Una
parte de los estudiantes que en la actualidad están en
plan de protesta, tomó la iniciativa de invitar al GP a
dialogar y a bailar. Esto se hace en el marco del llamado
general a la reconciliación. Un objetivo sobre el cual es
necesario hacer algunas precisiones. ¿Es por esa vía como
se pretende enfrentar el mando-poder que hoy tiene
vigencia en este ex-país.
Todavía hay aquí quienes exigen respeto a los derechos
constitucionales. En particular se pide que no se atente
contra los derechos civiles y específicamente que no se
avance en el proceso de vulneración de la libertad de
expresión. Se admite de este modo, de manera implícita y
con un razonamiento que se afianza en los postulados
democráticos (que aquí no rigen) que el cuadro planteado
puede resolverse con la rectificación de las líneas de
acción trazadas por el presente régimen.
Y por esta vía se llega a creer en la posibilidad de
lograr la reconciliación nacional en un clima de paz y
convivencia. En este sentido, lo que nace como una abierta
protesta contra el cierre de RCTV, que en sus inicios se
le reprime porque se le ve como ‘la mecha suave’ que
esconde un plan golpista dimensional, luego, en cuanto se
aprecia su real dimensión y su carácter de reclamo
espontáneo que tiende a hacerse cada vez más fuerte, se le
aplica la técnica de la absorción que permita inocular y
convertir progresivamente en inofensivo el planteamiento.
Surge de este modo la proposición de los ya conocidos
debates que en la práctica crean la imagen de una posible
y hasta inmediata reconciliación. El planteamiento inicial
pierde fuerza y pegada cuando se le copa de espacios para
una ‘confrontación democrática de ideas y proyectos’, no
porque esto tenga algo de malo en si mismo sino porque
comienza a sustituir la protesta por el espectáculo. La
calle por el circo y la pantalla.
Se lleva a los jóvenes coordinadores de las protestas a
nivel de los políticos que en los últimos tiempos
entendieron que sin cámaras de televisión no se concibe la
actividad. Se persigue de este modo poner la protesta en
el ‘nivel que le corresponde’: muchachos contra muchachos.
Porque la ‘política adulta’ es otra cosa. Se organiza de
este modo las escenas planteadas como debates en los
espacios que cuentan con los preparativos y recursos
oficialistas.
De este modo se tiende a quitar de la agenda de la
discusión cuestiones esenciales como la relativa a la
libertad de expresión: protestas por la carencia de algo
que abunda y de lo cual disfrutas. Esta es la trampa que
se le monta a ‘los espontáneos’ en la Asamblea Nacional.
Y mientras la atención se concentra en los ‘debates
juveniles’ la protesta deja de fijar la atención en la
calle para ponerla en la organización del próximo debate
que le permitirá de paso a los medios vender un buen
producto por cuanto en el fondo reproduce la
confrontación.
El plan de mediatización está tan claramente establecido
que su dirección a esta hora corresponde directamente al
GP. Por esto en cada una de sus comparecencias alude al
fenómeno, haciendo hincapié en la solvencia, formación y
calidad oratoria de sus muchachos.
Pero llega a reconocer que del lado de los agentes de la
‘mecha suave’ hay algunos que pasan el examen hasta en el
baile que se produjo en el principal canal del oficialismo
en el marco de un debate. Pero lo que le interesa es
festejar el camino del espectáculo que decidieron
imprimirle al movimiento en ciernes. Y esto es a la vez
muestra de democracia y libertad de expresión.
Y si las cosas se plantean de esta manera, ¿cómo puede
entender el colectivo que este sea un régimen
autoritario-totalitario? Son muchas las actuaciones de
‘las oposiciones’ que en el pasado reciente han
contribuido a desdibujar esta realidad. Pongamos apenas el
ejemplo del reconocimiento a ‘los limpios y transparentes
resultados de las elecciones del 03-12-06’.
Pero hoy el movimiento que tiene tanto de espontáneo y que
le cambia internacionalmente la imagen que se había
vendido del régimen, comienza a recoger sus palabras
cuando entra a formar parte de una gran comparsa en la
cual es tal el nivel de acercamiento, camaradería y
comunicación que los actores del propio debate político
terminan echando un paso.
Por esto puede verse como una exageración hablar de
autoritarismo-totalitarismo. Para muchos políticos,
analistas y observadores aún estamos lejos de esta
posibilidad porque se puede hablar, manifestar y hasta
aparecer en algunos medios de comunicación, sin que eso
signifique exponerse a penas corporales como las que se
aplican en tiempos de Hitler o Mussolini.
Caemos de este modo en el viejo trasplante de esquemas. Y
cuesta entender en este sentido que el régimen vigente
viene a corregir incluso errores cometidos en Cuba. En
este sentido, la concentración de poderes en manos del
‘salvador’ ha sido progresiva, igual la persecución, el
establecimiento del miedo-temor-angustia, el ablandamiento
de voluntades que conduce a la compra-venta presidida por
una jugosa tarifa.
Es la búsqueda del control total de una sociedad a la cual
se le impone la figura de un hombre hecho dios, a quien
debe acostumbrarse y rendirle todo tipo de culto porque es
el llamado a gobernar esta sociedad mientras lo desee. Es
acomodarlo todo para sustituir el más mínimo vestigio de
democracia por el socialismo totalitario que prevaleció en
el llamado ‘socialismo real’ y del cual aún quedan
muestras.
Por supuesto que no es una tarea fácil y que son muchos
los problemas y obstáculos que enfrenta y enfrentará el
proyecto totalitario para someter a una población ganada
para la democracia, aunque ésta no sea completa y esté
llena de vicios. Pero el avance del ‘modelo
social-totalitario’ no se va a detener. Ahora nos conducen
hacia la constitución que no sólo lo decretará sino que
especificará sus rasgos y tiempos.
Este ex -país, y Venecuba en su conjunto, será conducida,
en consecuencia, a un bloque en el cual se da por
descontada la participación iraní, de un discutible
pluralismo en el cual prevalecerá el objetivo del avance y
consolidación de un régimen totalitario con sus
especificidades.
Hay todavía quienes dicen que si así es el totalitarismo,
que si se limita a execrar gente por firmar contra el
presidente, reducir cada vez más la libertad de expresión
pero respetando el derecho a la vida, entonces es un
régimen suave que es admisible. No importa por ejemplo el
cerco policial a la Copa América o que se impida
manifestar ante los ojos del mundo.
Esperemos que estas ingenuas respuestas no lleguen a
chocar con la práctica del exterminio que ya existe y que
puede ser llevada al territorio de la política. No parece
que es hora de celebrar y bailar sino de reflexionar y
actuar en dirección al rumbo que establece el porvenir.
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