La
pregunta es frecuente: ¿No crees que está muy próximo el
desenlace, que se ha creado una situación que este régimen
no podrá manejar? ¿Cómo va a cumplir con tantos frentes?
El malestar cunde por todas partes. Es la inseguridad, la
escasez o cualquiera otro de los males de la ‘cesta de la
miseria’. Pero es también la debacle de PDVSA, la
caída-utilización de las reservas para el gasto
corriente-burocrático, el reparto millonario al exterior.
Y uno de los motivos de mayor molestia tiene que ver con
el cerco que se le hace a una población para conducirla al
redil del gendarme, caudillo o héroe necesario, único e
insustituible.
Y a este respecto es inevitable observar que, a pesar del
despliegue de publicidad y de millones para el reparto,
los encargados del parto han tenido que acudir a todo tipo
de presión-chantaje para obligar a mucha gente a
inscribirse en el PSUV.
Es evidente entonces que el desastre-descomposición es
cada vez mayor. De allí lo enrarecido que está el clima
político. Lo que uno observa por todas partes es una
angustia-miedo creciente y el deseo de mucha gente de
salir de este gobierno. Porque ya no hay en el universo de
la decencia quien esté dispuesto a defender este imperio
del robo y la arbitrariedad.
Este es un régimen mantenido fundamentalmente por quienes
se benefician del mismo: los tarifados. Y estará lejos de
caer mientras cuente con una comunidad de opositores que
son, por acción u omisión, sus grandes cómplices.
Hay que advertir que los grandes males de este gobierno
provienen hoy del enfrentamiento interno. El capítulo del
PSUV es calificado por muchos como un gran error porque le
pone un sello totalitario al llamado ‘proceso’. Es
determinar que se está con el partido o contra el jefe
único. Un cuadro que muchos relacionan con las
posibilidades de una guerra civil.
Todo el que no esté con el régimen debe estar dispuesto a
morir por su causa contrarrevolucionaria. Cada uno de esos
militantes será atacado, perseguido hasta lograr su total
liquidación.
La consigna de esta ‘revolución’ es total y muy clara:
“Patria, socialismo o muerte”. No da cabida a posiciones
ambivalentes. Quien no se afilie a la revolución se
ubicará automáticamente en el campo enemigo. Dos bandos en
guerra. Aquí se ratificará el dueño y jefe único de este
ex-país.
Todo esto viene. Pero da la impresión de que el atropello
a la llamada libertad de expresión, materializado en el
cierre de RCTV, unido a la situación ‘patria, socialismo o
muerte’ creada en los cuarteles, los enfrentamientos por
la amenaza del control total de la militancia y la debacle
económica que se presentará por el gasto corrupto y las
bajas de los ingresos petroleros, va a crear un ambiente
de protesta extendida que este régimen sólo podrá
controlar con una represión creciente.
Y en esta dirección, el régimen haría del atropello-
violencia la norma principal de su actuación. De aquí que
pueda establecerse que este régimen inicia a partir del
27-28/05/07 un tiempo en el cual la
radicalización-imposición del jefe único y su séquito, no
tendrá ahora límite alguno.
Porque desde el 03/12/06 quedó definido que aquí no hay ni
habrá en mucho tiempo quien pueda oponerse a los trágicos
designios de la ‘revolución’ que no tiene otra posibilidad
que avanzar a paso de vencedores hacia la destrucción
total de lo que aquí quedaba de país.
La única vía de oponerse a todo este desafuero tiene que
ser con un movimiento que se aparte de los lineamientos
dispuestos e impuestos por la vieja política. Un
movimiento que se junte a la sabiduría y acción del
colectivo para programar y adelantar las acciones
necesarias para emprender las luchas capaces de detener el
proceso de deterioro-descomposición que cada día nos hace
más ex-país.
La conclusión es terminante: estamos ante un régimen
conducido por quien asume públicamente su vocación
totalitaria al señalar: “Quien está en contra del PSUV
está en contra de Chávez” (UN, 06/05/07, p.19).
Una posición ratificada por el GD Muller Rojas al afirmar
que: … “debe cambiarse la constitución, ya que la Carta
Magna ‘expresa los deseos de quien tiene el poder’”. (UN,
11-05-07, p.20). Y quienes se lanzan por esta vía están
comprometidos a ver morir a cuántos contrarrevolucionarios
haga falta para consolidar “su revolución”. ¿Nos sumaremos
colectivamente al festín del oprobio y la masacre? ¿Vamos
irremisiblemente camino a la muerte?
abm333@gmail.com