Ya
soltamos el maletín de los 800 mil dólares y asumimos el
paquete de la llamada reforma constitucional. Miraflores
nos señala lo que debemos discutir. En ‘las oposiciones’
ya hay tres opiniones sobre el asunto.
Unos piensan (o se escudan en la creencia) de que con un
buen número de marchas y entrevistas de televisión y otros
medios de comunicación y trabajando por el ‘No’ en los
barrios puede derrotarse el plan reformista en las urnas
electorales.
Otros han llegado (¡Al fin!) a la conclusión de que votar
o no votar con este CNE conduce al mismo resultado. La
tercera posición llama a la resistencia contra la reforma.
Pero en general parece no entenderse que el fraude
constitucional ya se consumó. El proyecto de reforma fue
aplastado por el colectivo el 04D-05.
Pero, gracias a la política colaboracionista y cómplice de
los politiqueros de ‘las oposiciones’, fue totalmente
aprobado el 03D-06 y de inmediato comenzó a aplicarse.
Hace un buen tiempo venimos haciendo el señalamiento de
que este régimen tiene como meta destruir en sus cimientes
las instituciones con intención democrática establecidas
en este expaís desde 1958.
Primero fue invocar el poder constituyente originario,
para producir la constituyente-kino del 99, con la que se
inicia un hilo de fraudes que se extiende hasta el 03D-06
cuando se ‘legitimó’ un mandatario ilegítimo, cuestionado
en todas sus ejecutorias electorales, por obra y gracia de
su contendor que reconoció su derrota y la pureza del
evento electoral.
Y si el 15Ag-04 el ‘jefe único’ dijo que Venezuela había
cambiado para siempre, y el 04D-05 le sirvió para anunciar
el comienzo de la radicalización del proceso, el 03D-06 lo
autoriza para decretar el inicio de la ‘nueva era’ y el
nacimiento del socialismo del siglo XXI.
Su socialismo es entonces el espacio-república en el cual
se va a ejercer la monarquía bolivariana, constitucional,
revolucionaria.
La llamada reforma constitucional tiene ese cometido:
impulsar la grandeza de Venezuela a través del socialismo
del fracaso y la sobre-corrupción que comenzó a
instrumentarse desde el momento en el cual se aprueba la
ley de los consejos comunales como expresión concreta
junto con misiones, círculos, planes, brigadas, guardias
territoriales, reservas, milicias, componentes
extranjeros: cubanos, iraníes, chinos, etc.
En base a la ley de los llamados consejos comunales el GP
decretó el cambio de denominación de los ministerios que
pasaron a depender del Poder Popular, el máximo poder de
la patria socialista. Ahora ese poder reside en el pueblo.
El es materialmente el soberano, representante y el más
alto protagonista de la patria. Y es tan original que
siente que, por encima de él sólo está Dios. En sus manos
terrenales está el centro y esencia de todos los poderes.
El ejecutivo, legislativo, judicial, moral, económico
(capitalismo de Estado), militar, comunicacional y popular
dependen del héroe-jefe único y salvador de la patria.
Siempre vencedor y jamás vencido. Destructor de todo
vestigio de democracia y creador del socialismo del siglo
XXI que se proyectará por muchos más siglos.
Por ello, hay que tener claro que cuando se habla de
reforma constitucional sólo se trata de ratificar lo que
ya está aprobado y en plena y directa aplicación: el poder
popular en manos del GP.
Lo que sigue son los detalles, como la elección indefinida
y una pléyade burocrática al servicio del emperador.
Y como gran impacto demagógico se establece, como caso
único en el mundo, la jornada laboral de seis horas para
los menesteres capitalistas y dos adicionales que serán
utilizadas para la estupidez supuestamente socialista
dirigida a crear las respectivas mentalidades serviles y
controlables por el nuevo redentor de la revolución
bolivariana.
¿Y cómo enfrentar este agresivo cuadro de directa y
concreta imposición del socialismo de la destrucción siglo
XXI?
No tiene ningún sentido luchar contra la aprobación de lo
que ya está aprobado Lo importante es crear las políticas
e instrumentos para enfrentar al tal socialismo del siglo
XXI que depende directamente del administrador de la renta
petrolera y responsable de las finanzas públicas.
Pero no hay que descartar que las mismas “fuerzas
democráticas” que le sirvieron de punto de legitimación al
GP el 03D-06 insistan en demostrar que aquí la única
salida es la electoral-CNE avalados ampliamente por ellos
y que, en consecuencia, no tendría nada de extraño que de
nuevo haya una gran negociación entre demócratas y
socialistas.
Se supone que ésta tiene que ser la posición de los tres
grandes artífices del 03D. Los mismos ‘tres mosqueteros’ (Petkoff,
Borges y Rosales) deberían cumplir esta alta misión.
Quienes no formamos parte de ‘las oposiciones’ no
perderemos energías en un tal debate sobre la reforma.
Lo fundamental hoy es trascender los componentes de la tal
polarización y crear la posición capaz de convertirse en
una perspectiva colectiva de futuro, para impedir la
destrucción definitiva de este expaís ya absorbido por la
República Bolivariana de Venecuba.
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