El
13 de agosto del 06 Carlos Ortega se les fue de Ramo
Verde. Dejó atrás la condena por una supuesta rebelión que
sólo existe en la mentalidad y actuación de un aparato de
justicia tarifado y a las órdenes del ‘jefe único’,
hegemón y caudillo superior del llamado ‘proceso
bolivariano, revolucionario dirigido hacia la construcción
del socialismo del siglo XXI’. Todo visto en el marco de
la gran novedad de que cada siglo pueda tener su
socialismo y que en cada caso se apliquen los
procedimientos de mayor imposición-represión para su
implantación.
Luego de la detención del dirigente sindical, a quien se
le perseguía por haber formado parte de la dirección de
los paros de abril y diciembre del 02, o ‘paro golpista’
en el léxico del oficialismo, comenzamos nuestro trabajo
con Carlos Ortega en la Cárcel de Ramo Verde. Este
producto lo presentamos en el libro que hoy toma la calle
y que aspira no correr la suerte del entrevistado: la
persecución.
No descartamos que en próxima edición podamos incorporar
el capítulo de la fuga y de los planes de lucha de Ortega
para estos duros tiempos. Consideramos de interés ofrecer
ahora fragmentos de la introducción que hiciéramos a Habla
el que se fue, Mensaje de Carlos Ortega. (Caracas, CPT-UCV,
2006, 504 p.)
CARLOS ORTEGA: UN POLÍTICO ADECO QUE NO ACTÚA COMO TAL
(Carlos Ortega) Un personaje que, a pesar de provenir del
pasado cuarta-republicano, logra convalidar sus
credenciales y una especie de actualización que le permite
inscribirse en el cuadro de la política actual y hasta
cumplir con tareas específicas en el terreno de la
conducción. En medio de un escenario en el cual se siente
el rechazo a los partidos y sus políticos, el presidente
de la CTV es aceptado y escuchado.
En este fenómeno cobra, sin duda, importancia, lo que es
su leit motiv fundamental: antes que político o militante
de un partido soy un dirigente sindical. Mis metas son el
mejoramiento de la clase obrera y en esas tareas no
transijo ni me someto a líneas partidistas ni grupales ni
de cualquier otra índole.
UN PRESO DEL PRESIDENTE
Sobre él recayó la persecución. De allí la solicitud de
asilo, para posteriormente regresar para hacer vida
clandestina. En esa situación está cuando se produce el
RRP. Y luego de la convalidación del GP prosigue una
actividad política que parece estar unida a algunos planes
extraordinarios que se adelantaban en la búsqueda del
objetivo superior: lograr la salida del GP.
El 03 de marzo del 05 es capturado en una sala de bingo
capitalina. De inmediato se le acusa de ‘rebelión civil’.
Permanentemente declara que es un preso del presidente. Se
le recluye en la prisión militar de Ramo Verde. Un juicio
que contraviene todas las leyes, concluye con una condena
de más de 15 años.
UNA FUGA IMPENSADA
El 13 de agosto del 06 se fuga y nada se sabe de su
paradero. Las conjeturas abundan. En principio se pensaba
que en el corto plazo se sabría de él desde el exterior.
Pero como eso no ha ocurrido hay quienes piensan que se
encuentra haciendo vida clandestina en el país. Es más, se
llega a pensar que puede estar conectado con planes de los
cuales se tendrá noticia en el corto o mediano plazo. En
este caso habría que decir que CO alcanzó la calle para
seguir su labor política adelantada, no desde la
perspectiva político partidista, sino en su caso desde la
visión de un luchador social-sindical.
UN ACTOR CON RESPONSABILIDADES QUE NO SE AUTOATRIBUYÓ
El testimonio de Carlos Ortega tiene, en ese sentido, y
como los que hemos levantado antes, un importante papel
para la reconstrucción del tiempo que tocamos con nuestros
actos. En esta oportunidad, se trata de un actor sobre
quien recaen responsabilidades que en ningún momento se
auto-atribuyó. Son las propias condiciones históricas las
que deciden que un hombre, que no es político, asuma este
papel en tiempos de un vacío-agotamiento que no está roto
hoy sino que se prolonga en el tiempo, y quién sabe hasta
cuando.
Y tiene la virtud de ser un testimonio profundamente
autocrítico. Y así lo dice: “En realidad, el país ha
sufrido un retroceso de muchos años, y el culpable no es
Chávez. ¡Los culpables somos nosotros! Porque a él no lo
instaló Dios en Miraflores, de ninguna manera. Ese
monstruo lo construimos nosotros los venezolanos.” Una
autocrítica que se no se limita al tiempo del chavismo,
sino que se inserta en el propio desarrollo de un
movimiento sindical que no fue capaz de romper con la
política, la corrupción y la burocracia.
¿TUVO DOMINIO CARLOS ORTEGA SOBRE ESE ACONTECER?
Sólo que en este tiempo de ‘revolución’, descomposición y
fraccionalismos, a Ortega se le sumó a su tarea de
dirigente sindical, presidente de la CTV y luchador por la
defensa de los trabajadores, el compromiso de desarrollar
una labor política, que ni buscaba ni aspiraba ejercer.
¿Cuál fue entonces el papel que jugó?
¿Tuvo conciencia Carlos Ortega de la responsabilidad que
le correspondió asumir? ¿Actuó como político o como un
dirigente sindical sin clara visión política? ¿Cómo se
siente Carlos Ortega ante el giro que tomaron unos
acontecimientos en los cuales fue figura principal? ¿Tuvo
algún dominio sobre lo que acontecía o fue sobrepasado por
la emoción y las componendas del momento?
CARLOS ORTEGA, EL SOLITARIO
Perseguido primero, en el exilio, en la clandestinidad o
recapturado, Carlos Ortega se levanta como un solitario,
empeñado aún en su militancia con los desposeídos. En su
estadía en Ramo Verde, la propia CTV que él contribuyó a
sanear, era la gran ausente. También quienes en el 2002
pretendieron utilizarlo para el logro de sus propios
fines. Y sin embargo, Carlos Ortega prosiguió, en cada
entrevista, a dejar asentada su esperanza y fe en el
colectivo venezolano.
Consideramos que esta entrevista es una verdadera
radiografía de este ex-país. Vista y descrita por un
hombre que no pretende acomodar la historia para salir
ileso de ella. Que reconoce y admite sus limitaciones, sus
errores, su falta de visión política para adentrarse en un
mundo terriblemente descompuesto, en el cual los propios
trabajadores que él defendía, debieron sucumbir a los
manejos, complicidades y amenazas de quienes siempre, de
uno u otro lado, los han utilizado para alcanzar sus
propios fines.
UN MENSAJE-ACUSACIÓN
Pero, por esas mismas razones, por no tener compromisos
con nadie, su mensaje se convierte en una verdadera
acusación, no sólo de quienes desde el chavismo adelantan
la destrucción de este ex-país, sino de quienes
estimularon, avalaron y ayudaron a que eso fuese así. Es
duro y tajante a la hora de acusar a los grandes
financistas del chavismo que una vez que no se vieron
favorecidos se tornaron contra él, para después regresar a
salvar lo que se pudiera de sus ganancias.
Pero también es un expediente-mensaje a los sindicalistas
vendidos, a quienes califica de “rebaño de arrodillados”,
“seudo-dirigentes que no representan a nadie y que a la
hora de apoyar a los trabajadores prefieren venderse al
mejor postor”, Y lo es a los políticos que jugaban y
juegan a la doble cara, a quienes no sostuvieron ni
sostienen compromiso alguno sino con sus propios intereses
y conveniencias.
Carlos Ortega desmonta una Coordinadora Democrática que se
movió en los terrenos del engaño, la improvisación y el
personalismo. Llega señalar el peso que tuvieron dentro de
ella los ‘infiltrados’ de siempre. Los que informaban al
gobierno, hasta en sus últimos detalles, lo que se
discutía y aprobaba en esas reuniones. Es también un
severo crítico del sindicalismo corrupto que venía desde
mucho atrás. Afirma tajantemente que su propósito en la
CTV era acabar con ese mal, concientizar a los
trabajadores, a los dirigentes sindicales y a los propios
políticos, y que no pudo lograrlo.
EL MENSAJE DEL QUE SE FUE Y LOS TIEMPOS QUE VIENEN
Por ello, en el caso venezolano mantenemos que testimonios
como el de Carlos Ortega se constituyen en verdaderos
expedientes a estos tiempos de confusión, improvisación y
disputa del poder. Ponen de relieve la falta de relevo
dirigencial, el escaso y pobre contenido político de los
involucrados en esta tragedia y de la propia ingenuidad de
un colectivo que ha sido conducido y reconducido, sin
orientación alguna, ni guía ni norte, hacia una y otra
historia, sin que hasta la fecha haya podido constituirse
en actor de su propio destino.
EL LIBRO TOMA LA CALLE
Este libro: Habla el que se fue. Mensaje de Carlos Ortega,
de nuestra autoría, será presentado el jueves 01 de
febrero del 2007, a las 10:30 am, en el Auditorio del
Colegio de Ingenieros, con el siguiente programa:
Presentación a cargo del Dr. José Luis Tamayo, Palabras
del Autor y Mensajes al amigo. En el acto el libro se
ofrecerá con el 40% de descuento. Información: 6052536 /
6052563 / 0416-6387320 / 0414 1744856 /
abm333@gmail.com