¡25
años de
golpe! por Agustín Blanco Muñoz
sábado, 6
diciembre
2008
Ya el
presidente Herrera había mandado a comprar alpargatas
porque venía joropo, cuando se creó en la UCV, en el
rectorado del Dr. C. A. Moros Ghersi, la Cátedra ‘Pío
Tamayo’, cuyo propósito es llevar a la calle los
resultados de las investigaciones que desde 1973
desarrolla el Centro de Estudios de Historia Actual, sobre
la problemática que nos toca, define y determina.
La CPT, a lo
largo de nueve gestiones rectorales, y en la medida en que
sus escasos recursos lo han permitido, ha ido más allá de
los muros, con la intención de discutir su mensaje de
porvenir con la comunidad. El propósito ha sido y es
debatir ideas que apunten hacia proyectos y planes de
realización que contribuyan a afianzar la esperanza en la
construcción de un país en el cual la libertad, la
justicia, la belleza y el amor sean los valores
fundamentales.
El producto de
las investigaciones adelantadas sobre temas políticos,
sociales, militares, ideológicos e históricos en general,
se traduce en más de 500 publicaciones cuyo universo, por
su propio contenido, va más allá de la docencia para
adquirir público de a pié en nuestras labores de
extensión, que ya tienen un registro de más de mil eventos
organizados.
A lo largo del
período 1983-2008 le hemos seguido la huella a muchas
manifestaciones de una tragedia que tiene en la
conspiración un eje central que se monta sobre el contexto
del vacío y el fracaso del llamado ‘modelo democrático’ y
que se expresa de manera abierta y ‘salvadora’ desde el
04F-92. Desde entonces vivimos la política de la más
lamentable violencia que, luego de 10 años de desgaste y
destrucción, nos lleva a una enmienda golpista para
convertirnos en la Venecuba del más derrotado socialismo.
Desde la CPT
nos hemos enfrentado a los actuales agentes de la
invasión descubridora que ya alcanza los 516 años de
destrucción. Impulsamos una concepción de la historia que
junta teoría y práctica en busca de producir la ruptura
que tendrá que ser punto de partida de un tiempo en el
cual la idealidad pregonada por Pío Tamayo sea la raíz
para la construcción de una sociedad en la que aún tengan
espacios los líricos y la espiritualidad.