Entre
los correos recibidos en relación a nuestro artículo
anterior, llama la atención lo planteado por la profesora
Isabel Sánchez Camejo: no entiendo por qué califica como
borrachera electoral al enorme esfuerzo que hace la
oposición por lograr la unidad que es lo único que nos
puede garantizar la derrota del régimen actual.
Y nos pide que nos sumemos a quienes luchan por derrotar a
la pandilla de desaforados del llamado socialismo del
siglo XXI, el 23N-08. Concluye afirmando que, una vez
obtenida la mayoría de las gobernaciones y alcaldías, el
régimen tendrá que abdicar, el propio golpista-presidente
huirá, porque se habrá quedado desolado y sin ningún tipo
de poder.
Amiga Isabel, permítame decirle que no comparto sus
apreciaciones. No podemos seguir con el esquema del
Referendo del 15Ag.-04 según el cual el ‘se va’ se
convirtió en un ‘se queda’ y no sabemos hasta cuándo.
Y no es cuestión de pesimismo, como dice, sino de tocar la
realidad. Las oposiciones con su fracaso electoral
aumentaron sus derrotas políticas. El oficialismo vio
consolidado su poderío y el propio GP anunció esa misma
madrugada que “Venezuela cambió para siempre”. Es decir,
que emprendía su camino hacia la radicalización
revolucionario-socialista y le decía a la vieja política
de AD, COPEI y derivados: ‘No Volverán’.
Se anuncia así la continuación del fraude electoral del
15Ag.-04 garantizada por la maquinaria Smarmatic-CNE para
que en cada oportunidad se produzcan los resultados
deseados por y para la ‘revolución’. A esto se suma el
efecto inversión para todo tipo de negociación al lado del
control y la compra de votos.
Y esto funciona inclusive el 02D-07 cuando se produce una
supuesta derrota para el régimen que en la práctica se
transforma en un triunfo. El CNE se graduó de imparcial y
se logró una especie de empate técnico, con la complicidad
de todos los partidos que intervinieron y que
oportunamente recibieron copia de las actas de votación.
Nadie a la fecha se ha dignado a publicarlas con los
resultados correspondientes. ¿Por qué se esconde el
triunfo?
Hoy predomina aquí un poder que a pesar de padecer los
rigores de la implosión, es la única instancia en la toma
de decisiones políticas. Las oposiciones sólo cuentan como
“aval democrático”. Por ello, el régimen “derrotado” el
02D-07 proclama 26 leyes que significan una parte
sustancial de la reforma rechazada para avanzar a paso de
destrucción hacia el socialismo de la derrota y el fracaso
del siglo XXI.
A esta hora el régimen controla PDVSA, siderúrgica,
cementeras, Banco de Venezuela, FAN, BCV, su partido
político, la maquinaria educacional, comunicacional,
alimentaria. Y para ello ha programado un macro Estado
capitalista con cobertura ‘revolucionaria’ que impulse y
dirija el ‘socialismo’.
A esa finalidad se destinan también las instituciones
‘auxiliares’ como misiones, consejos comunales y milicias.
Todo un aparato de sometimiento y dominación. Porque de
esto trata el tal socialismo que conoce la humanidad desde
los inicios del siglo XX.
¿Y qué hacen las oposiciones, más allá de alimentar sus
ambiciones, ante la creciente maquinaria que controla las
riendas del poder en este ex país? En este punto radica
buena parte de nuestra tragedia: estamos atrapados por
esos dos focos de destrucción.
Y ni siquiera hay un claro deslinde entre ellos. De allí
que nos consigamos con las negociaciones destinadas a
lograr pactos y acuerdos. Hay grupos de ‘las oposiciones’
que se han acusado de prestarle servicios al gobierno a
cambio de posiciones. Y aún hoy Manuel Rosales, al
referirse a la unidad que promueve su partido y a la
actitud asumida por otros grupos, señala que ‘hay muchas
formas de ayudar al gobierno, directa e indirectamente’
(EN, 17/08/08, p.06)
Y tiene razón el gobernador zuliano. Este régimen tiene en
‘las oposiciones’ su mayor ayuda. Por ello ha podido
avanzar sin obstáculos en la realización de sus planes. De
este vínculo nace la manifiesta vocación electoral que
permite, como lo ha hecho hasta ahora, ‘democratizar’ la
imposición dictatorial-socialista, de firme inspiración
totalitaria.
No es posible, en consecuencia, pontificar aquí sobre la
existencia de una democracia real. Aquí esa llamada
democracia sólo ha sido un comodín al servicio de todas
las causas negadoras de la libertad que la requieren para
ocultar o justificar sus andanzas.
Entonces amiga Isabel, cuando usted se coloca frente al
actual cuadro electoral no puede suponer con algún rigor
que esté planteada la derrota del presente régimen como
consecuencia de un acto de esa naturaleza. Esto, como dijo
un conocido ‘filósofo’ de nuestra política, es montarse
pajaritos preñados.
Y como esa es la onda en que se halla la mayor parte de
nuestros políticos es por lo que decimos y ratificamos que
nos movemos como en medio de borrachos que, con tino y
juicio de vividores, aprovechadores, cómplices y
renegados, militan en todo lo que sea componenda
electoral. Para ellos es fundamental alimentar una y
muchas veces que por ahí va la salida a esta inmensa
crisis.
Hoy, la inmensa mayoría de los venezolanos, que no cree en
partidos políticos ni en “revolución”, tiene que marchar
hacia un plan estratégico que contemple la construcción de
otra y urgente Venezuela. ¡Ya basta de borrachos,
ambiciosos e irresponsables!
Es hora de impulsar y crear los caminos que nos conduzcan
a forjar un país a partir de las cenizas que simbolizan la
condición de ex-país que somos y que estamos obligados a
superar!
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