El 27F-89 esta
sociedad entró en un estado de descomposición que cada vez
se hace más profundo y sostenido. Fue y es la señal de un
trauma-conmoción que aún no alcanzamos a entender. La
‘democracia’ implantada en 1958 no responde al reclamo de
un colectivo siempre burlado, pisoteado, perseguido y
violentado. Entonces se dijo que se imponía sincerar la
economía tal y como lo solicitaba el FMI y el BM para
otorgar las ‘ayudas para el desarrollo’.
Esto se transformó en un alza del costo de la vida. Y ante
la protesta se aplicó lo que estaba previsto: el crimen
necesario que obligaría a crear una nueva realidad.
Después de la sangre vendría el esplendor. Por ello se
dejó que las protestas, convertidas en saqueo, tomaran
cuerpo.
Por la parte gubernamental parecía importante hacerle ver
al ‘imperio’ que estaba obligado a hacer una altísima
inversión si quería garantizar la estabilidad de la
democracia y, en consecuencia, las posibilidades de
mantener el control sobre su yacimiento petrolero. Y todo
parece indicar que se jugó a la alta inversión de sangre.
Pero no se midió la respuesta de un colectivo lleno de
desesperanza e incertidumbre. Inicialmente se dejó
desarrollar el fenómeno. Pero cuando el ejecutivo advierte
que se le va de las manos y que ya no puede recoger, acude
a la conocida fórmula de mandar a matar, lo que se hace
‘limpia y democráticamente’ con el aval de muchas de las
firmas notables como la de José Vicente Rangel, quien no
vaciló en pedirle a CAP que tomase las medidas que hiciera
falta para salvar la democracia.
El colectivo se convertía en un gran peligro.
Indispensable detenerlo por y para la conservación de “las
instituciones democráticas”. Y para cumplir esa misión
fueron a la calle los ‘cuerpos de seguridad del Estado’ y
las FAN. Los miembros de la cúpula conspirativa que se
desarrollaba desde l982 ocupan puestos de importancia en
la acción represiva.
‘El Catire’ Acosta Carles muere enfrentando a
“francotiradores”. Hugo Chávez dice no haber participado
en la gran matanza porque estaba de permiso por
enfermedad. Posteriormente se calificará estos actos como
la protesta espontánea de un pueblo que se toma como
inspiración para darle un mayor impulso a la conspiración
que se encargará de derrotar el gobierno de CAP II.
El efecto 27F-89 se convierte en realidad en una abierta
expresión de inestabilidad social, política e
institucional sin mayores precedentes en la llamada
historia republicana de Venezuela. El ‘modelo democrático’
quedó derrotado y agotado. El vacío es de grandes
dimensiones. El país no tiene una conducción cierta. Nadie
cree en nada. Todo parece actuar ahora en términos de
preaviso. Una Venezuela provisional a la espera de grandes
acontecimientos.
En ese contexto se inscribe la asonada del 04F-92.
Indispensable resaltar que después de diez años al frente
de una conspiración, el comandante de la misma decide no
exponer su vida en ningún momento (y esta vez no por
‘enfermedad’) y por ello se lanza despavorido a la campaña
de la negociación del Museo Militar.
Lo que sigue es el tratamiento también sin precedentes que
le da el Ministro de la Defensa y sus ayudantes, el Gral.
Santeliz y el civil Hernán Altuve Febres, que luego
ocuparán altas posiciones en el régimen actual. Todo
parecía montado sobre bases muy firmes. El jefe golpista
sabe de antemano que ‘por ahora’ su movimiento es un
fracaso pero que la programación contempla un triunfo
futuro.
Por ello queda claro que el discurso de Rafael Caldera,
dando un espaldarazo al golpismo el 04F-92 y el
sobreseimiento a los mismos en febrero del 94, forma parte
del mismo paquete.
Es el mismo plan de búsqueda de estabilidad. Pero luego
del triunfo electoral del 06D-98 el golpismo comienza a
negociar con los dueños del yacimiento Venezuela de manera
directa. Y esto queda demostrado en los beneficios que
obtiene ‘el imperio’ luego de lograr que, en cada caso,
27F-89, 04F-92, elecciones 06D-98 o año 02 y siguientes,
se lograra paralizar las amenazas contra el ‘Estado de
Derecho’ que pudiera alterar las buenas relaciones entre
dos economías.
Hoy el imperio goza del gran privilegio de las empresas
mixtas que constituyen la mayor regalía que le ha otorgado
gobierno alguno a las trasnacionales del petróleo. De modo
que a 18 años del 27F-89 la inestabilidad y entrega de
este ex-país está en su mejor momento. Hoy no se está en
vías de ‘sincerar la economía’, pero los perversos efectos
son los mismos.
Ahora no se trata de reimponer las recetas FMI sino las
que corresponden al llamado socialismo del acaparamiento y
la especulación del siglo XXI. Y por esta ‘nueva vía’
estamos en presencia de un programa que hace de la
distribución de tarifas su máxima bandera. Es el control
de una sociedad a partir del instrumento dádiva. El
aparato productivo queda en el mayor rezago. Seguimos
viviendo de un yacimiento petrolero que no nos pertenece,
por más que el GP diga por todas partes que al fin comenzó
la verdadera nacionalización petrolera.
Frente a esta mentira, vertida a 18 años del 27F-89, es
indispensable reseñar que la masacre que entonces estalló
hoy goza de la mejor salud y se extiende a los ámbitos
menos pensados. Está en la desesperación que suma cada vez
más víctimas, en la muerte carcelaria, en el asesinado de
cada hora por la llamada inseguridad. Está en los muertos
de hambre y de mengua de una república ‘socialista’que es
la misma que ayer se hacía llamar democrática. Este es el
mejor producto de los masacradores del 27F-89.
Pero el otro 27F-89, el que se alzó, sigue esperando el
momento del nuevo y necesario levantamiento. ¿Cómo poner a
un lado la carga de violencia que avanza para acrecentar
la destrucción de este ex-país?
abm333@gmail.com