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Dialéctica
de la
abstención
por
Agustín
Blanco
Muñoz
viernes, 5
septiembre
2008
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Aquí hay unos
“demócratas” para quienes nada más es válido el
pensamiento que sustentan. Y en este sentido sostienen que
sólo quien cree y ejerce el voto cada vez que se le exige
puede sustentar esa condición. Un abstencionista, por
tanto, no es más que un despreciable enemigo de la
democracia.
Este
razonamiento obliga a trazar algunos señalamientos sobre
lo que ha sido la dialéctica de la abstención en ‘tiempos
de democracia’.
Y lo hacemos a
propósito de la andanada de críticas recibidas de algunos
amigos y lectores por el punto 14 de nuestro artículo
anterior, que algunos entendieron como un enfrentamiento a
los abstencionistas y un llamado a votar. En los puntos
que siguen discutimos el asunto:
1.- La
abstención electoral muchas veces puede leerse como
desinterés, apatía o indiferencia, pero también como
rechazo, repudio, enfrentamiento. En general es un reto
que se asume con miras a impulsar un cambio en la realidad
que representa el voto, y se utiliza como un arma política
de lucha.
2.- En nuestro
caso la abstención ha sido una expresión de repudio a las
políticas electorales acordadas para enfrentar un orden
vigente que utiliza pero no respeta el instrumento
electoral. Significa desacuerdo con la aplicación del voto
en circunstancias en las cuales queda claramente
establecido que los resultados no tendrán la orientación
democrático-electoral-constitucional.
3.-El
07/12/58 no hubo abstención. El voto era expresión de una
esperanza. Serviría para elegir y consolidar un
mando-poder surgido de la expresión de la voluntad
popular. Y establecido este gobierno democrático, el país
no ‘podría retrotraerse a etapas ya superadas’. El voto
habló y eligió. Nadie dijo fraude, trampa o engaño. Estaba
naciendo la ‘Venezuela democrática’.
4.- Una
Venezuela que se autodenominó unitaria pero que traía en
su seno el germen de la segregación y persecución. El
‘Pacto de Punto Fijo’ entendió que los demócratas no
podían aceptar ni tolerar la presencia del Partido
Comunista. Se les aisló y violentó y éste, inspirado en la
‘revolución cubana’, respondió con una lucha armada que
aquí adquiere la modalidad guerrillero-militarista.
5.- Luego de
la ‘Operación de El Encanto’ el 29-09-63, fueron apresados
los parlamentarios del PCV y el Movimiento de Izquierda
Revolucionaria (MIR) cuyas actividades habían sido
suspendidas el 10/05/62. Para el momento de estas
detenciones existían dos corrientes en el seno del
‘movimiento revolucionario’: la que se inclinaba por el
cese de la lucha armada y buscar un acuerdo de paz con el
gobierno y la predominante que llama a echar el resto para
lograr el derrocamiento del ‘gobierno pitiyanqui’.
6.- Se
acuerda entonces la línea de la ‘abstención militante’ que
contemplaba a la vez el boicot a las elecciones generales
de diciembre del 63. Hubo acciones violentas anti-elecciones
y en el camino quedó una veintena de muertos. Pero el
llamado a la abstención fracasó y mucha gente madrugó
para votar ese diciembre contra la violencia. La fracción
pacifista logró un mayor espacio y la abstención comenzó a
verse como una política de radicales.
7.- Y para el
siguiente proceso electoral, la casi totalidad de los
abstencionistas llamaron a cumplir con ‘el sagrado deber
del voto’. El gobierno de Leoni, que profundizó la
violencia y la llevó al terreno de los desaparecidos y a
la multiplicación de torturados y asesinados, acuerda con
“los insurrectos” el inicio de la pacificación que
continúa Caldera.
8.- El PCV y
el MIR, pasan a ser conocidos como ‘los blandos’, al estar
desprendidos del ala radical-violenta representada por las
Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) en el
primero y por el aparato guerrillero y urbano en el
segundo. En los comicios de diciembre del 68, el partido
Unión Para Avanzar, que representaba ‘las fuerzas blandas
y electorales de la izquierda’ obtienen una mínima
representación.
9.- La casi
totalidad de los radicales, por su parte, luego de
transitar por unas cuantas experiencias abstencionistas y
de voto nulo, deciden, progresivamente, su
incorporación al ‘pasquín electoral’, como lo calificaba
despectivamente el señor Fidel Castro.
10.- Pero en
el colectivo, y ante una ‘democracia representativa’ que
era la continuación de las mismas promesas electorales
incumplidas, se creó y desarrolló la convicción de que un
verdadero cambio social no está unido al aparato
electoral, que ya había alcanzado el rango de la
manipulación y el fraude que se sintetizó en el conocido
lema de ‘acta mata voto’.
11.- La
desesperanza y la frustración alejaron cada vez más al
elector de las consabidas urnas. El jefe golpista del
04F-92 al salir de Yare se dedica a promover la
abstención. En 1997, ya incorporados a su movimiento
muchos abstencionistas del pasado, decide el cambio de
rumbo. Y se resiembra en el colectivo la creencia en lo
electoral. De ello da fe diciembre 1998.
12.- Pero ya
para el 04D-05 muestra un colectivo completamente
apartado de un aparato que sólo le ha dado decepciones. Y
es la manipulación de los beneficiarios del voto lo que lo
lleva de nuevo a votar el 03D-06 y el 02D-07, con
resultados que en nada corresponden a la intención del
voto ejercido.
13.- Esta
dialéctica electoral le demuestra al colectivo que ese no
es el camino de sus reivindicaciones. Por ello, hoy más
del 50% del electorado no está con el bando oficialista ni
con las oposiciones. Y es la fuerza que, organizada, está
llamada a incidir en el destino de este ex -país.
14.- En este sentido, votar o no es una
responsabilidad que cada quien debe asumir. La verdadera
lucha carece de fecha electoral. Es una tarea gigantesca
en la que las elecciones, hasta ahora, sólo han servido
para convalidar un régimen autoritario-militarista que
tiene pilares fundamentales en la negociación y los
acuerdos con sus supuestos contrarios internos y externos.
Esta es la gran tragedia por enfrentar.
abm333@gmail.com
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