SAN JOSEMARIA Y
SAN HUGO
Mirécoles, 02 de Octubre 2002
Si el
interinato de Carmona no hubiese sido tan breve; se
le estaría hoy concediendo a la canonización de
Josemaría Escrivá de Balaguer el carácter de
asunto de Estado a través de un Real Decreto
redactado por algún miembro del Opus dentro del
gobierno. En ese orden se habría dispuesto un puente
aéreo para transportar hasta Roma a aquéllos que
buscan a Dios en el trabajo y en la vida - gente
bien, pues - y las televisoras nacionales
transmitirían en vivo desde el Vaticano el ascenso
del fundador del Opus Dei; por lo demás
congregación ésta de carácter religioso, con
características de secta, y, por ende, dogmática,
al servicio de los cimientos y de la ortodoxia de la
Iglesia católica.
La
meteórica beatificación y posterior canonización
de Escrivá de Balaguer, a través de un expedito
proceso - al estilo Carmona - se deben, sin duda a la
larga amistad que unió al fundador del Opus Dei con
Juan Pablo II; y los que conocieron de cerca a San
Josemaría lo describen como un personaje vanidoso,
ambicioso, pequeño burgués; que minimizaba el
horror del nazismo y banalizaba la gravedad del
holocausto; y que apenas consumado en 1973 el golpe
de Pinochet, viajó hasta Chile, para felicitar in
situ al general.
Así
las cosas, ante la grave crisis de gobernabilidad por
la que atraviesa Venezuela, la extrema derecha
venezolana la interpreta como una lucha entre
católicos y comunistas; tal cual como percibía la
guerra civil española el para aquél entonces joven
Escrivá de Balaguer. En consecuencia, el rechazo y
las protestas - propios de una sociedad laica - que a
diario se escenifican en una gran parte del
territorio nacional como consecuencia del régimen
parademocrático de San Hugo Chávez; los sectores
golpistas antichavistas se niegan a entender dichos
reclamos en virtud que siguen los preceptos del Opus
Dei, los cuales tienen una visión teocrática de los
gobiernos y fue así como tuvimos el pasado 12 de
abril una muestra médica - gracias a Dios - de
gobierno plutocrático.
Ahora
bien, ¿qué prefiere usted, plutocracia o
parademocracia? si mi opinión le interesa yo no
prefiero ni una cosa ni la otra... sino - y que me
perdonen San Josemaría y San Hugo - una fraternidad
democrática, sin fracturas sociales, que rescate las
instituciones y permita la realización de todos los
proyectos democráticos.
luisdelion © 2002