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Burla Interpol y narcoguerrilla del "imperio"
por Agustín Blanco Muñoz  
viernes, 23 mayo 2008


Cuando se establece el Plan Colombia (PC) materialmente se decreta el fin de la narcoguerrilla. Fuerzas militares del ‘imperio’, con todo tipo de apoyo, vienen a enfrentar a un ejército de irregulares que, al no contar con apoyo popular ni político y financiero internacional, se pliegan al narcotráfico como una fuente de recursos para adelantar un ‘proyecto emancipador-liberador’.

Es lo que entonces se graficó con una expresión: ‘vamos a limpiar la región’. En efecto, el objetivo era muy claro: eliminar el foco de crisis-perturbación establecido en las montañas colombianas y que tenía incidencia en diferentes países. Había llegado la hora de dar de baja a la insurrección. Sin embargo, el avance de esta empresa guerrera, que cuenta con todos los medios para alcanzar sus objetivos de destrucción, no llegó a adquirir el ritmo-velocidad capaz de corregir esta crisis puntual.

¿Y cómo explicar esta situación? En principio hay que descartar que USA se haya cuidado de profundizar una guerra por la cantidad de bajas que pudieran ocurrir. A la hora de un balance es necesario señalar, a manera de hipótesis, que esta guerrilla paga hoy buenos dividendos a la política norteamericana desplegada en la región.

Mientras Cuba se ocupó de exportar la revolución hubo a quien responsabilizar de la crisis latinoamericana. Pero al bajar la acción de ese centro generador de conflictos, era inevitable darle relevancia y posesionar otro como gran culpable de los males de esta parte del continente. El PC sirve desde un inicio para anunciarle a los movimientos democráticos con inclinaciones izquierdistas-revolucionarias que hay un límite tolerable en la política: nada debe parecerse a lo que hace y persigue la guerrilla colombiana.

Esta guerrilla hoy, como ayer Cuba, es la muestra exacta de lo que no se debe hacer. De allí que sea rentable mantenerla. Garantiza la supervivencia del ‘modelo democrático’ colombiano, controla, frena las llamadas tendencias subversivas y advierte que todo aquel que no desea la guerra debe actuar y permanecer en el camino de la paz, el diálogo y el entendimiento.

La campaña por la reelección obliga al gobierno colombiano a mostrar lo eficiente que ha sido y es su labor en el combate contra el narcoterrorismo. De allí el plan de exterminio, amplia infiltración y ‘negociaciones’ que se aplica en la actualidad. La contienda es entonces de “democracia” contra narcoterrorismo.

Y este esquema lo aplica a su vez el PC en la conservación-mantenimiento de sus grandes intereses venezolanos. Con esa herramienta se le recuerda permanentemente al régimen que su identificación con la guerrilla colombiana lo sitúa en el territorio de los condenados.

El expediente cada día adquirirá mayor cuerpo. Y no se utilizará mientras no haga falta. Es una amenaza que pende sobre el agresivo ‘socialismo verbal bolivariano’. Mientras se cumpla adecuadamente con la cuota diaria petrolera nada ocurrirá, pero lo contrario obligaría a tomar medidas para clarificar la situación y garantizar el debido suministro.

El PC es un guardián de los intereses petroleros norteamericanos. Y el Informe Interpol viene a respaldar este objetivo. Es indispensable observar que en la elaboración de ese documento estuvo metida la mano de Don Mario Moreno, guardando las debidas distancias, para referir que por su dimensión (y suponemos que profundidad) un mortal que lea 100 páginas Word diarias requeriría 1000 años para enterarse de la totalidad de su contenido.

Esto pone de manifiesto a la vez, algo que parece encaminado a engrosar la escena de la burla: ahora y sólo ahora, el Plan Colombia, el Pentágono, la DEA y demás instancias policiales y gubernamentales tienen una documentación que les permite conocer las operaciones de las FARC, su dimensión y alcance.

Y este favor se le debe a las consabidas computadoras de Reyes. Ha ocurrido como una bendición divina. Se hicieron las computadoras y todo se conoció. Ahora sí se sabe que hay una conexión de esa guerrilla con el narcotráfico, con “instancias revolucionarias”.

A este respecto importa preguntar: ¿Son las computadoras de Reyes las huellas-pruebas que faltaban para probar los vínculos de las FARC con muchas ‘cosas prohibidas’? ¿Computadoras como máxima expresión de un gran fracaso?

Importante no quedar atrapados en las redes computarizadas del Informe Interpol. Necesario trascenderlo para advertir la forma como se juega al engaño para hacer aparecer las “verdades” en el momento en que se consideran rentables.

Hoy se sabe a plenitud lo que es la guerrilla colombiana pero también se tiene la convicción de que debe permanecer para prestarle beneficios al ‘imperio’. Con el expediente de su conexión con la “revolución bolivariana” se refuerza la amenaza destinada a garantizar el cumplimiento de las cuotas petroleras.

Y mientras el ‘imperio’ computariza, dosifica y saca partido al fenómeno guerrillero y el régimen socialista-bolivariano se mantiene a salvo y en crecimiento con sus altas inversiones petroleras, ‘las oposiciones tarifadas’ crean y recrean las condiciones necesarias para seguir prestando el mejor aporte como fuerzas opositoras al servicio del oficialismo y de los propios intereses norteamericanos.

Porque aquí, en definitiva, cuesta trabajo saber cuáles son y dónde están las fuerzas políticas que no estén dispuestas a avanzar en la burla descarada al colectivo venezolano. De allí la necesidad de seguir pensando en levantar la Tercera Venezuela como posibilidad real de enfrentamiento popular a este régimen computarizado en su afán cada vez más destructor.

abm333@gmail.com

 
 

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