No
es verdad que es ahora cuando nos llevan a la guerra. El
golpista-presidente (GP) permanentemente ha señalado que
para él no hay una dicotomía entre la paz y la guerra. Y
lo precisa: ...“ Para mí todo esto es una guerra. No tengo
el uniforme de campaña, puesto de campaña, que no hace
falta, no tengo el fusil aquí en la mano. Está en otra
parte. Pero esto es una guerra.” Y corrobora: Es falsa la
separación entre ...“la vía pacífica y la vía de las
armas, la vía violenta. Todo es una guerra, una gran
guerra”...(ABM, Habla el Comandante. Caracas, 1998,
p.461).
Y en ese marco estamos en presencia de una fase de la
misma guerra en la cual se hace indispensable mantener en
alto la tensión, el ataque a la parte enemiga, la
confrontación que conduzca a la polarización que obliga a
tomar posiciones definitivas, guiadas por el fanatismo y
el culto a la personalidad y dirigidas hacia la obtención
de mayores poderes para el proyecto autoritario de firme
inspiración totalitaria que encarna el GP.
Esta decisión parte de una consideración doctrinaria que
hace ver que no es posible el desarrollo aislado de
ninguna revolución. La política de guerra ha aumentado a
niveles internacionales. De allí que el evidente fracaso
de lo que se ha conocido como ‘Revolución Cubana’ tendría
que verse como el lógico preludio de la derrota de la
llamada ‘Revolución Bolivariana’, si no se toman medidas
para impulsar la extensión de su experiencia.
Y esta acción estaría hoy dirigida básicamente por el GP
debido a los cambios que se han producido a lo interno de
Venecuba, dado que Raúl Castro parece estar inclinado
hacia la producción de cambios políticos que le permitan
mejorar sus relaciones con el Norte, con miras a aliviar
el cuadro de la crisis económica que hoy padecen los
cubanos y que en buena parte es paliada por la
intervención de los recursos venezolanos.
Pero este proyecto de construcción de un gran bloque
continental dispuesto a enfrentar al imperialismo yanqui
no se puede desarrollar sólo con el aporte de recursos y
en medio de un clima de paz. Es necesario aumentar la
intensidad de los conflictos y las amenazas de guerra para
acrecentar la polarización y obligar a definir posiciones.
La idea es darle continuidad a nivel internacional al
esquema que se sigue a escala nacional. Elevar la carga
belicista que permita radicalizar la confrontación y con
ello promover una guerra revolucionaria a gran escala.
Lo importante en este caso es la determinación de los
intereses internacionales dispuestos a alimentar e
impulsar la creación de un bloque regional latinoamericano
que busque la paz por medio de la guerra.
En este caso hay que pensar en lo que significa una
historia que tiene en la global-explotación su agente
fundamental. Se trata del máximo desarrollo del capital
financiero que ha creado un poder de poderes y que, puesto
por encima del sistema vigente, está en plan de arreglo
con quienes aspiren a la competencia o sobre-vivencia.
¿Cómo se mueven e interaccionan hoy los imperios entre si
y respecto a la global-explotación? ¿A cuál imperio
corresponde hoy la hegemonía? ¿Puede entenderse tal
hegemonía en el marco del capitalismo conocido hasta el
presente?
El GP sin tener mayor noción de esta problemática
incursiona ahora en un conflicto del cual, en principio,
no es actor principal. ¿Pero qué lo lleva a reclamar y
abrogarse tal protagonismo? ¿Qué persigue el GP
contribuyendo a crear una situación de guerra en la que
este ex-país sería actor principal?
La explicación es lamentable: nos podría pasar lo mismo
que a Ecuador y que se nos viole nuestra soberanía. Lo
único que falta por declarar, y que se hace entre-líneas,
es que también en la frontera con Venezuela hay
campamentos de la guerrilla colombiana.
Se siente que la respuesta del ‘imperio’ tendría que ser
la misma y que ya habría una preparación con 10 batallones
en la frontera y el vuelo de los aviones comprados a Rusia
para iniciar una contienda que definiría en el corto plazo
la ubicación de la región en una u otra posición.
Lo que en un inicio se presenta como un escenario para la
confrontación con USA, puede terminar en una acción a
favor de ese imperio. Porque no es verdad que la mayor
parte de los países del Sur se van a alinear contra el
Norte a partir de la convocatoria que hace el GP, como
altavoz de poderes internacionales que presentan una
alianza entre integrantes del neo-socialismo y del mundo
árabe para limitar la expansión de los imperios. Una
alianza conformada a partir de un denominador común: la
defensa de las fuentes energéticas en medio del desarrollo
de la global-explotación y la lucha inter-imperialismos.
Y en medio de este difícil y confuso cuadro ¿qué papel
desempeña el GP? Es una suerte de peón útil a la propia
política de USA y de otros imperios, en nombre y a partir
de una tal política multilateral en la que sólo creen los
de abajo con pretensión de ocupar algún día un sitial de
potencia en el llamado concierto de las naciones.
Estamos entonces ante un asunto de carácter planetario que
no se puede reducir a la violación de una ‘soberanía’, el
hallazgo de unas computadoras, las acusaciones mutuas y
refriegas mediáticas. Esta situación forma parte del gran
conflicto mundial por el ejercicio de la dominación. Y es
en ese contexto como hay que ver los increíbles manejos
que hace el GP de lo planteado para tratar de sacarle
beneficios a favor de su estabilidad.
Porque quien no está con el GP está con los enemigos de
Venezuela. Lo único que tendrá que lamentar el
‘gobernante’ es que su llamado guerrero tiene un rechazo
total en la población. Ni siquiera la gente de base de su
partido aprueba el llamado guerrero lleno de
aventurerismo, improvisación.
El GP, en consecuencia, tiende más bien a seguir por el
camino de la equivocación y sin retorno. Porque no sólo
está hundido como peón internacional al servicio de
intereses de los cuales no podrá sacar ningún dividendo.
En lo inmediato y directo, se le hará cada vez más difícil
y complicado el manejo de su partido y su gobierno hoy
tomados por la división y el enfrentamiento grupal entre
la ‘derecha endógena’ que comanda Diosdado Cabello, el
centro, liderado por él y los Radicales.
Al incursionar en este gran pleito internacional sin tener
clara noción de objetivos y posibilidades, el GP está
cavando aceleradamente su propia destrucción. Y lo
lamentable es que en el camino quede tendida y liquidada
buena parte de lo que fue la esperanza que, no obstante,
ahora tendrá que ser rescatada por quienes mantienen que
Venezuela debe ser una nación al servicio del colectivo y
de sus grandes y humanas causas. De no ser así, esta
guerra permanente promovida por el GP, terminará por
destruir lo poco que queda de este expaís.
abm333@gmail.com