje
democrático. Sin sus instituciones, el democrático apoyo
de las oposiciones y su CNE este régimen estaría más abajo
del suelo.
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