La
pregunta del conductor de La Entrevista (RCTV, 08/04/08)
recoge lo que está en muchas cabezas: ¿Y si no atendemos
al camino del voto qué nos queda? Y reafirma: ‘esa es la
única vía democrática que se conoce para enfrentar las
crisis’. Esto equivale a ponerse la camisa de fuerza del
voto. Todo dentro de él, nada al margen suyo.
No hay capacidad o tal vez no se quiera entender que el
voto es a la fecha una mercancía de y para la manipulación
utilizada por el poder para vender lo que en general se ha
denominando como democracia.
En efecto, en nuestro medio la democracia alude ante y
sobre todo al voto. Si hay voto hay democracia. En ese
acto está plasmada, además, la libertad y la igualdad
porque teóricamente todos somos iguales ante ‘la ley del
voto’ y cada quien puede escoger el que mejor le parezca.
Esta ‘doctrina del voto’ se pone a andar el 19 de Abril de
1810 cuando se utiliza en contra de Emparan previas señas
de Madariaga, Anzola y Palacios. El voto desde entonces
sirve a sus dueños.
Y en este sentido y dirección, los 200 años de lo que se
ha llamado vida republicana han tenido en el voto el
principal instrumento de engaño-ficción para el diseño de
falsas esperanzas. Con el voto se aprueba la constitución
que marca la separación de Venezuela de la Gran Colombia,
con el voto se afianzan las llamadas oligarquías del siglo
XIX, se monta el ‘Gobierno de la Federación’ o se legaliza
la revolución de Guzmán Blanco o Castro-Gómez. El voto
está presente en los 27 años del gomecismo, en la
transición de López Contreras y Medina Angarita.
El trienio ‘revolucionario’ adeco impone un voto más
democrático que alcanza hasta los analfabetos y las
mujeres. Con el voto se apuntala la dictadura
perezjimenista. Los 40 años de democracia elevan la
institución del voto a uno de los poderes fundamentales.
Persiste entonces la ley según la cual quien controla el
poder tiene los favores del voto. De allí que se le
convierta en una especie de empresa productiva en la que
se hace grandes inversiones con la finalidad de que
produzca ‘la mayor suma de felicidad posible’.
A partir del 27F-89 surge en este ex país un gran vacío.
‘La democracia’ se viene a pique y en ese contexto, el
golpismo del 04F-92 se convierte en 1998 por la vía
electoral en una “rebelión” que toma el poder. Desde
entonces contamos con una “revolución” que se basa en los
votos de la pacificación y en las armas de la guerra.
Una ‘revolución’ que tiene un propósito: destruirlo todo,
acabar con el sistema económico y social vigente para
implantar uno nuevo por la vía violenta. Así se llegará al
‘socialismo científico’ del siglo XXI.
Y cada día habrá más violencia. Toda su estructura
institucional está montada sobre estas bases. Misiones,
Barrio Adentro, Mesas Técnicas, Cooperativas, Brigadas,
Círculos, Milicias o Batallones, Consejos Comunales
(Comunas) están establecidos en un contexto en el cual se
sabe que es indispensable prepararse para la defensa de la
‘revolución’.
Y a este poder bélico se agrega el que proporcionan los
aliados internacionales ‘socialistas y no socialistas’,
quienes entienden la defensa de la experiencia bolivariana
como ‘una nueva manera de ser socialista’ dispuesta a
retribuir el apoyo con petróleo.
A lo interno el ‘socialismo’ sirve para vender un ‘nuevo
bolivarianismo democrático’ que supuestamente se separa y
diferencia de las viejas ‘cúpulas podridas de AD y COPEI’.
La refriega entre partidarios del ‘modelo democrático’ y
el ‘socialista’ arranca en marzo del 01 cuando un grupo de
madres lanza un grito de alerta desde la Plaza Brión de
Chacaito: ‘Con mis hijos no te metas’. En octubre y
noviembre se producen las protestas contra la Ley
Habilitante. Fedecámaras y la CTV se juntan para convocar
el paro general del 10 de diciembre.
Desde entonces crece la inestabilidad política. El 11 A-02
es la culminación de un momento en el cual la calle se
convierte en un protagonista de gran empuje y proyección.
El régimen no tenía un medio distinto a la violencia para
detener el avance de este poderoso movimiento de protesta.
Y mantenemos la hipótesis de que el régimen organiza un
gran montaje que cuenta con muchos actores que aún no
están plenamente identificados, para que cumpla con esa
finalidad.
Lo que sigue es la fracasada proposición de una Comisión
de la Verdad que da paso a la Mesa de Acuerdos y
Negociaciones que tiene como objetivo fundamental buscarle
una salida electoral a la crisis. La OEA, el Centro Carter
y Smartmatic son los puntales para el “triunfo del
régimen” el 15Ag.-04. Desde entonces las fuerzas de lucha
del 11A se les convierte en electoralistas.
El 04D-05 con el voto de menos del 20% del electorado, ‘el
proceso’ se apodera de todos los puestos de la AN, el
03D-06 el jefe único renueva su presidencia. El 02D-07 el
régimen “pierde” el referendo de la reforma
constitucional. Cuando faltaba por escrutar dos millones
de un total de 9 millones de votos, el CNE le dio la
victoria al No por uno 1% irreversible.
Hoy todo apunta hacia el 23N-08. Otra vez el voto
‘decidirá’ a favor de quienes tiene que decidir. Pero ‘las
oposiciones’ entienden que su misión debe estar dirigida
hacia la búsqueda de los mismos beneficios de que hoy
disfruta el régimen. De allí la complicidad manifiesta de
esta institución para buscar cada vez más poderes a través
del voto. ¿Cómo y para que plantearse otras formas de
lucha?
¿Habrá que admitir que los candidatos de hoy comienzan a
fraguarse el propio 11A-02? ¿Seguirán a paso de vencedores
los históricos acuerdos entre ‘adversarios’ para
garantizar el reparto de la Venezuela petróleo? Sólo una
Tercera Venezuela, expresión de un colectivo consciente y
organizado, no violenta, participativa y creadora será
capaz de romper este binomio de perversión, descomposición
y destrucción!
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