En medio del bombardeo de
correos recibidos, encontramos una lectora que nos dice
que, al intentar un ejercicio imaginario sobre la
posibilidad de votar y proceder a evaluar los candidatos,
se consigue con que de un lado y otro los postulados son
lo mismo y nos pide nuestra opinión. Le respondemos en los
puntos que siguen:
1.- En este ex-país no puede hablarse hoy de elecciones
regidas por una entidad autónoma, transparente y apegada a
las leyes. Por ello, el problema no reside en votar o
abstenerse, sino en entender que estas elecciones
pertenecen al mismo pasado del fraude-trampa.
2.- Ya sabemos que los tales
‘revolucionarios’ son una versión actualizada de la
llamada cuarta república, que tiene en AD y Copei sus
agentes históricos fundamentales. De modo que el drama que
envuelve a este ex-país es muy claro: esos viejos y
fracasados politiqueros siguen hoy en plan de gobierno y
como dueños de lo que queda de exrepública, a través de
sus continuadores. Por ello aquí cada elección sólo
persigue el cambio de fracción del mismo poder.
3.- De allí que al lado del
candidato que denominan como ‘revolucionario rojo rojito’
(proveniente de cualquier rincón de la politiquería de la
‘cuarta’, que tiene entre sus representantes a personajes
como Luis Miquelena, José Vicente Rangel) encontramos unos
aspirantes opositores que, en su casi totalidad, son los
desplazados en 1999 por la ‘revolución’.
4.- Candidatos de AD, Copei,
un Nuevo Tiempo Adeco, un Proyecto Venezuela Copeyano, un
Primero Justicia Socialcristiano que no presentan novedad
alguna con respecto a lo que fueron en el pasado. Hasta
ahora, que sepamos, ninguno de los partidos que están en
la gerencia del fracaso de los cuarenta años de supuesta
democracia, ha reconocido su responsabilidad en esa
hecatombe.
5.- Y lo más grave, esas candidaturas levantan las mismas
banderas del pasado que tienen en el vacío su mayor
representante, aspirando lograr la validación como
opuestos a lo existente. En este sentido son simplemente
anti-comunistas, anti-socialistas, anti-revolucionarios. Y
se abstienen de decir que al igual que en el presente
régimen son neoliberales y cultivadores de la democracia
de los grupos de privilegiados y consecuentes negociantes.
6.- Esto explica la
inexistencia de candidaturas con algún lineamiento
ideológico o político doctrinario, que marque diferencias
o separaciones-rupturas con la vieja escuela de la
politiquería adeco-copeyana, que sirve hoy de base y
fundamento teórico a sus seguidores en el mando-poder.
7.- Y el objetivo es muy
claro: rescatar los poderes que le permitan volver a
disfrutar los viejos privilegios. Porque esto ha sido lo
dominante en 200 años de vida republicana: el permanente y
grosero reparto del ‘Premio Venezuela’. Se olvidan estos
politiqueros que esos ‘poderes’ que en su momento se
consideraron todopoderosos e invencibles terminaron
derrotados.
8.- Una lección que a pesar de
estar a la vista de todos, AD y Copei y sua derivados no
parecen asimilar. Todos los poderes, aún proclamados
indestructibles, terminaron vueltos cenizas, tinieblas y
recuerdos. El carnet de AD en el trienio (45-48), el del
FEI de Pérez Jiménez o el del puntofijismo en el período
reciente, es la mejor muestra de lo que se reconoce como
‘grandes poderes’ destronados.
9.- El chavismo tiene los
mismos rasgos de prepotencia. Se sienten como los grandes
y definitivos propietarios de este ex-país y actúan bajo
la creencia o convicción de que nunca serán derrotados. Y
lo dicen: ‘Esta revolución vino para quedarse’. Se olvidan
que en la historia de eso que llaman revolución, todo ha
resultado completamente pasajero.
10.- Y lo hemos dicho en
muchas oportunidades: este régimen se mantiene no por ser
irreductible, sino por carecer de un auténtico contrario
dialéctico. Por esto, insistimos, existe hoy un listado de
candidatos de lado y lado que materialmente representan
los mismos intereses.
Y no solo eso, ‘las
oposiciones’ apelaron a una suerte de refuerzo en su
dirección. Constituyeron un tal Directorio con Luis
Miquilena y gente del partido-medios a la cabeza, que se
juntaría a la trilogía de Teodoro-Rosales-Borges, para
producir un impulso final para salir de este régimen por
la vía electoral, a partir del 23N-08.
11.- En definitiva, la
política se sigue resolviendo en este ex-país a nivel de
cenáculos. El colectivo no cuenta para nada. Es un simple
objeto de manipulación que de antemano se sabe podrá ser
llevado a votar, debido a la creciente desesperación ante
la presencia en el mando-poder, de un gobierno que cada
día hunde más a Venezuela.
12.- Por eso hemos dicho hasta
más no poder, que la única manera de apartarnos del pasado
de las consabidas repúblicas, es haciendo valer el poder
de las mayorías. El poder de más de un 50% que no está hoy
al lado del régimen ni de ‘las oposiciones’, está llamado
a convertirse en el contrario dialéctico. El objetivo
sería muy claro: organizar la sociedad al margen de las
repúblicas de la destrucción.
13.- Sólo con una organización
de esta dimensión, el colectivo podrá adquirir los
instrumentos básicos para no caer en trampas, como la que
le montaron cuando lo convocaron a ganar y cobrar, o en la
que se repite el 02D-07, que es del completo dominio de la
totalidad de los participantes en el proceso que se
avecina y que guardan silencio cómplice sobre la
negociación que allí se estableció.
14.- Valdría la pena que
quienes en forma muy ‘democrática’ quieren que se silencie
la posición que mantenemos, nos puedan informar para qué
sirve una gobernación o una alcaldía en manos de un
cómplice, de los mismos fracasados de la llamada cuarta
república, progenitores de la ‘revolución’ que hoy avanza
en pos de la liquidación total de este ex-país. ¿Hasta
cuándo seguiremos atrapados por esta complicidad electoral
que ya tiene resultados prefabricados?
abm333@gmail.com