El espectáculo se mueve entre lo alarmante
y lo grotesco. Ahora resulta que la propuesta de la
enmienda adquiere el nivel de reforma constitucional para
permitir que todo el tren burocrático elegido en
‘libérrimos comicios’ pueda ser reelecto en forma
indefinida, si así lo considera pertinente el electorado.
Pero frente a la nueva versión de la misma
trampa, ‘las oposiciones’ se mueven, una vez más, entre lo
superficial y la generalidad. Muy lejos están de entender
que esta es una realidad en la que prevalece la
experiencia y el camino cubano. Estamos en Venecuba y en
este contexto debe examinarse esta situación. Los puntos
que siguen persiguen ese propósito.
1.-Según
‘las oposiciones’ el régimen, ante el resultado
desfavorable de la mayoría de las encuestas y lo que dice
la calle, se desesperó y retrocedió vertiginosamente para
buscar una fórmula salvadora, que le permita evitar el
abismo que significaría, como mínimo, el final de la
‘revolución pacífica’ pero violenta.
2.-
El GP toma en cuenta en su acuerdo, la aspiración general
de unos políticos que, históricamente, han sido expertos
en perseguir reelecciones. Y de allí su alarde de
amplitud democrática para plantear un juego electoral en
el cual cada quien se sienta cómodo y favorecido. Por
ello su pauta recibe el apoyo de todas las instancias
políticas. Él dijo enmienda y alrededor de esa proposición
se desarrolla todo el ‘juego político’ y, además, impone
las reglas e impulsa un supuesto ambiente de ‘debate
democrático’.
3.-De
esta manera la política supuestamente antigubernamental
sigue admitiendo que vivimos en una democracia. Y de
manera inmediata se sintió convocada y comprometida
gratamente con la cuestión electoral, gracias a las
supuestas victorias obtenidas el 2D-07 y el 23N-08. A la
tercera vendrá el triunfo definitivo. El GP derrotado,
estará obligado a abandonar el mando-poder. En realidad,
no hay capacidad o verdadero interés en estas
‘oposiciones’ para entender lo que esta pasando hoy aquí.
4.-
Ahora esas ‘oposiciones’, que son una triste escuela de
continuismo, que no conocen de renovación de cuadros o
dirigentes, dicen hoy repudiar la ‘enmienda ampliada’,
porque rechazan el propósito de crear ‘una casta política
eterna’. (UN, 07-01-09, p.16)
5.-
¿En que momento de esta llamada historia republicana no
han prevalecido esas castas? ¿Cómo negar que la historia
de nuestra política es una confrontación y sucesión de
castas?
6.-
Aquí se impone admitir que estamos ante una nueva pelea de
castas politiqueras. La bolivariana, que se siente cómoda
por contar con su caudillo-salvador, lanza su proposición
de reelección indefinida para tener listo su candidato con
la primera posibilidad de triunfo en diciembre del 12.
7.-
Las castas de las oposiciones, que no cuentan con el tal
liderazgo carismático, ni tienen hoy un Mesías que pueda
competir con el GP, sacan a relucir su falta de ambiciones
y rechazo a la idea del político eterno que no le da paso
a las nuevas generaciones.
8.-
El GP lo ha dicho en forma reiterada. Todo aquí es una
guerra, señala en 1998 (ABM, Habla el Comandante,
p.461). Y por ello, agrega luego, nuestra revolución es
pacífica pero armada. Y no se equivoquen: aquí hay una
guerra declarada de la cual no se excluye ninguno de los
elementos del cuadro histórico.
9.-Esto
quiere decir que desde un inicio la maquinaria electoral
aquí aplicada ha estado guiada y determinada por la
guerra. El CNE atiende las directrices del comandante en
jefe de la guerra. Y debe cumplir las órdenes militares
que corresponden a un régimen que actúa con la fuerza del
autoritarismo por delante y con cobertura
democrático-electoral por detrás.
10.-
Pero esta situación de lo democrático como subterfugio y
punto de apoyo para las más desmedidas actuaciones no
parece ser comprendida por quienes no han entendido aún
que esta realidad ha pasado a una nueva dimensión: la
venecubana. Un diseño que sigue el modelo-ejemplo cubano,
con la sola variante de mantener una cobertura
democrática.
11.-
Por esto es que estamos ante un régimen siempre dispuesto
a profundizar la guerra, no en forma aislada sino en un
contexto que incluye la unión de este ex-país con lo que
se ha dado en llamar la revolución cubana. Es decir: dos
revoluciones fundidas en su destino. Lo que le pase a una
tiene que ver irremisiblemente con la otra.
12.-
Y si aceptamos que se nos llevó a la condición de
venecubanos, tendríamos que admitir las leyes que rigen
esta situación. Nadie puede pensar que en Cuba existe
libertad ni en sentido general ni electoral. No pueden
existir elecciones limpias cuando no hay confrontación de
posiciones.
13.-
Y si esa es la realidad cubana ¿cómo esperar que su
similar venezolana sea contraria y permita el pulcro
desenvolvimiento electoral?
14.-
Es necesario insistir: la guerra esta desatada. Y lo
electoral se entiende aquí como una batalla que no es
posible soslayar ni perder y, sobretodo en el momento en
el cual se pone en juego, nada menos, que la posibilidad
de dar continuación en el mando-poder, a la figura que ya
adquirió rango de Mesías Salvador, para convertirse en
jefe indispensable, insustituible y único.
15.-Porque
los regímenes de fuerza, producto de imposiciones, en
atención a los postulados de la doctrina positivista de la
cual no se desprende el marxismo, mantienen con vida las
figuras-dioses, que son el centro de las llamadas
revoluciones cubano-venezolanas.
16.-
De allí el necesario e inevitable mito-culto que define al
héroe que se junta a los del pasado para dar continuación
a la guerra, que sigue pagando los mejores dividendos
hoy, en medio de acciones que nos conducen a la mayor
destrucción y a la más profunda condición de ex-país.
17.-
Una guerra que para esta hora esta ganada por el
oficialismo venecubano, mientras ‘las oposiciones’ se
mantienen en la línea de la improvisación y en espera de
las próximas acciones de los gendarmes de Miraflores y La
Habana.
18.-.
La guerra electoral venecubana ya tiene un ganador. Las
‘oposiciones’ saben que esta revolución no se dejará
vencer en urnas electorales, pero a la vez no cuentan con
otros recursos ni posibilidades. Para ellos la política es
electoral o electoral.
19.-
De allí que sigan el guión establecido. Lo contrario
significa crear una nueva política que nazca y se
instrumente a partir del colectivo. Y se sabe que estos
demócratas están muy ocupados en ‘la lucha contra las
castas’.
20.-
Nos aguardan, por ello, tiempos aún más duros, cuyas
secuelas y dimensión están todavía por definir.
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