Deje
la incertidumbre a un lado. Tranquilícese y decida de una
vez el asunto de su voto por la llamada reforma
constitucional. No se quede con remordimiento de
conciencia. Si quiere votar, porque cree que esa es una
forma de luchar contra este régimen de destrucción, y si
considera que así va a cobrar, no deje de votar. Esa es su
responsabilidad y debe asumirla.
Eso sí, recuerde aquellas voces encabezadas por Súmate que
decían que sólo se podía votar si se cumplían las tan
publicitadas condiciones, que eran la única garantía de
que no se cometería fraude. Tenga en cuenta que todo eso
quedó a un lado desde el 03D-06.
El candidato de la ‘Unidad Nacional’ acabó con esos
remilgos y dijo haber perdido en limpios y transparentes
comicios. De modo que quienes hablaban de fraude y exigían
el cumplimiento de condiciones, quedaron ahora sin
discurso y no pueden hacer otra cosa que llamar a votar
para sacar ya al ocupante de Miraflores.
De tal manera que si usted votó por Rosales como ‘Plan
Alterno’, en esta ocasión le corresponde votar por el No.
Y debe hacerlo porque, como dice Teodoro Petkoff, en este
momento no hay un plan alterno. Todo está claro:
cualquiera de los caminos conduce al voto. Y esto lo dice
el mismo actor, con la misma tranquilidad con la que ayer
afirmó que se ganaría y cobraría. Y después se reconoció
que aquello había sido una ‘mentirita blanca’.
De modo que, con esa lógica, es obligado concluir que con
o sin plan alterno, hay que votar para que se produzca el
bonito acto democrático, mediante el cual se imponga la
otra parte y se llegue a comienzos de diciembre al
socialismo del siglo XXI por la vía pacífico-electoral.
Esta es la tragedia de nuestros políticos: el apego a los
viejos esquemas y a la “negociación democrática”. A un
candidato se le antepone uno o más candidatos, como
ocurrió en diciembre. Y a este proyecto de reforma no es
posible enfrentarlo porque no hay fuerza-condiciones para
hacerlo.
Por ello, lo único que prospera es ir a votar. La
innovación política es destacada: cuando no puedes con el
enemigo te unes a él y le das el voto a su causa. ¿Quién
dijo servilismo y complicidad?
Y quienes llaman a hacerlo ni siquiera se les ocurre decir
que van a derrotar la proposición de los 33 cambios en la
‘constitución bolivariana’ a la que ahora defienden ‘las
oposiciones’ con fuerza y decisión.
El ex-candidato Rosales lo gritó y sintetizó en el mitin
de la defensa de la zulianidad 21/09/07: vamos a la calle
a defender nuestra constitución bolivariana. Sólo le faltó
decir que era la mejor ‘bicha’ del mundo. Por ello, el
debate planteado no tiene nada que ver con el fondo del
asunto. Todo se limita a discutir si la votación debe ser
en un bloque, en varios o artículo por artículo.
Con esto ‘las oposiciones’ sólo tratan de impedir que se
apruebe todo el paquete y queden fuera cuestiones como la
reelección indefinida porque se corre el peligro, ante el
vacío que padecemos, que el GP se quede montado en el
coroto de por vida, como un Juan Vicente Gómez cualquiera.
En la pasada campaña electoral el GP dijo en muchas
oportunidades que quien votara por él votaba por el
socialismo. Y ahora dirá que se ratificó que la mayoría de
los venezolanos, en pulcros comicios, se decidió por un
socialismo que nace con el sello-garantía de la
democracia: el voto.
Si usted quiere contribuir con la materialización de este
discurso “participe en el límpido proceso electoral que se
avecina”. Pero entienda y acepte que hay otras posiciones
que no ven las cosas de esa manera. Entre éstas está la de
quienes se apartan del jueguito del si o el no y planean
la necesidad de construir una política diferente que
signifique la construcción del tan nombrado plan alterno.
Esto es lo único que puede tener algún sentido en este
terreno electoral. Lo otro es seguir indefinidamente en el
debate-desgaste que nos imponen, por una parte ‘los
oficialistas’ y por otra las ‘oposiciones’ para
controlarnos y dominarnos.
De esta profunda crisis política sólo se podrá salir con
políticas innovadoras que no pongan el acento en las
viejas prácticas del próximo ‘caudillo necesario’ del
positivismo, sino en la intención y el hacer creador y
trascendente. Se requiere entonces de actores que sean
capaces de enfrentar con base y a tiempo los planes autori-totalitarios
y militaristas que avanzan a paso de destructores.
Cuando se puso a andar lo que de inmediato calificamos
como la trampa de los consejos comunales (Ultimas
Noticias, 20/01/07) no hubo protestas. ‘Los oficialismos’
montaron el poder popular y hasta le cambiaron el nombre a
los ministerios.
Se invirtieron inmensas sumas en las nuevas e ilegales
estructuras “para el poder popular” y ninguna de ‘las
oposiciones’ protestó. Lo hacen ahora cuando, simplemente
se le va a dar rango constitucional a lo ya establecido.
¿Quién puede negar entonces que de una manera u otra todos
tenemos metida la mano en el impulso e implantación de ese
‘socialismo’ llamado a terminar de destrozar este ex-país?
¿Se habrá dado cuenta el colectivo que mientras no se
organice y permita que éste sea territorio de ‘los
oficialismos y ‘las oposiciones’, seguiremos rumbo a la
peor sobre-descomposición?
¿Aceptaremos impasibles el destino de una sociedad de
sobrevivientes?
abm333@gmail.com