La
expresión del interlocutor fue terminante: este ex-país,
como usted lo llama, se está cayendo a pedazos y no podrá
recuperarse mientras estos gobernantes, fracasados y
derrotados, no sean desplazados de unos puestos que ocupan
pero que no ejercen.
Y no es verdad, continúa nuestro amigo, que vivimos en
ninguna dictadura. Un régimen de esa naturaleza es hijo de
la fuerza y ésta reclama valor y no la cobardía que tanto
abunda aquí. La ingobernabilidad, inestabilidad y tensión
social, debido a la falta del queso en la tostada
‘revolucionaria’, presagia su caída.
Y a nadie puede extrañar, en consecuencia, que aquí se
produzca un estallido popular o cualquier otra situación
que intente acabar con este régimen antes del 2012. Claro,
cuando se piensa y actúa con base a este tipo de práctica
es porque se desecha la vía electoral en la que ya nadie
cree.
Y en este punto se impone una observación al amigo. Aquí
rigen en teoría las pautas de una democracia
constitucionalmente establecida y en ese marco sería
inevitable partir de ese estatuto, para ejercer cualquier
acción de cambio. Sin embargo, en la práctica el uso y
tratamiento que le da el oficialismo a esa ‘democracia’
está cargado de violencia-ventajismo.
Y, tal como lo ha reiterado el GP, si bien llegaron al
poder por elecciones, no están dispuestos a salir de él
por ninguna vía electoral.
La llamada ‘transparencia electoral’ ha sido suplantada
por la ‘técnica del fraude’, con la cual el régimen tiene
garantizada su legalidad y legitimidad democráticas
adquiridas en una sucesión de ‘libérrimos comicios’, como
solía decir Rómulo Betancourt, para la conservación y
ampliación del ‘universo socialista’.
Y esto lo admiten y aplican ‘las oposiciones’, para
quienes es importante que la dirigencia política de lado y
lado mantenga el control de la situación, para no dar
espacio a que el colectivo pueda tomar en sus manos la
conducción de la política y la propia lucha por el poder,
a partir de un liderazgo nuevo e innovador de carácter
horizontal que enfrente al viejo y gastado caudillismo
decimonónico y positivista.
Esto explica la política del silencio de esas
‘oposiciones’ ante las muestras de derrumbe que da el
régimen materializado en los continuos retrocesos de que
ha hecho gala.
Se devolvió en el caso del currículo, en la aplicación del
esquema oficialista de inclusión para el ingreso a las
universidades, en el cobro de la señal de VTV, el alza del
pasaje, ya Colombia no limita con las FARC porque las
guerrillas no tienen vigencia y produce la derogación del
Decreto con fuerza de ley sobre Inteligencia y
Contrainteligencia. En síntesis, para muchos,
representados en nuestro interlocutor, el régimen está
derrotado.
Pero en este cuadro, ‘las oposiciones’, se convierten en
los verdaderos garantes de una revolución que no está
dispuesta a caer ni por la fuerza de los votos, ni por las
acciones políticas de un contrario que parece sólo luchar
por mantener un viciado orden democrático, único en el
cual sus políticas pueden alcanzar algún espacio.
La conclusión es clara: este régimen se mantiene porque
son los propios derrotados quienes administran su derrota.
Lejos de cumplir ese papel ‘las oposiciones’ en el fondo
hacen suyo el propio proyecto revolucionario. Esto
significa la ausencia de todo tipo de deslinde entre
oposiciones y oficialismo. Aquí radica la tragedia de este
ex-país.
Este régimen se ha cansado de avisar que Venezuela es un
ex-país en guerra. Pero el supuesto ‘contrario dialéctico’
aún no parece caer en cuenta de este cuadro. Actúa al
margen de él y concentra todo su poder en la lucha por las
elecciones del 23N-08.
Por ello la política aquí la sigue rigiendo el oficialismo
y en particular el golpista-presidente (GP), quien ve en
el 23N una batalla que no puede perder y para la cual
cuenta con todas las armas. Mientras, ‘las oposiciones’
aspiran que pueda ocurrir otro 02D-07 y adelantar las
respectivas negociaciones de y para la sobre-vivencia.
Por esto el oficialismo, superado el aparente descalabro
del 02D-07 avanza en la construcción del ‘socialismo’ y
tiene aprobado y vigente su plan económico hasta el año
13. Desarrolla su acción política en base a Consejos
Comunales, Batallones, Círculos, Brigadas, Misiones,
Reservistas y toda una legión de tarifados que hace de la
clase emergente boliburgueriana la máxima representación
de quienes se aprovechan hoy de la ‘revolución’ de manera
extendida y profunda.
Por ello, todo a esta hora está programado para alcanzar
la ratificación del camino socialista y revolucionario el
23N. Para eso cuenta en particular con la maquinaria CNE
que logró el máximo de credibilidad el 02D-07.
Por eso hoy ningún miembro de ‘las oposiciones’ ataca al
organismo en cuyo seno se desarrolla en esa oportunidad la
negociación-fraude de mayor alcance y profundidad de la
historia republicana de este ex-país. Un acuerdo que
parece contemplar el secreto universal de la trampa que se
le hizo al colectivo.
En fin, todo está dirigido a lograr la permanencia del
régimen por encima del creciente despedazamiento. Por
esto, por ejemplo, ante la monstruosidad de lo actuado con
respecto al Decreto habilitante sobre Inteligencia y
Contrainteligencia, no habrá aquí quien reclame el
establecimiento de responsabilidades.
El sábado 07/06 el GP anuncia que se hará una nueva
redacción de la Ley Sapo (LS) porque, aunque es buena
tiene cosas inconvenientes. El 08/06 dice que ‘ahí
metieron algo que no es bueno’. Pero se limitó a anunciar
una comisión para una nueva redacción. El 09/06 el Min.
Interiores declara que la LS sigue vigente y que el
gabinete habilitante, por orden del presidente, revisará
los errores. Pero el 10/06 el propio GP decreta la
suspensión o muerte de la LS.
¿Qué lo obligó a saltar de ‘la nueva redacción’ a la
eliminación de la LS? ¿La presión popular, mediática u
opositora? Tal vez haya que pensar que en este caso
participó ‘alguna fuerza mayor’ que pudo haber amenazado
con actuar en medio del despedazamiento a que ha sido
llevado este ex-país.
Por ello a la hora de decretar la derogación de la LS el
GP admite que en el texto y específicamente en los
artículos 16 y 20 hay violación de los derechos humanos e
inconstitucionalidad. Pero todo ocurrió, no por culpa de
él sino porque “le metieron artículos inconvenientes”.
¿Materialmente fue engañado y firmó el ejecútese sin leer
el Decreto? ¿Se enteró del contenido de su LS cuando se
armó la protesta?
Este es un caso de irresponsabilidad extrema y de burla al
colectivo que en cualquier democracia que se respete
medianamente obligaría a dimitir a un presidente por
carecer de facultades para ejercer la primera
magistratura.
Aquí sin embargo se juntaron los discursos laudatorios de
su enfermizo entorno con la complicidad de unas
‘oposiciones’ que no quieren que nada las distraiga de su
operativo para la negociación que se realizará el 23N-08.
¡Cuidado con sorpresas en el camino!
abm333@gmail.com