La
presentación del ‘proyecto de reforma’ a la constitución,
hasta hace muy poco ‘la mejor del mundo’, no contiene
novedad. En general sus contenidos están vigentes. ¡Eso
está listo! Más que aprobado. La práctica del
ablandamiento social se unirá a la ya acordada
programación CNE para que todo transcurra por las
vías-fraude establecidas, en cuya aplicación seguramente
contarán con su aliado histórico: unas ‘oposiciones’ que
siguen pensando en salvar lo que entendían como democracia
y que este régimen autoritario-militarista de abierta
inspiración totalitaria se encargó de destruir.
Y conste,
ya los ministros son del ‘poder popular (PP) que reside en
los consejos comunales’ (CC), que parten de las misiones,
y que fueron creados por una ley a la cual se le ha dado
carácter de constitución. El BCV está a la orden del GP,
la FA asume el lema ‘Patria, socialismo o muerte’ y cuenta
con una guardia territorial y unas milicias disfrazadas de
reservas.
Ahora se le
dará rango constitucional a lo que ya existe. Y la
soberanía residirá en el ‘pueblo’ quien la ejercerá no a
través del voto sino de los organismos del PP, que son la
fuerza-energía del poder constituyente originario (PCO).
De nuevo se
acude a la ‘teoría’ que le sirve para hacer una rebelión
del golpe del 04F-92. Pero como tiene conciencia de que
no cuenta con la potencia popular a que alude en 1998 (Habla
el Cdte, p.544 ), deja en claro su disposición a
continuar haciendo su ‘socialismo con la renta
petrolera’.
Por ello no
toma las inmensas reservas de que dispone para avanzar en
un proyecto de emergencia que lleve a la población a
asumir el reto-compromiso de utilizar el petróleo para el
desarrollo-producción.
La
revolución de la destrucción prefiere seguir el esquema
positivista del siglo XIX y así comprar el PCO que le hace
falta para que el jefe único de todos sus poderes siga,
ahora con ‘n’ vicepresidentes, al frente de la ‘paz y el
progreso’ de una revolución ‘pacífica pero armada’, que
nada tenga que envidiarle al autoritarismo-militarismo con
dos siglos de garantía.
Y no se
queda el GP en la política de la tarifa-complicidad. Ahora
se propone ganar más PCO con la jornada de seis horas
capitalistas y dos para la escuela de idiotez y castigo
socialista. Sancho, hasta socialista, bolivariano y
revolucionario es el positivismo!
abm333@gmail.com