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Venecuba: ¿irreversible e invencible?
por Agustín Blanco Muñoz  
viernes, 8 agosto 2008


Ahora es el grito de protesta contra ‘El Paquetazo’. Se acusa al régimen de irrespetar los resultados del 02D-07, aunque esos mismos acusadores forman parte del acuerdo para mantener ocultos los números oficiales y definitivos de esas elecciones. Lo que ocurre en este momento parece estar ubicado en la misma línea de lo que tendrá que ser aceptado por la vía de la imposición o la negociación.

Nadie puede negar que el régimen avanza hoy con una Reforma Constitucional que desde un comienzo se dio por aprobada y aplicada al darle rango constitucional a misiones, consejos comunales, reserva y demás instrumentos de fuerza que le servían para apuntalar su ‘cometido revolucionario’.

De esto hablamos hace un año (La Reforma ya está aprobada y aplicada, EU, 24-07-08) De modo que con la promulgación de estas últimas 26 leyes se corrige el pequeño obstáculo que se encontró en el camino el 02D-07. Algo que, además, había sido anunciado por el GP. Lo único que le queda pendiente es la reelección presidencial indefinida y ya han dicho que lo harán vía enmienda constitucional después del 23N-08.

¿A qué negociación llegará ahora la protesta contra las 26 leyes que tocan entre otras cosas la propiedad, que ratifica el rango constitucional de todos sus instrumentos de “acción revolucionaria”?

Hoy estamos en presencia de un autoritarismo militarista, de firme y creciente vocación totalitaria que ha contado y cuenta como ‘contrario dialéctico’ con el factor negociación, que en la práctica le ha resultado como el mejor de los aliados.

Por ello hoy es indispensable trascender la confusión. Este régimen avanza “a paso de destructor” porque no tiene quien lo detenga sino quien se preste a negociar con él o a hacerle el llamado juego democrático. Ya a esta hora se introdujo ante el TSJ un recurso de nulidad contra el paquete 26. Se pone a un lado que el mismo se presentó previo visto bueno de la sala constitucional donde ni siquiera hubo voto salvado.

Los negociadores, de parte y parte, intentan mantener viva la confusión que les permita seguir sacando provecho de la difícil realidad que vivimos. Fundamental soslayar lo que debería ser esencial para un colectivo, no comprometido ni con el oficialismo ni con oposiciones: que está siendo una vez más entrampado y manipulado. Hoy estamos frente a dos ex-países unidos para producir una sola desgracia: Venecuba.

De esto hemos hablado desde hace cuatro años. El 28 de agosto del 2005 (EU) señalamos que se había producido la instalación formal de esa nueva entidad geopolítica. Hoy está plenamente consolidada. Y si analizáramos nuestra realidad actual bajo esta perspectiva, entenderíamos lo que significa un régimen dispuesto a cercenar todo lo que se ha conocido como libertades democráticas.

Por eso cuando escuchamos voces del constitucionalismo diciendo que con las últimas 26 leyes habilitantes por primera vez el GP violenta la constitución, nos alarmamos ante el nivel de confusión. ¿Cómo es posible que estos estudiosos del ‘hecho constitucional’, como lo nombra el positivismo, no entiendan que la imposición del tal socialismo del siglo XXI y de todas sus ramificaciones, se monta sobre la violación de una constitución que en parte alguna alude al cambio del sistema de vida de los venezolanos?

La constitución del 99 no asoma siquiera la posibilidad de una aproximación al socialismo y mucho menos construir una realidad-copia de los que se conoce como ‘revolución cubana’.

Porque eso es Venecuba: el único modelo que le sirve al GP para garantizarle su permanencia en el mando-poder, para servir a la gran empresa del neo-revolucionarismo y el neo-socialismo-comunismo. Y un antiimperialismo que paga muy buenos dividendos a la hora de limpiarle el rostro a un golpista que se presentó como la negación de todo proyecto revolucionario.

Un modelo, con una práctica de medio siglo, que ha entendido la revolución como fuerza e imposición. Y eso es lo que tenemos aquí por delante a la hora de la convocatoria a las elecciones del 23N-08 para la elección de gobernadores y alcaldes.

El escenario de dominación venecubana es tan claro que el paquete 26 contempla la designación de autoridades regionales para la ordenación y desarrollo del territorio nacional con recursos propios. De modo que al lado de la gobernación eventualmente en manos de ‘las oposiciones’ se le montará un contra-gobernador a efectos de la guerra que se promovería para terminar de imponer la revolución en esos espacios.

¿Quién puede entonces concebir que el régimen venecubano se derrumbe a propósito de la pérdida de unas elecciones? Para el colectivo, diferenciado de oficialismo y ‘oposiciones’, la tarea es crear una política que le permita enfrentar los monstruos, única manera de avanzar hacia una historia diferente con capacidad para entrompar y derrotar a la Venecuba que se postula hoy como una entidad ‘irreversible e invencible’.

abm333@gmail.com

 
 

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