Lecciones de historia

Fernando Chumaceiro
No me resigno a vivir en una Patria distinta a la que he soñado! Aquella que iluminaron mis padres con sus palabras, en la historia oral que me enseñaron. La Patria de la luz que emerge de la noche de los tiempos; la que se hartó de caudillos y déspotas. La que soñó y construyó Bolívar con su esfuerzo y con su ejemplo.
Yo llegué hasta la presencia de Bolívar, tomado de la mano de mis padres, que me hablaban de él con emoción y reverencia, desde entonces Bolívar y Patria se convirtieron para mí en un binomio inseparable.
Nadie puede convertirse en su heredero, ni hacerle reclamaciones testamentarias. El molde de Bolívar se rompió al parirlo la historia. Nadie ha sido más demócrata ni más libertario. Nadie ha sido mas honesto ni mejor gobernante. Cualquier intento de cobijarse bajo su sombra convierte al que lo intenta en un simple falsario.
Se debe seguir su ejemplo, pero pocos han sido capaces de intentarlo y quienes han aspirado a heredar su gloria han terminado siempre siendo unos payasos de la historia.
Bolívar es ejemplo del poder que se auto limita. Hace la guerra para encontrar la paz. Entrega las armas para someterla a las leyes. Declina la autoridad para someterse al imperio de la constitución. Crea la republica y sus instituciones y se somete al Estado de Derecho.
Mientras otros entran pobres al poder y se enriquecen de peculados en el ejercicio de la función publica, Bolívar entra inmensamente rico al poder y se empobrece de tal manera que debe ser enterrado en camisa ajena.
El, que consagró su vida a la libertad de la patria, debe morir condenado al destierro de aquellas que libertó con su espada.
El, que promovió constituciones, códigos y leyes, es víctima de la arbitrariedad de los que gobernaron las patrias que sus sacrificios engendraron.
El, sigue arando en el mar porque nadie ha recogido aun el legado libertario que su vida ha enseñado.
Maestro sin alumnos, majadero de la historia, Bolívar aun espera que sus virtudes sean reivindicadas, por quienes sean capaces de rescatar su legado e imitar su ejemplo.
Bolívar, es una palabra soez en labios de los corruptos y un rayo de esperanza para los que tienen sed de justicia social.
Es la conciencia que acusa a los gobernantes ladrones de todos los tiempos y, a la vez, es el faro que alumbra el destino de todos los venezolanos hacia una patria más libre, una sociedad más justa y una vida más digna.-

Sin derecho, ni al pataleo

Germán Novelli

Para quienes han seguido los pasos del señor Presidente, se habrán percatado que nada de lo ocurrido “debajo del sol venezolano”, para parafrasear a Salomón en Eclesiastés, es producto de la casualidad. Todo es parte de un minucioso plan, no sabemos si fue gestado en la Academia Militar, en algún paraje de nuestros llanos, mirando lo que quedó del Samán de Güere, en Yare, en las intensas horas felices de La Habana o en el mismísimo infierno de las mentes distorsionadas de quienes acompañan a Hugo Chávez.
La animadversión de Chávez contra la democracia no es nueva. Fue claro en sus propósitos desde que era candidato. El fue elegido en forma inobjetable, no estaba Smarmatic pero sí Indra, en diciembre de 1998, para cinco años, ya pasaron y todavía es presidente, en un claro indicio de que su visión de democracia no es alternativa. No entiendo entonces por qué el asombro con lo que ha convertido Chávez al país. Nada de lo que ha dicho o hecho Chávez me ha sorprendido. Esperé eso y espero mucho más.
El zarpazo final para tener el control total del país es la Ley de Responsabilidad Social, Mordaza, Contenido, Resorte, como usted prefiera llamarla, porque aquí se vale todo, hasta las expresiones más grotescas, prohibidas en el seno de cualquier familia decente. Con esta Ley se le pondrá punto final al derecho al pataleo, la cacerola y hasta al ¡Ay, mi madre!
No veo terrorífica ni malsana la preocupación manifestada por los medios, periodistas, iglesias y teóricos de la comunicación al protestar o advertir sobre los peligros de la nueva ley que será aprobada. Honestamente observo un intento, casi desesperado, para que los venezolanos, chavistas o no, se percaten de los peligros que existen al someter a la población a qué, cómo, cuándo, dónde, por qué, para qué y sobre qué ser informado. Nada tiene que ver con novelas, rochela o publicidad de cigarrillos y licores.
Esta ley no es nada educativa, poco le importa la salud mental de los escuchas y televidentes, menos los niños o ancianos, las mujeres o los hombres, es un instrumento represivo, punitivo, hay más sanciones que derechos, más controles que orientaciones. Es el cadalso para que los comunicadores cojan miedo y, en lugar de la censura oficial, habrá la autocensura de los periodistas.. Con miedo nadie informa veraz ni oportunamente.
Si hoy hay desempleo de periodistas con la ley aprobada habrá más. Nadie le dará trabajo en una radio o una estación televisiva a un comunicador, aunque pase los filtros de Conatel y tenga la buena pro de los comités de usuarios. No habrá trabajo porque el miedo a ser sancionado por lo que se pueda decir se traduzca en una multa, cierre temporal o el retiro de la concesión. Tendremos una televisión aburrida, una radio pone discos y un “Aló, Presidente” semanal por todos los medios, no crean que con el cable estarán librados, nada de eso, los controles incluyen a los canales por suscripción.
Para un comunicador, sea editor, locutor, periodista, humorista o catedrático la democracia venezolana está en cuidados intensivos y pronto la Asamblea Nacional la dejará morir con las manos alzadas de los parlamentarios oficialistas.
Chávez está claro que los medios son un obstáculo para afincar su revolución, un estorbo para su visión hegemónica de país, por eso hay que acabarlos. No es un problema exclusivo de los medios y sus trabajadores, lo que está en juego es el primero de los derechos humanos: El de dar y recibir información en forma oportuna y verdadera. Dejar a los medios solos en esta lucha es un delito de conciencia y de graves consecuencias para la patria.-