Para
muchos con las 26 leyes habilitantes del 31/07/08, aquí se
produjo un golpe de Estado que acabó con la democracia. Y
se llega a dictámenes como el que produce el Mov.02D: “La
Constitución”[...] ha muerto. Somos un país sin
Constitución, sin Estado de Derecho”... Y agrega: el 31 de
julio fue otro 4 de febrero de 1992, otro golpe de Estado.
Por ello hay que luchar contra “el desconocimiento de la
constitución vigente” (EN, 10/08/08, p.12). ¿Muerta pero
vigente?
Desde el 04F-92 este ex-país ha vivido bajo el efecto del
mismo golpe de Estado conducido por el propio golpista
que, por razones del vacío político que se perfila desde
el 27F-89, se hace presidente el 06/12/98.
Este golpismo tomó todos los espacios: electoral,
presidencial e institucional, para lograr materializar las
ambiciones del nuevo jerarca y caudillo de esta sociedad,
que echa mano de las mismas y viejas banderas
reivindicativas que ahora se revisten con la forma de un
tal socialismo del siglo XXI.
Un proyecto que es expresión de la misma escuela
positivista-militarista-autoritaria, autocrática y
personalista de ‘nuestro republicanismo’. Pero ahora con
un agregado: se acoge el ‘credo revolucionario’ del
marxismo-leninismo-maoismo-fidelismo y muchos otros ‘ismos’.
Por ello, cuando se pregunta por el carácter de ‘esta
revolución’, hay que hablar de un híbrido que apunta hacia
el ocultamiento de planes que nada tienen que ver con
democracia pero sí con las conocidas experiencias
dictatoriales con rango de totalitarismo de corte
socialista y comunista.
Pero testimonios como el citado pierden de vista que, en
términos reales la historia de este ex-país siempre ha
estado de espaldas a los marcos teórico-constitucionales
democráticos. Y así este régimen, acusado de dictatorial y
de ‘matar la constitución’, puede sacar a relucir, con el
aval de las ‘oposiciones’, su certificado de origen en los
más ‘puros’ eventos electorales.
Por ello, ante un 31J-08, que es otro registro del 04F-92,
se impone ir más allá de imposiciones legalistas, medios,
partidos y electoralismos de la manipulación, para luchar
por un Estado de Derecho que tenga en el colectivo su
verdadero agente histórico fundamental. Sancho, ¿cuántas
acciones hará falta para enfrentar este golpismo
permanente, destructor y ‘revolucionario’?
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