La Nación
Martes 20 de Mayo de 2003
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TalCual


BATEADOR EMERGENTE



Luis de Lion


Paso a Paso

El cambio y la renovación, en el ánimo de los venezolanos sigue hoy ocupando el mismo espacio en el espíritu ciudadano, que para 1998. Sabíamos que era necesario, reformar para construir un mejor país, en beneficio de todos. Sin embargo, había temor en un primer tiempo, tanto que algunos creyeron posible dicha reforma llevados de la mano de una reina de belleza, otros bajo las órdenes de un golpista.

Tan nefasta polarización era simplemente la expresión de un miedo colectivo que algunos llaman el síndrome de la antipolítica. Tanto era el miedo que fue en la recta final electoral del 98 que se concertó en torno a una candidatura políticamente más presentable. Ya era demasiado tarde.

Ese miedo colectivo, que en el 98 fue capaz de elegir a un golpista, hoy padece las consecuencias de su falta de coraje. Crisis económica, política y social, insoportable, a un precio individual que nos aterra y nos pone frente al espejo de nuestras propias contradicciones. Ahora una gran mayoría, asume el error, lo cual es signo de una incipiente madurez política, y en ese sentido en la actualidad la consigna es liberar al país para modernizar sus instituciones, no para destruirlas.

Así las cosas, el referéndum revocatorio es desde ya el jugador más valioso de esta temporada de oposición. Dicho referéndum es un fenómeno que concierne tanto al oficialismo como a la oposición, ambas partes se estarían jugando a la Rosalinda democrática.

Al mismo tiempo, y casi sin darnos cuenta, una suerte de pedagogía colectiva viene ensayando la Coordinadora Democrática desde hace ya varios meses y allí tienen crédito los diversos partidos políticos de oposición, entre otras organizaciones.

Sin embargo, dada la trayectoria y costumbre de muchas de dichas organizaciones políticas; tenemos razones –todos– para dudar y para interrogarnos sobre la utilidad de dicha pedagogía colectiva.

Por lo pronto, me atrevo a adelantar que la responsable gestión que viene realizando la representación de dicha Coordinadora en la Mesa de Negociación y Acuerdos, permite que nuestras interrogantes se traduzcan en esperanza para que se logre firmar un protocolo de entendimiento, sobre los principios generales para la realización del referéndum revocatorio.

No se trata, tan sólo de un asunto de chavismo y de antichavismo; el tortuoso camino que debe conducirnos a dicho acuerdo, tiene que alertar –entre otras instituciones– a ese club de jalabolas de la tercera edad jurídica en que se ha convertido el TSJ, así como también al Poder Ciudadano, donde los organismos que lo conforman, sea la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo o la Contraloría, se comportan hoy como una verdadera banda de aguantadores.

Un paso necesario, dentro de la pedagogía colectiva que encarna la Coordinadora Democrática, sería meterle la lupa –aún más– y enfilar baterías hacia los cabecillas de dichas instituciones democráticas, los cuales están brindándole a éste nefasto gobierno un apoyo en forma de alcahuetería democrática, que le está haciendo un daño fatal a nuestro sistema. Dicho ataque, deberá sin duda favorecer una suerte de fagositosis, a partir de los cuadros medios e inferiores del personal que labora en dichas instituciones. De esa manera, a partir del núcleo mismo, de las propias instituciones se estaría dando un paso vital, en el rescate de nuestra democracia.

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Tomado de Analítica.com

 
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