La
reflexión sobre la Historia Actual resulta ahora
indispensable. Nunca fue tan evidente su necesidad para
comprender lo que ocurre en el convulsionado mundo en que
vivimos. Bien temprano aprendimos con Marc Bloch que la
historia es actual o no es. Porque mientras persista en el
puesto que le asignaron los anticuarios, en el más remoto
pasado, ni siquiera puede aludir a la condición de
ciencia. Nuestro aporte al III Congreso Sudamericano de
Historia que se celebró en la ULA-Mérida entre el 19 y el
21 de julio fue la ponencia titulada: Proceso de formación
y desarrollo de la Historia Actual en Venezuela.
La ocasión fue propicia para dejar testimonio de una labor
que ahora cumple cuarenta años de inicio formal. En el año
1967-1968, actuando en calidad de profesor-instructor en
la Escuela de Historia de la UCV, presentamos a oferta un
‘Seminario Optativo’ sobre Historia Actual. Podemos
señalar este curso como la primera expresión formal de
este tipo de estudio.
De esto no se había hablado antes y por ello para muchos
la propia expresión de historia actual era motivo de
hilaridad. Hoy, cualquiera que piense en historia, no
puede eludir la disciplina que específicamente se ocupa
del estudio de lo que ocurre ante nuestros ojos.
EL PRIMER CURSO DE HISTORIA ACTUAL
Ese primer curso de Historia Actual fue el resultado de
reflexiones que hicimos en el transcurso de la carrera
para recibir el título de Licenciado en Historia. La
enseñanza que se dictaba, y que en buena medida aún se
dicta en ese centro, no iba más allá de la repetición de
los viejos textos de historia enmarcados en la concepción
positivista y romántica. Eran muchas las interrogantes que
nos formulábamos que no encontraban respuesta
satisfactoria. De allí nuestra inconformidad que en muchos
momentos bordeaba la frustración.
UN CÍRCULO PARA EL DEBATE DE IDEAS
Y fue por la búsqueda de otras vías de aproximación a la
historia, de la visión de nuevas fuentes y la revisión de
otros puntos de vista, que creamos el Círculo de
Estudiantes de Historia, en el marco de un movimiento
estudiantil inmerso en la actividad política pero alejado
de la propia comprensión de la lucha armada que se
desarrollaba en ese momento y de la cual, en el menor de
los casos, era observador.
A punta de esténciles y resmas de papel adquiridas con el
aporte de muchos, logramos editar algunos Cuadernos que,
entre otros, reprodujeron el Discurso de Incorporación a
la ANH de Enrique Bernardo Núñez, toda una crítica al
baratillo de historia y lo que él denominaba historia
enteca y amañada, dos trabajos de Salvador de la Plaza (La
formación de las clases sociales en Venezuela y En torno a
las Clases Sociales en Venezuela), otro del maestro J. D.
García Bacca sobre Filosofía, Marxismo e Historia y
algunas correspondencias de guerrilleros, como las de
Argimiro Gabaldón de diciembre de 1963 denunciando el
abandono a que la dirección del partido condenó al
movimiento guerrillero.
EL PRIMER ARCHIVO DE HISTORIA ACTUAL SURGE EN LA
RESIDENCIA ‘STALINGRADO’ DE LA UCV
A la Residencia Estudiantil ‘Elías David La Rosa’,
compañero asesinado en El Cementerio el 24 de enero de
1962, le fue cambiado el nombre en el mundo publicitario
por Stalingrado, desde el momento en el cual Rómulo
Betancourt señaló que era una guarida de extremistas y
subversivos al servicio del comunismo internacional que
tenía su estafeta en La Habana bajo la conducción del
mercenario Fidel Castro.
En realidad, se trataba de una sede en la cual las fuerzas
políticas que actuaban en la lucha armada contaban con un
importante espacio. La casi totalidad de los residentes
tenían algún nivel de participación en la contienda que se
libraba.
Nos tocó entonces como militante de la Juventud Comunista
tener responsabilidad política en la dirección de este
centro de lucha. Desde la habitación Nº 11 de la planta
baja, ubicada al lado de la puerta de entrada, manteníamos
el inevitable control de quienes ingresaban sobre todo
después de las 9 pm.
En este espacio se produce nuestra primera aproximación a
la Historia Actual. Desde septiembre de 1962 estudiábamos
en la Escuela de Historia y por estar permanentemente en
contacto con documentos y versiones orales del acontecer
se nos ocurrió que tenía sentido comenzar a acopiar
documentos y a dejar registro grabado de informaciones
para que no se perdieran en el olvido.
De este modo, junto con el archivo de fuentes documentales
‘quema manos’ que conservábamos en nuestra habitación
teníamos un incipiente registro de palabras en el cual
nadie se identificaba. Todo material que provenía de las
discusiones, debates de las fuerzas de izquierda, en plan
de insurgencia, todas las proclamas, periódicos
clandestinos, volantes, los recogíamos en el entendido de
que eran materiales esenciales para la elaboración y
proyección de la historia que en algún momento alguien
tendría que escribir.
EL PRIMER ALLANAMIENTO A LA UCV
En el amanecer del 13 para 14 de diciembre de 1966 se
produce el allanamiento a Stalingrado. Le meten 4000
hombres sobre las armas a la UCV, pero estaba claro que el
‘epicentro’ eran las residencias y en particular la que se
consideraba como la casa nacional de la lucha armada.
Todos los residentes, incluyendo las mujeres, fueron
detenidos y llevados a la sede de la Digepol en Los
Chaguaramos donde se les reseñó. A otros se les ‘aplicaría
todo el peso de la ley’.
Al residente de PB-11 se le hacia una gruesa acusación. Se
le consideraba comandante por la cantidad de documentos,
casettes y rollos de fotografía que se le incautaron.
Entre otros documentos teníamos archivo de correo entre
guerrilleros y familiares, entre guerrilleros de frentes,
documentos bajados de la montaña o producidos en las
Unidades Tácticas de Combate. Un archivo supuestamente
protegido por la autonomía universitaria era el motivo
fundamental para un interrogatorio a fondo, rodeado en los
primeros momentos de una apreciable violencia.
Ya estábamos en presencia de un capítulo llamado a
enseñarnos lo que son los peligros de la historia de lo
que ahora ocurre y nos toca, independientemente de
nuestros deseos e inclinaciones. Una vez fuera de los
calabozos y en condición de profesor de la Escuela de
Historia comenzamos el trabajo formal de investigación
sobre la temática que era objeto de nuestro interés: la
lucha armada. Y tuvimos que recomenzar en lo que se
refiere a documentación. No se nos pudo quitar la rica
experiencia de haber aprendido los primeros avances de una
disciplina en medio y con los propios actores del
acontecer objeto de estudio. Había comenzado la aventura
de Historia Actual. Un verdadero objetivo de vida.
EL 0TRO ALLANAMIENTO A LA UCV
Tres años más tarde en el ocaso de noviembre del 69 otra
vez los 4000 hombres sobre las armas caen sobre la UCV.
Esta vez no vienen por residentes armados ni a acabar con
los supuestos túneles en los cuales los subversivos tenían
inmensos depósitos y fábricas de armas. El allanamiento
ordenado por el socialcristiano Caldera en medio de su
Venezuela pacificada, venía a acabar con un peligro a
nivel político e ideológico: la renovación académica
universitaria. Era necesario quebrar un proceso que
apuntaba en forma creadora hacia la constitución de
movimientos con disposición para organizarse y avanzar en
planes de acción que pudieran tener una verdadera
trascendencia.
En este sentido, cuando dirigíamos ese primer curso de
Historia Actual, ya podíamos hacer la relación de dos
allanamientos y dos allanadores que coincidían en la
necesidad de aplastar la universidad por considerarla
peligrosa por su capacidad crítica, ascendencia moral en
la población y, en consecuencia, por la amenaza de que
pudieran convocar a un acto de desconocimiento o
desobediencia del gobierno legalmente constituido.
EL RECTOR MAGNÍFICO
Con este operativo la renovación se vino a pique. El
gobierno acabó con el rectorado y el consejo
universitario. Destituyó las autoridades y nombró unas
interinas. El rector Bianco es, desde entonces, el símbolo
del rector magnífico. Con gallardía, valor y honestidad,
inteligencia y sensibilidad defendió con su ejemplo la
institución y cuando fue defenestrado por el Consejo
Nacional de Universidades, instrumento de la política
gubernamental, permaneció con la frente en alto haciéndole
saber al mundo que formaba parte de los indoblegables que
no tienen precio.
Como consecuencia de este allanamiento, las autoridades
impuestas llegaron para cumplir con su misión depuradora.
En cada ocasión se ponían trabas para el desempeño
académico. La Escuela de Historia tenía su sede en la
esquina de Cruz Verde, lugar al cual había que ir a firmar
la asistencia. Nos negamos a cumplir con esta decisión de
los invasores. Y eso bastó para la suspensión y expulsión.
Esta medida viene a favorecer los planes adelantados por
el director de la Escuela para impedir la convocatoria a
la prueba de oposición para lograr nuestro ingreso
definitivo como profesor.
EN 40 AÑOS NO HE PODIDO PISAR DE NUEVO LA ESCUELA DE
HISTORIA DE LA UCV
Y fue tal la profundidad de la condena que no se me
reintegró una vez finalizada la intervención. El veto lo
mantenía la corriente que dominaba la institución. La
persecución llega a tal punto que en 40 años no se ha
permitido que volvamos a pisar esa Escuela.
Durante esas cuatro décadas, nuestra labor de docencia,
investigación y extensión, realizada desde el Instituto de
Investigaciones de la FACES/UCV, ha tenido como centro y
base fundamental el estudio de la historia actual, y con
ello la revisión y replanteamiento de las viejas
concepciones históricas vigentes para el estudio de la
realidad venezolana y latinoamericana en general. Esa
exposición constituye el centro de nuestra ponencia.
UNA CONCEPCIÓN PARA ROMPER CON EL PASADO
Y desde esta posición continuamos nuestra labor en el
campo de la Historia Actual. Después de la intervención de
la UCV la institución queda como herida de gravedad. El
rector Rafael José Neri hace una labor inmensa en pro de
la pacificación en medio de un país que seguía
enguerrillado. El gobierno de Caldera prosiguió la
política de la persecución y de la propia política de los
desaparecidos. Esta situación nos impulsa y compromete a
continuar la investigación sobre la lucha armada. Es
necesario establecer el camino que lleva el país.
La segunda mitad de la década de los 70 y de los 80 aún
registran violencia. Guerrillas, masacres como El Amparo,
Yumare Cantaura y la que se produce en el desenlace del
secuestro de William Frank Niehaus. El año 89 es la
manifestación del agotamiento de un ‘modelo’. La crisis se
adueña del cuadro histórico venezolano. La década de los
90 exhibe el golpismo en su propio nacimiento y aún está
aquí establecido. Desde entonces esta sociedad se va a
pique sin que se pueda establecer la causa de la
situación.
Y este difícil y complejo presente nos obliga a una
reflexión que permita establecer lo actual como una
resultante-síntesis de un proceso marcado por la
imposición. De modo que lo planteado ahora responde al
mismo curso de una historia que se puso a andar en 1492
cuando se inicia la invasión de estas tierras, sus hombres
y sus frutos.
LOS INVASORES DE AYER AÚN GOZAN DE UNA FELIZ CONTINUIDAD
Entendimos concretamente que los invasores de ayer aún
gozan de una feliz continuidad. Por eso nos detuvimos a
considerar el mal llamado ‘descubrimiento de América’ y
trabajamos por establecer un deslinde que permitiera
definir que los saqueados, pisoteados e invadidos no
pueden aceptar suave y dulcemente el mote de descubiertos.
Dijimos entonces –y decimos hoy- somos una condición y una
conciencia diferentes. No aceptamos que se nos califique
como ‘creados e inventados por el europeo culto y
civilizado’. Nadie descubre a nadie. No hay sociedades
descubridoras y descubiertas. Superiores e inferiores.
Y nos conseguimos con algo muy importante: la vigencia de
este discurso en la actualidad, cuando persiste el esquema
de la dominación en regímenes que hacen de la
manipulación-engaño un punto de partida esencial para
mantener el control ideológico sobre la sociedad.
En esta dirección, tal y como lo hemos venido debatiendo
durante muchos años, el sentido y contenido de la Historia
Actual, parte de una concepción que rompe con los moldes
anteriores y establece una perspectiva que debe tener su
centro en la acción y participación colectiva, en la
conformación de nuevas fuentes, nuevos instrumentos y
técnicas de investigación, y, sobre todo, en el compromiso
con el futuro.
UNA HISTORIA SUBVERSIVA Y TRANSFORMADORA
Este es el fundamento y compromiso de la Historia Actual:
abrir caminos hacia el futuro. Ve, determina, analiza,
propone nuevas categorías para captar la realidad presente
como resultado-síntesis de la historia para revertir todos
los procesos que han sido contrarios al desarrollo de una
humanidad integral e integrada, y proponer una historia
por venir que sea verdadero asiento de una humanidad que
aún no encuentra su esencia y auténtica razón de ser.
La Historia Actual, por consiguiente, tiene carácter
subversivo y proyección transformadora. Y debe cumplir
aquel premisa blochiana: siempre nos parecerá que una
ciencia tiene algo de incompleto si no nos ayuda, tarde o
temprano, a vivir mejor. Y seguimos hasta el presente en
la misma pelea.
LA HISTORIA ACTUAL DA CUENTA DEL CONTENIDO REAL DEL
RÉGIMEN
Hoy nos encontramos ante un régimen autoritario de corte
militarista y totalitario que no podría entenderse sin
insertarlo en el acontecer que lo hace surgir y existir.
Se pretende alimentar una confrontación entre unos
supuestos invasores que comulgan con el imperialismo y la
explotación y quienes se inscriben en el proyecto
‘revolucionario’.
Y así, todo aquel que no comulgue con el régimen debe ser
aplastado. Una historia-caudillo-mesías que se sustenta
sobre la domesticación-compra-represión de las mayorías.
Y sólo la historia de orientación colectiva que asuma la
posición-conciencia de los no descubiertos podrá cambiarle
el signo a estos tiempos tan llenos de dolor y destrozo en
el orden material y espiritual. Hoy, la Historia Actual
crece por muchas partes.
Y no es insignificante la responsabilidad que le
corresponde. Es la guía para entender que seguimos siendo
descubiertos por encima del baño de independencia,
república, democracia, dictadura o ‘revolución’. Aún
persiste la historia domesticadora y represora que otros
decidieron por el hombre de este continente invadido y
vuelto a invadir.
La otra historia, la de un colectivo consciente y
organizado, está por hacer. De allí que el reto de la
historia actual quede planteado como un imperativo para
quienes aspiren ser diseñadores de futuros, que no
celebradores de pasados, miserias y destrucción.
abm333@gmail.com